Obamanía homofóbica
En California nos metieron gato por liebre y parece ser que se quiere
continuar haciendo lo mismo en otros estados a través de una especie de Obamanía
homofóbica. Hay que reconocer por supuesto, que todo esto es parte de la agenda
pecaminosa de la exclusión y opresión heterosexista.
Más allá de la realidad que la clase dominante en Estados Unidos a través de
los Colegios Electorales le dieron la victoria a Barack Obama para ser el nuevo
Presidente, hay que reconocer también otra realidad y es que tuvo la capacidad
de atraer el 70% del voto Afro-estadounidense y el 65% del voto Latino/a. Y por
supuesto, logró conquistar el 50% del voto de la población blanca. En eso le
felicitamos.
Todo esto a pesar que en su programa político, el presidente electo, Barack
Obama, nunca dejó claro el cómo iba a lidiar con la realidad de la exclusión y
opresión de las comunidades Negras y/o Latinas. Súmele a esto que tampoco dejó
claro cómo es que va a lidiar con el reto desproporcionado de la pobreza y otras
desigualdades. Obama no será un camaleón al estilo de Colin Powell o de
Condoleezza Rice, pero tampoco es un activista como lo fue Martin Luther King ni
mucho menos como lo fue Malcolm X. A mi juicio, el es una galletita oreo; negro
por fuera y blanco por dentro.
Ahora bien, detrás de toda esta algarabía de votar pro Obama se engancharon
otros intereses los cuales están saliendo a flote y uno de esto lo es la
Proposición 8 en California. Esta se distingue por retroceder, quitar y a la
misma vez criminalizar los derechos civiles alcanzados por las comunidades
gay-lésbicas en California. O sea que la Obamanía desempolvó la homofobia negra
y latina de la cual se habla muy poco.
Es una vergüenza, pero hay que reconocer que el trabajo sucio vino
fuertemente de dos instituciones religiosas quienes cabildearon y financiaron
esta Proposición: Los Mormones y la Iglesia Católica Romana. Este proceso de la
construcción sexual del pecado lo que demuestra es una vez más la hipocresía
escolástica que existe aquí en Estados Unidos.
O tal vez, ¿por qué no lideran la campaña de traer al presidente George W.
Bush y su camaradería a juicio por crímenes de guerra? Yo me pregunto, ¿qué
papel de justicia estas dos organizaciones religiosas han jugado en condenar o
combatir el capitalismo corporativo que esta jodiendo y matando a la creación de
Dios? Ninguno.
Permítame ponerlo teológicamente más despejado; ante Dios ninguna de estas
dos organizaciones religiosas tiene decencia para autoproclamarse guardianes de
la moral estadounidense en estos asuntos de la sexualidad humana que Diosa nos
otorgó. El pecado no está en la unión entre dos hombres o dos mujeres o un
hombre o una mujer, el pecado está en las relaciones abusivas, déspotas y
explotadoras.
Sigamos construyendo la paz con justicia y combatiendo el pecado capital de
la homofobia, venga de donde venga.
Lbarrios@jjay.cuny.edu
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