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Entrevista de Revolución al periodista investigativo Andy Worthington

El ultraje de las comisiones militares de Bush y Obama

El problema fundamental de las comisiones militares es que el terrorismo es un delito, pero el gobierno de Bush y ahora el de Obama estaban tratando de procesar a personas en un entorno militar, por delitos que estaban tratando de convertir en crímenes de guerra. Y ese es el error fundamental en todo esto; es la razón por la cual no tiene sentido.

Revolución
3 de marzo de 2011

De acuerdo a recientes informes noticiosos, el gobierno de Obama está preparándose para llevar a cabo una nueva serie de juicios por comisión militar a varios detenidos del campamento de tortura estadounidense de Guantánamo. Estas comisiones militares, iniciadas bajo George W. Bush, en esencia privan a los acusados de todo derecho, y son parte de la escalada de medidas represivas fascistas implementadas a raíz del 11 de septiembre. En 2006, la Suprema Corte estadounidense las declaró ilegal. Luego, el gobierno de Bush pidió que el Congreso aprobara una ley que autorizaría una forma modificada de dichas comisiones, con nuevos “crímenes de guerra” inventados, tal como “el asesinato por un beligerante no privilegiado”.

Revolución habló acerca de la historia de las comisiones militares y estos sucesos recientes con Andy Worthington, autor de The Guantánamo Files: The Stories of the 774 Detainees in America's Illegal Prison [Los archivos de Guantánamo: Las historias de los 774 detenidos en la cárcel ilegal de Estados Unidos] (publicado por Pluto Press y distribuido en Estados Unidos por Macmillan). Su sitio web es http://www.andyworthington.co.uk/

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La entrevista de Revolución

La entrevista de Revolución es una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, el teatro, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en otras partes de este periódico.

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REVOLUCIÓN: Antes de discutir los sucesos recientes, ¿puedes hablar un poco de la historia de las comisiones militares: de qué se tratan, cómo comenzaron?

ANDY WORTHINGTON: Lo que se trata es una clase específica de juicio militar que se ha usado a lo largo de la historia estadounidense. Se usó más recientemente durante la II Guerra Mundial para procesar a ciertos saboteadores nazis. Cuando el gobierno de Bush investigaba nuevas formas de lidiar con las personas que había capturado, en los primeros días de la "guerra contra el terror", descubrió las comisiones militares, específicamente la forma en que las usaron durante la II Guerra Mundial. Las estableció por medio de una “orden militar”, que fue aprobada casi sin que nadie la revisara, y el presidente firmó esa orden el 13 de noviembre de 2001.

La historia al fondo es que las pasaron con toda prisa por unas agencias de la Casa Blanca, casi sin que nadie viera lo que se estaba pasando. El ex secretario de Estado Colin Powell dijo más tarde que no supo nada de ella, que se enteró por televisión. Este fue en esencia el documento que estableció la noción de “enemigos combatientes” y que decía que solo se puede procesar a dichos individuos en comisiones militares y que se puede usar evidencia que los tribunales normales no permiten usar. Creo que era obvio, para la gente que examinaba el documento cuidadosamente, que se trataba de un intento de hacer juicios “de montaje” en que se pudieran utilizar evidencias sacadas por tortura y luego ejecutar a las personas que el gobierno dijera que eran culpables.

Pero luego pasó bastante tiempo antes de que el gobierno lograra montar los procesos. Incluso antes de comenzar ningún juicio, en 2003 y en 2004, varios fiscales renunciaron porque se dieron cuenta de que el sistema era chueco. Durante 2004 y al año siguiente, se formularon cargos contra 10 personas. Se llevaron a cabo varias audiencias preliminares, pero todas eran desquiciadas. Básicamente todo lo ocurrido en una audiencia de comisión militar como parte de la guerra contra el terror ha sido un desquicio, porque las reglas son tan vagas y en todos los procedimientos hay tantas lagunillas. Y seguí así hasta junio de 2006, cuando la Suprema Corte falló que las comisiones militares eran ilegales. De hecho, falló que contravenían el Código Militar de Justicia y la Convención de Ginebra.

Entonces, puesto que la Corte echó por tierra las comisiones militares, el gobierno de Bush pidió que el Congreso las modificara. Y en esta forma modificada han tenido una segunda fase de actividad. Creo que es muy importante señalar que en ese momento el Congreso inventó crímenes de guerra que se juzgarían en las comisiones militares. De esa manera, aunque la idea de usar comisiones militares para presuntos sospechosos de terrorismo se originó con Dick Cheney y su principal asesor legal, David Addington, cuando el Congreso las modificó, hizo un esfuerzo específico de convertir en crímenes de guerra delitos que no se reconocen como tal, como el "asesinato a manos de un beligerante no privilegiado".

