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El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



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El deterioro constante de los derechos de la mujer en Irak

Intervención de Haifa Zangana en el Parlamento Europeo de Bruselas el 29 de enero de 2014

Haifa Zangana*

Uruknet
IraqSolidaridad, 18 de febrero de 2014

Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Beatriz Morales Bastos. Edición de IraqSolidaridad

“[...] Hacer justicia es la única manera de acabar con el terrorismo y de permitir al pueblo iraquí reconstruir su país y su cohesión social”

La Agencia Nacional de Noticias Iraquí informó el viernes 24 de enero que el bombardeo con morteros de la noche anterior había dejado cuatro personas muertas y otras 32 heridas, “incluidas mujeres y niños”, y que el bombardeo militar de Faluya el sábado había dejado cinco personas muertas y otras 14 heridas, “la mayoría de ellas mujeres y niños”. El Hospital General de Faluya también fue bombardeado.

Continúa el ataque del gobierno iraquí a [la provincia de] al-Anbar. El castigo colectivo de Maliki se denomina “Venganza por el mártir Mohamed” y fue precedido de una campaña denominada “Venganza por los mártires”.

Los ataques han sido indiscriminados, lo que ha provocado la huida de los civiles. ACNUR, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados informó el pasado viernes[1] que a lo largo de la semana pasada más de 65.000 personas habían huido del conflicto en las ciudades de Faluya y Ramadi, provincia de al-Anbar situada en el centro de Irak. Según el Ministerio de Desplazamiento y Migración de Irak, desde que empezaron los enfrentamientos a finales del año pasado éstos han provocado que más de 140.000 personas se hayan quedado sin hogar.

Esta cifra se añade al millón ciento treinta mil (1.130.000) personas que ya estaban desplazadas en el interior de Irak, y que residen sobre todo en Bagdad y en las provincias de Diyala y Nínive.

Según Naciones Unidas, “[...] Muchas de las personas desplazadas, no obstante, necesitan con desesperación, alimentos, atención sanitaria y otro tipo de ayuda. Al haberse generalizado la inseguridad, muchas familias que huyeron hace varias semanas, se ha vuelto a desplazar”.

Naciones Unidas en Irak ha solicitado al gobierno que abra un corredor humanitario para llegar a las familias desplazadas y atrapadas en la provincia de al-Anbar. Actualmente es imposible llegar a la zona desde Bagdad y las agencias de ayuda están utilizando las carreteras provenientes del norte de Irak.

¿Por qué hablo de todo esto y no de talleres para dotar de más poder a la mujer, talleres por la igualdad de género y la participación política? Porque para abordar de forma completa los problemas de las mujeres y plantear sugerencias políticas útiles hay que considerar a la mujer no como algo separado del resto de la sociedad, sino como parte de ella junto con el hombre.

… y permítanme que lea el resto del informe:

“[...] En otras zonas de Irak, incluidas Bagdad, Erbil, Kerbala, Saladino y Nínive, hemos sido testigos de la llegada de miles de personas desplazadas. Según se ha informado, no tienen dinero para comprar comida y carecen de ropa adecuada para el tiempo de lluvia. Los niños no van a la escuela y las condiciones sanitarias son inadecuadas, especialmente para las mujeres”.

El sufrimiento de las personas desplazadas va mucho más allá de la mera pérdida de una casa: supone la pérdida del barrio, de la comunidad, de las escuelas, de la atención sanitaria, de la sensación de seguridad asociada a lo familiar y, a largo plazo, el de una nueva identidad. La falta de uno de estos elementos o la combinación de todos ellos provoca unos niveles extremos de trauma, miedo, depresión, ansiedad y síndrome de estrés postraumático.

La regresión en la situación de la mujer es tan demoledora que afecta a lo más elemental de las necesidades humanas, lo imprescindible para sobrevivir.

Me centraré en la violencia en el dominio público y en cómo ésta se ha vuelto tan importante que las mujeres se han visto obligadas a renunciar a derechos ganados con mucho esfuerzo, como el empleo, la libertad de movimiento, la abolición de la poligamia, el derecho a la educación y a la atención sanitaria. En vez de perseguir esos derechos, se han visto obligadas a buscar protección para ellas y sus familias.

