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La caída del régimen de Gaddafi en Libia… y la mano de los Estados Unidos y la OTAN

Del periódico Revolución
Publicado el domingo 28 de agosto de 2011

Al parecer está tocando fin el dominio de Muammar Gaddafi, el que duró 42 años en el país nordafricano de Libia. Los combatientes opuestos a Gaddafi inundaron la ciudad capital de Trípoli, la principal plaza fuerte de Gaddafi, el fin de semana del 20 al 21 de agosto y el lunes 22, ya se habían apoderado del grueso de la ciudad. (Al cierre de esta edición, al parecer no se conoce el paradero de Gaddafi y sus hijos.)

Los gobernantes estadounidenses, sus aliados imperialistas europeos, entre ellos Inglaterra, Francia e Italia, y sus voceros mediáticos están presentando la derrota de Gaddafi y el triunfo de las fuerzas “rebeldes” como una gran victoria para el pueblo, un triunfo de la “democracia” sobre la tiranía y una justificación de su intervención militar “humanitaria” en dicho país.

Cando las fuerzas opuestas a Gaddafi se apoderaron de Trípoli, el presidente yanqui Barack Obama dijo: “El pueblo de Libia están mostrando que la búsqueda universal de dignidad y libertad es mucho más fuerte que la mano de hierro de un dictador… Ahora el futuro de Libia está en las manos del pueblo libio”.

Para nada. La marcha de los acontecimientos allá es principalmente el producto de un embate económico, político y militar de Estados Unidos y la OTAN sobre las fuerzas de Gaddafi, el que ha durado meses.

El día de la caída de Trípoli ante las fuerzas opuestas a Gaddafi, el New York Times informó:

“Hasta el sábado, la OTAN y sus aliados había volado 7,459 misiones de combate para atacar a miles de blancos, de lanzadores de cohetes individuales a grandes cuarteles militares. El efecto cumulativo destruyó la infraestructura militar libia así como redujo muchísimo la capacidad de los comandantes del coronel Gaddafi de controlar a sus fuerzas, lo que dejó hasta las unidades de combate más aguerridas sin capacidad de movilizarse, reabastecerse ni coordinar operaciones” (“Sharper Surveillance and NATO Coordination Helped Rebels Race to Capital”, 22 de agosto de 2011).

Este embate no tiene que ver con la liberación de Libia ni garantizar la autodeterminación de la nación libia. Al contrario, su propósito es fortalecer los colmillos del imperialismo clavados en Libia.

Antecedentes: El régimen de Gaddafi, el levantamiento libio y el papel del imperialismo

Libia es un país nordafricano de seis millones de habitantes. Tiene una ubicación estratégica a la orilla del mar Mediterráneo y tiene grandes reservas del muy pedido crudo ligero. Italia lo colonizó por primera vez en 1910. Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se convirtió en la principal potencia dominante en este país, sobre su sector petrolífero inclusive. Ahí, Estados Unidos construyó una de sus mayores instalaciones militares fuera de su territorio, en todo el mundo, la Base Aérea Wheelus. En 1969, el coronel Muammar Gaddafi y un grupo de oficiales militares jóvenes organizaron un golpe de estado y arrebataron el poder al monarca pro yanqui que entonces reinaba en el país. Las fuerzas de Gaddafi se inspiraban en el nacionalismo árabe y buscaban aflojar el férreo control directo del imperialismo sobre Libia, y obtener más control sobre su riqueza petrolífera y una mayor proporción de la misma. Como Raymond Lotta señaló en una entrevista que le hizo Revolución: “Gaddafi era por muchos años una espina que el imperialismo, en particular Estados Unidos, tenía clavada…. aunque el régimen de Gaddafi nunca rompió con el imperialismo ni lo desafió de una manera fundamental”. A fines de los años 90, el régimen de Gaddafi ya quería lazos más fuertes con el imperialismo occidental y Estados Unidos y en 2004 amarró formalmente una alianza con Estados Unidos, y hasta lo apoyó en la llamada “guerra contra el terror”.

Durante esas décadas, la situación del pueblo de Libia iba empeorándose en las esferas económica y política. El régimen reprimía brutalmente a los opositores y asfixiaba si no aplastaba de plano las esperanzas y aspiraciones del pueblo.

Un levantamiento del cual el occidente rápidamente se apoderó

Cuando en enero las masas tumbaron la dictadura de Túnez y luego el régimen de Mubarak de Egipto, en todo el mundo árabe, Libia inclusive, las masas sacaron mucha inspiración y valor. El 15 de febrero, estalló una sublevación en Bengasi, la segunda ciudad libia (provocada por el arresto de un activista de derechos humanos). El régimen de Gaddafi procuró reprimirla con violencia.