Así que a principios de 2007, una vez más las comisiones militares entraron en funciones. Desde entonces hasta terminar el gobierno de Bush, de nuevo tropezaron con un desastre tras otro. Se presentaron a veintiocho hombres para procesar en comisión militar, pero solo tres fueron a juicio. El primero fue el australiano David Hicks, y en ese caso Dick Cheney y el primer ministro de Australia, John Howard, ya habían arreglado una condena negociada. En Australia se habían enterado de Hicks; hubo un movimiento en torno a las injusticias que le habían hecho. Así que se negoció un arreglo con la idea de ayudar a reelegir a John Howard. Fracasó. Pero se le “alentó” a Hicks a pedir una condena negociada, según la cual Hicks pasó otros seis meses de prisión en Australia a cambio de reconocer que había dado “ayuda material al terrorismo”, que es uno de los ingredientes cruciales para procesar casos de terrorismo en los tribunales federales, pero es uno de esos “crímenes de guerra” inventados. Tradicionalmente no se ha visto como un crimen de guerra.

El segundo caso, en el verano de 2007, fue el de Salim Hamdan, uno de los chóferes que había trabajado para Osama bin Laden; era un yemenita que había aceptado el trabajo por el dinero. En ese caso el jurado militar rechazó la acusación de conspiración, pues captó correctamente que uno de los muchos chóferes de bin Laden no tendría conocimiento de secretos, aunque sí lo declaró culpable de dar “ayuda material al terrorismo”. El jurado le dio una sentencia de cinco años y medio de prisión, pero el juez la hizo retroactiva a la fecha de su captura. Salió libre cinco meses después.

El otro caso bajo Bush, que ocurrió una semana antes de las elecciones presidenciales en noviembre de 2008, fue el de Ali Hamza al-Bahlul, un yemenita que había hecho un video propagandístico para al-Qaida, cosa que admitió. Al-Bahlul rehusó participar en el proceso. Como resultado, no contaba con un abogado, porque no se permite que los abogados representen a un cliente que no quiere participar, y aunque los militares presionaron al abogado a tomar parte, no quiso hacerlo. Así que el juicio duró una semana, y fue completamente unilateral porque rehusó montar una defensa. Y al término de todo eso, casi en la víspera de las elecciones presidenciales, se lo declaró culpable y se lo condenó a cadena perpetua, en Guantánamo, y esa la está purgando. Esa es la historia bajo Bush.

REVOLUCIÓN: Viendo las comisiones militares bajo Bush con una perspectiva más amplia, ¿no representaron una desviación significativa de las normas jurídicas de Estados Unidos? En la historia estadounidense, han habido muchos ejemplos de casos e injusticias legales motivados por razones políticas, particularmente cuando se tratan de personas vistas como amenazas por los que están en el poder o de gente oprimida en su vivir diario. Pero aún así, las comisiones militares representaron un gran salto en las medidas represivas: eliminar derechos básicos, permitir la tortura, etc.

ANDY WORTHINGTON: Bueno, cuando el Congreso reestableció las comisiones militares, hubo un intento de decir que no se iba a permitir la tortura. El problema fundamental de las comisiones militares es que el terrorismo es un delito, pero el gobierno de Bush y ahora el de Obama estaban tratando de procesar a personas en un entorno militar, por delitos que estaban tratando de convertir en crímenes de guerra. Y ese es el error fundamental en todo esto; es la razón por la cual no tiene sentido.

REVOLUCIÓN: Barack Obama hizo campaña prometiendo cerrar Guantánamo y poner fin a las comisiones militares, entre otras promesas. Así que, ¿qué ha pasado bajo Obama?

ANDY WORTHINGTON: Obama suspendió las comisiones militares el primer día de su presidencia con el fin de revisarlas y, el segundo día, también giró órdenes ejecutivas que prometían cerrar Guantánamo en menos de un año, reafirmaban la prohibición absoluta de la tortura y prometían realizar interrogatorios humanitarios a los detenidos en el futuro. Bueno, en mayo de 2009, dio un discurso importante respecto a la seguridad nacional ante los Archivos Nacionales en que puso las comisiones militares de nuevo sobre el tapete. También puso sobre el tapete la detención indefinida de algunos detenidos sin acusaciones ni juicio. Y así todos los sueños y las esperanzas de que él acusara a los detenidos o los pusiera en libertad, y de que los procesara en tribunales federales tras acusarlos, todo eso empezó a desvanecerse en ese momento. Así que la respuesta es fácil: en mayo de 2009, le dijeron o le persuadieron que cambiara de opinión.

