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El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



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Conmutan la sentencia de Chelsea Manning

Saludar la salida de prisión programada
Condenar la indignante encarcelación de siete años

20 de enero de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

El 17 de enero, el presidente Obama anunció que conmutaría la sentencia de 35 años de Chelsea (anteriormente Bradley) Manning1. Su libertad está fijada para mayo del 2017 en vez del 2045.

En mayo Manning habrá cumplido siete años de prisión en varias prisiones, incluidos 11 meses en aislamiento de 23 horas diarias, en condiciones que un Relator Especial de la ONU calificó como “crueles e inhumanas”. A Manning le han negado el cuidado médico indispensable dado que es una mujer transgénero. Según informes, ella ha intentado suicidarse dos veces debido a ese abuso.

Arriesgó mucho para denunciar los crímenes yanquis

En el 2009, Chelsea Manning era soldada estadounidense y analista de inteligencia en Irak, lo cual le daba acceso a datos que demostraban crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos durante la ocupación.

En el 2010, Manning arriesgó la vida cuando le dio a WikiLeaks esos archivos (después de que el New York Times y el Washington Post habían expresado poco interés) con el fin de incitar, en sus palabras, “discusión, debate y reformas alrededor del globo”.

En ese entonces Manning dijo: “Este es uno de los documentos más importantes de nuestros tiempos que levanta la neblina de la guerra y pone al descubierto la verdadera naturaleza de la guerra asimétrica del siglo 21”. ¡Y tenía la razón!

Manning desenmascaró:

  • La tortura generalizada en las prisiones de Irak a cargo de los ocupadores yanquis. “[P]alizas, quemaduras y latigazos salieron en cientos de informes… en otros hay relatos de ejecuciones de detenidos sujetados”; la actitud de los estadounidenses ante semejantes horrores era “el equivalente de un encogido de hombros institucional”. (New York Times, 22 de octubre de 2010)
  • Que en secreto las autoridades estadounidenses calcularon que la invasión y ocupación dejó 66.000 civiles muertos, al mismo tiempo que públicamente daba cifras mucho más bajas.
  • La matanza en masa desde el cielo: Manning dio a conocer el vídeo “Daño colateral” que muestra a la tripulación de un helicóptero yanqui rociando sistemáticamente con su ametralladora a civiles iraquíes no armados en la calle, entre ellos niños, personas que no representaban ningún peligro — la tripulación yanqui riéndose y diciendo chistes —, cual video reventó el cuento propagandístico de que los soldados de Estados Unidos “son los buenos” en Irak.

El acto de valentía increíble le dolió a la administración Obama por lo cual se desquitó duro con Chelsea. Crearon el ambiente de una turba de linchamiento contra ella, lo que incluyó mencionar abiertamente la posibilidad de acusarla de traición — por lo cual la podrían sentenciar a muerte— aunque jamás la acusaron de traición. Aun antes de que se realizara el juicio Obama andaba diciendo que ella “rompió la ley”. La detuvieron ilegalmente en aislamiento por 11 meses de los tres años en espera del juicio. Cuando ella decidió declararse culpable de acusaciones menores, la fiscalía ignoró eso y procedió con cargos más graves, condenándola de la mayoría y sentenciándola a 35 años en el penal militar.

Esa fue, con mucho, la sentencia más severa contra alguien que ha filtrado documentos a la prensa. Incluso aquellos que de veras divulgaron secretos militares —como el general Petraeus—han recibido sentencias de no más de uno a tres años.

Pero el “crimen” de Manning no es que divulgó secretos militares. Su crimen fue que destapó los crímenes de guerra que Estados Unidos estaba cometiendo en Irak. Eso, para Obama y todo el sistema, era completamente detestable, y tenían que hacer de ella un ejemplo. (Y Obama rompería todos los records de procesar a “filtradores”).

Pero la persecución de Chelsea Manning no paró después de la sentencia. Si bien el ejército aceptó el diagnostico psiquiátrico de “trastorno de identidad de género” (o sea que no se identifica con su género biológico), Chelsea tuvo que batallar para el más mínimo reconocimiento de ella como mujer, para la terapia de hormona necesaria para la transición hacia una mujer biológicamente, así como para la cirugía de reasignación sexual que la siguen negando.

En una palabra, Chelsea Manning es una heroína que arriesgó la vida por el bien de la humanidad. No debió haber pasado ni un solo minuto en la cárcel. De hecho, una sociedad que aún luche por un mundo justo y decente celebraría la valentía de Chelsea Manning y la consideraría un modelo para los niños.

Todos tenemos que estar alertas y defender la seguridad de Manning en los próximos meses — y especialmente si el régimen fascista de Trump toma el poder. Y cuando salga libre, entonces sí será motivo para que los amantes de la justicia celebremos. Pero el acto de —por fin— dejarla salir jamás borrará el crimen de haber meterla presa por siete años, ni mucho menos el mayor crimen contra el pueblo iraquí que Chelsea Manning se atrevió a denunciar.

 

1. En agosto de 2013, Manning emitió esta declaración: “Me llamo Chelsea Manning. Soy una mujer. Dado lo que yo siento, y lo que he sentido desde la infancia, quiero empezar la terapia hormonal lo antes posible. Espero que me apoyen en esa transición”. Por tanto en este artículo nos hemos referido a ella como “Chelsea” o “ella”, aun en tiempos en que se identificaba en público como “Bradley” y “él”. [regresa]

 


 

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