Desde el principio, la sublevación incluía a una diversidad de fuerzas políticas: ex oficiales de Gaddafi y otros reaccionarios ligados a distintas potencias imperialistas. (El Consejo de Transición Nacional, que la mayoría de las grandes potencias del mundo han ungido como dirigencia de las fuerzas opuestas a Gaddafi, está bajo la dominación de las fuerzas pro imperialistas y cuando se formó, pidió la intervención de Estados Unidos y la OTAN en Libia.)

(Vea un análisis a fondo en: “Revolución le entrevista a Raymond Lotta: Los sucesos en Libia desde un punto de vista histórico... Muammar Gaddafi desde un punto de vista de clase... La cuestión de la dirección desde un punto de vista comunista”, Revolución en línea #227, 20 de marzo de 2011.)

Pese al papel que tuvieran o no tuvieran las potencias imperialistas en el inicio de esta sublevación, muy pronto intervinieron para moldearla y controlarla en beneficio de sus propios intereses. El 26 de febrero, el Consejo de Seguridad de la ONU, un organismo controlado por Estados Unidos y otras grandes potencias, impuso sanciones sobre la familia de Gaddafi. El 17 de marzo, votó por autorizar una “zona de exclusión” sobre Libia a fin de vencer a Gaddafi y apoyar a las fuerzas pro imperialistas. El 19 de marzo, empezaron los primeros ataques aéreos de Estados Unidos y la OTAN.

Desde ese entonces, ha crecido progresivamente la intervención política, económica y militar de Estados Unidos y la OTAN. Estados Unidos, Francia e Inglaterra han organizado y dirigido cada vez más a las fuerzas “rebeldes” (Inglaterra, Francia y otros aliados de Estados Unidos desplegaron fuerzas militares encubiertas al interior de Libia “a fin de contribuir a adiestrar y armar a los rebeldes…”). Las sanciones internacionales exprimían y debilitaban al régimen de Gaddafi. El avance final de las fuerzas opuestas a Gaddafi hacia Trípoli fue posible gracias al impacto cumulativo de los bombardeos, espionaje y coordinación militar de Estados Unidos y la OTAN.

El New York Times del 22 de agosto describe el alcance de la intervención militar de Estados Unidos y la OTAN.

“Al darse la convergencia de las fuerzas rebeldes de Libia sobre Trípoli el domingo, funcionarios de Estados Unidos y la OTAN mencionaron una intensificación de la vigilancia aérea estadounidense dentro y alrededor de la capital como un importante factor que ayudaba a inclinar la balanza después de los meses de progresiva erosión del aparato militar del coronel Muammar el-Gaddafi.

“Además, dijeron que esa coordinación entre la OTAN y los rebeldes, y entre los propios grupos rebeldes con una organización amorfa, había llegado a tener un carácter más sofisticado y letal en las últimas semanas, aunque la OTAN ha tenido un mandato de meramente proteger a los civiles y no tomar partido en el conflicto”.

Así que, ahora, resulta claro que principalmente Estados Unidos, Inglaterra y Francia están moldeando la marcha de los acontecimientos en Libia, y sin importar lo que fueran la intención y las aspiraciones iniciales de algunos de los libios que iniciaron la sublevación, en estos momentos han quedado reducidos a ser extensiones y peones objetivos de los imperialistas de Estados Unidos y la OTAN.

Hipocresía “humanitaria”… y matanza

Estados Unidos y la OTAN dicen que intervinieron en Libia por razones humanitarias: simplemente para proteger a los civiles y no para determinar el desenlace del conflicto ahí. Se ha demostrado ante el mundo que esas afirmaciones son puras mentiras.

Cientos y cientos de libios han muerto debido a las bombas y misiles de la OTAN: En un ataque del 9 de agosto, según un vocero del gobierno libio, murieron 33 niños, 32 mujeres y 20 hombres (Reuters, 9 de agosto de 2011). Trípoli, la capital libia, donde vive casi un tercio de la población del país, también ha sido blanco de las bombas. En violación del derecho internacional, Estados Unidos y la OTAN pretendían asesinar de plano a Gaddafi, bombardeando en numerosas ocasiones su complejo.

Como han dejado la marcha de los acontecimientos con tamaña claridad, y los imperialistas han hecho muy poco para ocultarlo, desde el comienzo su intervención ha tenido por objeto moldear la marcha de los sucesos, y no la protección de vidas. De hecho, el día después de la caída de Trípoli, el New York Times publicó un artículo titulado: “Scramble Begins for Access to Libya’s Oil” (Se inicia la rebatiña por tener acceso al petróleo de Libia, 23 de agosto de 2011).

Nada de eso quiere decir que los imperialistas tengan todo bajo control ni que todo va a avanzar tranquilamente de acuerdo a sus planes y designios, si bien han logrado derrocar a Gadaffi (incluso porque también existen contradicciones entre los propios imperialistas). El tiempo y la marcha de los acontecimientos indicarán cómo va a desenvolverse la situación, y Revolución estará cubriendo estos sucesos.


 

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