REVOLUCIÓN ¿Y estos informes recientes de que Obama piensa reanudar las comisiones militares?

ANDY WORTHINGTON: Bajo el presidente Obama, pues en los primeros 18 meses muy poco estaba pasando; las audiencias estaban en curso todavía, pero el plan era que el gobierno quería llevar a cabo juicios tanto en los tribunales federales como en las comisiones militares. En mayo de 2009, el gobierno trasladó al continente estadounidense a un hombre de Guantánamo, Ahmed Khalfan Ghailani (y la semana pasada se lo condenó en un tribunal federal a cadena perpetua sin poder salir en libertad condicional). Sin embargo, en noviembre de 2009 cuando el secretario de Justicia Eric Holder anunció que iba a traer al continente a Khalid Sheik Mohammed y a otros 4 hombres acusados de estar involucrados en los ataques del 11 de septiembre, con el propósito de procesarlos, la reacción negativa fue tal que el gobierno dio carpetazo al plan.

Y esa negativa a seguir adelante con el plan original le dio al Congreso suficiente tiempo para aprobar una ley que lo prohíba, y los legisladores hicieron exactamente eso justo antes de Navidad, cuando aprobaron una ley que prohíbe que el presidente Obama traiga a los detenidos al continente estadounidense para procesarlos aquí. Así que la única opción que tiene Obama son las comisiones militares, pero su historia bajo Obama no ha sido nada mejor que bajo Bush. En el verano, cuando en mi opinión estaban esperando que los tribunales federales y las comisiones militares estuvieran coexistiendo, se llegó a la fase de juicio en el caso de Ibrahim al-Qosi, otra figura de la periferia de al-Qaida, en realidad, un hombre que según mis conocimientos a veces era cocinero en el complejo habitacional que a veces usaba bin Ladin. Así que, tú sabes, estaba muy al margen de todo. Cuando el gobierno enfrentaba la posibilidad de seguir adelante de veras con un juicio, en lugar de hacerlo presionó para una condena negociada. No sabemos oficialmente por cuánto tiempo es la condena, pero dicen que purgará otros dos años y después volverá al Sudán.

Y en el otoño se hizo juicio a Omar Khadr, el ex preso niño de Canadá, que también aceptó una condena negociada. Aparentemente purgará 8 años de prisión: un año más en Guantánamo y 7 en Canadá. Esa es una barbaridad completa porque él era niño cuando lo capturaron tras una batalla en Afganistán.

REVOLUCIÓN: También lo torturaron en la prisión de Bagram en Afganistán y amenazaron con violarlo…

ANDY WORTHINGTON: Es cierto. Lo torturaron. Nunca lo trataron como se debiera tratar a un preso menor de acuerdo a la Convención de la ONU respecto a los derechos de los niños en tiempos de guerra, la cual Estados Unidos firmó después de su captura, en enero de 2003, y que estipula que hay que rehabilitar a los menores en vez de castigarlos si tenían menos de 18 años cuando el supuesto delito ocurrió. Además, Khadr tuvo que confesar que cometió crímenes de guerra inventados, que era un "enemigo beligerante extranjero no privilegiado" que no estaba permitido en una situación de combate contra las fuerzas estadounidenses. Que estar ahí era "ilegal". Es totalmente una barbaridad. No obstante, con cara de palo [se ríe], el gobierno ha anunciado ahora, no lo ha hecho oficialmente, pero hay indicaciones de que se está preparando para llevar a cabo más juicios por comisión militar en Guantánamo. Se nos ha informado sobre 5 hombres, y probablemente serán los próximos enjuiciados.

REVOLUCIÓN: Uno de ellos es Abd al-Rahim al-Nashiri, y se ha admitido abiertamente que él fue uno de los detenidos que Estados Unidos torturó por medio del submarino. Un aspecto ultrajante de las comisiones militares es que se permite usar la dizque evidencia obtenida mediante la tortura y el testimonio de oídas contra el acusado, quien no tiene ningún recurso para disputarlo.

ANDY WORTHINGTON: Sí, totalmente correcto. Y el gobierno ha tratado de confundir las cosas. En noviembre de 2009, cuando Holder anunció que se iba a hacer un proceso aparentemente inminente a Khalid Sheikh Mohammed y otros cuatro hombres, dijo también que las comisiones militares estaban de vuelta oficialmente y he aquí cinco tipos que vamos a enjuiciar. Trató de diferenciar entre los dos sistemas, diciendo que las comisiones militares corresponden más a actividades ocurridas en un contexto militar, y que en el caso de al-Nashiri, que supuestamente tiene que ver con el ataque contra el USS Cole [en 2000], se trataba de un blanco militar, mientras el 11 de septiembre trataba de un blanco civil. No creo que eso resistirá un examen riguroso, porque como has indicado, lo que está al fondo son cuestiones de evidencia. Y lo que han hecho en realidad es decidir cómo salirse con la suya, según el foro. Por eso en parte, cuanto más confiados están, más optarán por un juicio en el tribunal federal, donde queda excluida, en definitiva, cualquier evidencia sacada mediante la tortura y tampoco se puede usar el testimonio de oídas. Tienen más libertad jurídica en las comisiones militares.

Y por supuesto, más allá de los tribunales federales y las comisiones militares, existe una tercera clasificación: las personas a quienes quieren recluir indefinidamente sin acusarlas ni procesarlas, porque han dicho: consideramos que esta gente es demasiada peligrosa, pero no tenemos ni siquiera evidencia que sea válida en las comisiones militares; en otras palabras, no tienen nada que parece ni remotamente a evidencia. Así que todo tendría que basarse en el testimonio de oídas. Y, sí, es de preocuparse que confíen en el testimonio de oídas, porque está muy ligado al programa de tortura, esencialmente. No solamente el programa de detenidos de "alto valor" y las rendiciones extraordinarias y las prisiones secretas de la CIA donde la tortura claramente fue un elemento central, pero el hecho es que la tortura dominaba gran parte de la manera en que recluían e interrogaban a los hombres en Afganistán antes de trasladarlos a Guantánamo. Así que en Kandahar y principalmente en Bagram, como en el mismo Guantánamo, donde había un régimen en funciones, se sabe que al menos por dos años, que era una versión del programa de tortura que la CIA había usado en sus prisiones secretas. No se utilizó el submarino, pero sí se aplicaron torturas.

REVOLUCIÓN: ¿Cuántos presos están en Guantánamo actualmente, y en qué condiciones carcelarias?

ANDY WORTHINGTON: Hay 173 hombres detenidos en Guantánamo. En general, las condiciones mejoraron bajo Obama. No mejoraron para todos los presos. Algunos hombres siguen en aislamiento. Pero en general, se les permite ahora más contacto con otros detenidos y más recreación. Sin embargo, hemos tenido noticias de algunos presos, que han tenido conversaciones no clasificados con sus abogados, de que algo anda mal, pues están trasladando a algunos presos para pasar más tiempo en aislamiento. Pero en general todo ha mejorado, lo que en mi opinión señala que [quieren mantener Guantánamo abierto] por un largo plazo.

Después de todo, la función de Guantánamo como centro de interrogatorios ya terminó. En realidad esta era la intención de lo que el gobierno de Bush quería: detener a las personas fuera del alcance de la ley, para que pudiera hacer lo que quería con ellos y así conseguir lo que llamó “información accionable [sobre la cual podrían actuar]”. No le preocupaba qué diablos iba a hacer con estas personas, ni le preocupaba procesarlos. Todo era una cuestión de conseguir información. Y tristemente lo que pasó es que, cuando esas personas no le decían lo que en su opinión debieran de estar diciéndole, sea porque no querían revelar nada o porque se trataba de la persona equivocada, entonces empezó la tortura, pues se habían engañado a sí mismos para pensar que la tortura sería buena manera de llegar a la verdad. Pero así no se saca necesariamente nada que siquiera parezca verdad, o no se podrá separar la verdad de las ficciones. Se termina acusando falsamente a las personas, tumbando las puertas a medianoche y llevando a la mazmorra a una persona ajena de todo cuyo nombre fue divulgado debido a la tortura y no porque haya hecho algo mal. Esa es la maraña absolutamente horrible a que conduce la tortura.

REVOLUCIÓN: Todavía hay prisiones estadounidenses, por ejemplo en Afganistán, donde se recluye a la gente en condiciones de tortura...

ANDY WORTHINGTON: Está la prisión de Bagram. Se habla continuamente de una prisión secreta en Bagram. Y en mi opinión es muy creíble que, a pesar de que en general ha habido un esfuerzo de aprender de muchos de los errores del gobierno de Bush, en términos de su funcionamiento por cierto hay personas para quienes les conviene tener flexibilidad en el trato a los detenidos. Y creo que, más fundamentalmente, el problema evidenciado en Afganistán es que Bagram, que es la prisión principal que sirve las actuales operaciones estadounidenses en Afganistán, no es un lugar donde rige una vez más la Convención de Ginebra. Es un lugar donde detienen a las personas por bastante tiempo sin una investigación adecuada para determinar si deben de estar ahí, y luego reexaminan sus casos en un proceso similar al de Guantánamo, que la Suprema Corte halló que era inadecuado en 2008. Las fuerzas armadas no operan según la Convención de Ginebra. Eso es el tipo de cambio que se operó, a mi parecer, el que no se ha tratado.

El aspecto más alarmante de esto es que, al margen de este escenario de detención militar modificada, hay presos que por todo un tiempo no están inscritas en ningún registro, con el propósito de presionarlos. Aquí se trata definitivamente de tortura. Todas las historias indican que se trata de tortura. Para la mayoría de las personas la palabra mágica en cuanto a la tortura es: ¿se aplicó el submarino? Bueno, aquí eso realmente no viene al caso. Aquí se trata de gente sometida al aislamiento prolongado y a la privación de sueño, por ejemplo. Esas son formas de tortura.

REVOLUCIÓN: ¿Hay otros asuntos relacionados a las nuevas audiencias de comisión militar sobre los cuales debemos saber?

ANDY WORTHINGTON: Lo que sabemos es que el gobierno inició un Grupo de Trabajo cuando Obama asumió la presidencia. Este grupo pasó un año revisando todos los casos de Guantánamo, para decidir qué hacer con ellos. Participaron funcionarios y abogados de oficinas y agencias del gobierno; yo los describiría como un grupo de funcionarios de carrera bastante sobrios. Y estudiaron cuidadosamente la información que tenían sobre los detenidos con el fin de decidir qué hacer con ellos. Bueno, para mí eso es problemático porque ya está en marcha un proceso legal, que decidirá sobre el habeas corpus. El presidente Obama en esencia estableció un tipo de proceso paralelo de revisión ejecutiva. Bueno para mí de todos modos este es un problema, pero será la base para decidir qué hacer con los hombres detenidos.

Además, dijeron que de los 173 hombres detenidos, y hay que tener en cuenta que tres hombres quedan detenidos debido a los resultados de la comisión militar, quieren enjuiciar a 33. Quieren recluir indefinidamente a 48 hombres sin acusarlos ni enjuiciarlos. Los demás deben ser puestos en libertad. Así que está claro que hay un gran problema: siguen deteniendo a 89 hombres aunque se recomendó ponerlos en libertad. Otro gran problema: 48 hombres quedan recluidos indefinidamente sin acusaciones ni juicio porque cualquier evidencia que se tenga en su contra no se la puede usar, así que no es evidencia. Y ese es un problema fundamental. Se supone que treinta y tres hombres serán enjuiciados. Entonces, ¿van a abandonar la idea de enjuiciarlos en tribunales federales? ¿Será que usarán fondos del Departamento de Justicia, como se ha especulado, para burlar la prohibición del Congreso de transportar presos al continente de Estados Unidos usando fondos del Departamento de Defensa, y enjuiciarlos así?

El juicio a Ghailani, en que el jurado lo condenó de un solo cargo de un total de 285, pues los defensores de las comisiones militares lo pintaron como un fracaso. Caramba, si no prestabas atención, pensarías que lo absolvieron. Pero no. Ese solo cargo lleva una condena máxima de cadena perpetua sin poder salir en libertad condicional. Y la semana pasada, el juez lo sentenció a cadena perpetua sin libertad condicional. Ese juicio también les demostró a los críticos de Obama que los tribunales federales son lugares adecuados para procesar a terroristas. Creo que es fácil decir que en realidad también demostró que los tribunales federales son demasiado provechosos, porque dictan sentencias punitivas. Porque al examinar la totalidad de delitos relacionados al terrorismo procesados en tribunales federales, se ve que están dando sentencias extremadamente preocupantes a personas que casi no hicieron nada y están recibiendo condenas larguísimas.

Pero si quieren seguir adelante con estos juicios, por ejemplo de Khalid Sheikh Mohammed y de los otros cuatro hombres, en un lugar que será reconocido internacionalmente, si quieren dar realce a toda esta “guerra contra el terror” que se inició debido al 11 de septiembre, y aquí están los meros hombres que supuestamente son responsables de todo: pues ¿eso es lo que van a hacer? ¿O será que aceptarán que no, eso es demasiado impopular, es mejor dejarlos en Guantánamo y empezar enjuiciándolos uno por uno en las comisiones militares, y a ver cómo sale? No sé exactamente por cuál camino optarán. Pero primero tendrán que terminar con los juicios de los hombres presentados.

Hemos hablado sobre al-Nashiri. Pero otro hombre presentado para enjuiciar, Ahmed al-Darbi, capturado en Azerbaiyán, parece tener una historia repleta de torturas, particularmente en Bagram, y probablemente en la parte secreta de Bagram que estaba en funciones bajo el gobierno de Bush. Otro caso que para mí carece completamente de sentido: el de un insurgente secundario, como mucho, en Afganistán, un afgano llamado Obaidullah. ¿Qué diablos está pasando que quieren procesarlo? Hay que ver. La impresión que tengo es que seguirán tratando de conseguir condenas negociadas en estos juicios por comisión militar, puesto que es el único lugar donde pueden realizar juicios por el momento. Y puede ser, cuando se analiza cómo han funcionado las comisiones en general, que estas funcionen mejor para los detenidos que cualquier otro foro, en términos de salir de Guantánamo.

REVOLUCIÓN: Aparte de los casos individuales de presos, están las repercusiones morales y legales por la continuación de Guantánamo, las detenciones indefinidas, etc.

ANDY WORTHINGTON: No sé cómo desviar la discusión a lo que se debe discutir. Pero todo esto, todo lo que Obama ha tratado de hacer en los últimos pocos años, no ha cambiado en serio la estructura de detención de lo que el gobierno de Bush estableció tan falsamente. Se trata de algo nuevo en la historia. No estamos lidiando con soldados, ni delincuentes. Estamos lidiando con una nueva categoría de personas que no merecen tener derechos: el “combatiente enemigo”. Ahora Obama ha abandonado esa terminología. Pero cuando quieren enjuiciar en comisiones militares a los que están en Guantánamo, como vimos en el caso de Omar Khadr*, es necesario que un juez  los declare “enemigos beligerantes extranjeros no privilegiados”, un término que consideran más de acuerdo con el sentido de la Convención de Ginebra. Pero, repito, este es el legado del problema fundamental que no se ha tratado, es decir, no existe una tercera categoría de presos, solo hay dos clases de personas que se puede tener recluidos: o son sospechosos de haber cometido un delito y hay que enjuiciarlos, y creo que un aspecto importante de eso es de hacerlo de manera expedita, o son prisioneros de guerra, son soldados capturados en tiempos de guerra, sin importar si llevan uniforme de combate o no, y punto.

En ese sentido hay una enorme resistencia a volver al mundo que existía antes del 11 de septiembre. Muchos republicanos ahora defienden férreamente la postura de Bush. Pero también la defiende el gobierno de Obama, en esencia y en lo fundamental, por mucho que trate de maniobrar respecto al tema; y si se le planteara así, seguramente diría que no se trata de mirar hacia el futuro, es un problema heredado con el cual están tratando de lidiar, y que dicha situación de detención existe en las condiciones de ese problema heredado. Podrían redefinir a personas como prisioneros de guerra protegidos por la Convención de Ginebra. En tal situación, todos podríamos estar debatiendo por cuánto tiempo durará la guerra y por cuánto tiempo es apropiado recluir a esos hombres.

Así que es una confusión desastrosa, realmente, la situación en que estamos ahora, con todas estas diferentes facciones que luchan en sus propios rincones y a últimas instancias los detenidos en Guantánamo son los perdedores. Si se autoriza ponerlos en libertad, pues de todos modos no van a ninguna parte, se quedarán ahí. Si se recomienda procesarlos, bueno ya se ha eliminado una opción para enjuiciarlos y la otra no es prometedora. Y aparte de ellos, están los hombres que piensan recluir indefinidamente sin acusaciones ni juicio, de la misma manera precisa que quería Bush en primer lugar. Sea como sea la forma de disfrazarlo, en lo fundamental eso tampoco sigue siendo igual.

Espero que en algún momento seamos capaces de hacer que el debate aborde estas cuestiones de desechar toda la terminología que respalde la guerra contra el terror y que regresemos al entendimiento de que las personas o son delincuentes o son soldados, y eso es todo.


 

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