La ocupación de Irak en 2003 supuso para la mujer iraquí una terrible regresión en dos aspectos. El primero compete a la mujer como ciudadana en un entorno carente de protección y de garantías por parte de un sistema nacional de justicia penal que respete unos principios internacionales, lo que provoca la violación de los derechos humanos tanto de mujeres como de hombres.

El segundo aspecto tiene que ver con la violencia de género en el ámbito público, particularmente relevante durante la la guerra y la ocupación y el conflicto armado, y a menudo proporciona el contexto para los abusos sexuales, las violaciones y el trafico de mujeres y jóvenes.

Irak “[...] sigue en un estado de guerra de baja intensidad” en la que casi 9.500 civiles murieron en el año 2013[2]. El derecho a la vida y a la seguridad física son las primeras víctimas de la actual “guerra de baja intensidad” que afecta a la mujer como ciudadana, tanto si es objetivo directo de la violencia (físicamente) o indirecto (el asesinato de sus hijos o familiares varones, con lo que se convierte en cabeza de familia). La guerra y la ocupación se han cobrado más de un millón de vidas iraquíes[3] y han dejado aproximadamente un millón de viudas y cinco millones de huérfanos y huérfanas.

Viudas

Las viudas suelen hacer cola en la puerta de las oficinas de ayuda social a fin de mes para formalizar sus solicitudes o cobrar los insuficientes subsidios que suelen llegar con retraso. Las mujeres deambulan por las calles “[...] para vender artículos baratos o permanecen a la puerta de las mezquitas y de otras instituciones religiosas con la esperanza de obtener algunos de los artículos que se distribuyen (mantas, ropa o comida). El fenómeno de las mujeres que piden por las calles se ha vuelto frecuente en Irak. La única respuesta del gobierno suele ser detenerlas y arrojarlas a la cárcel, en vez de encontrar soluciones duraderas para evitarles este sufrimiento”[4]. Se calcula que solo 120.000 viudas reciben ayuda estatal. La ayuda mensual de una viuda es de 85 dólares, a pesar de que el sueldo medio es de 210 dólares.

Empleo

Solo el 2% de los empleados en el sector privado son mujeres. Un 10% de los hogares está encabezado por una mujer, viuda, divorciada, separada o con un marido enfermo a su cargo. Representan uno de los sectores más vulnerables de la población y están más expuestas a la pobreza y a la inseguridad alimentaría a consecuencia de unos niveles más bajos de ingresos (Boletín Informativo UNAMI 2012)[5].

Según un informe de IKN, solo el 14% de las mujeres trabajan o buscan trabajo activamente, en comparación con el 73% de los hombres. Aquellas que trabajan lo hacen generalmente en el sector agrícola, y las mujeres poseedoras de un título tienen más dificultades para encontrar trabajo: el 68% de las mujeres con título de bachillerato está desempleada[6].

Todo esto ocurre mientras que cada semana se transfieren ilegalmente fuera del país unos 800 millones de dólares[7], y al tiempo que se priva a los y las iraquíes de sus necesidades básicas.

Pena de muerte

Irak tiene actualmente uno de los índices de ejecuciones más altos del mundo.

Se cree que 1.300 presos, entre los cuales hay mujeres, están en el corredor de la muerte[8]. Algunas ejecuciones se han llevado a cabo en secreto. Según la actual legislación iraquí, se castigan con la pena de muerte 48 delitos. Solo en 2013 se ha ejecutado a 169 personas, la cifra más alta desde la invasión de 2003 encabezada por Estados Unidos, lo que sitúa a Irak en el tercer lugar del mundo por detrás de China e Irán. El 21 de enero, el Ministerio de Justicia emitió un comunicado que confirmaba que el domingo las autoridades habían ejecutado a 26 hombres, lo que supone un total de 38 ahorcamientos en cuatro días. “[...] Ese mismo día, Amnistía Internacional supo también que la oficina del presidente había ratificado unas 200 condenas de pena de muerte, lo que prepara el camino para que se lleven a cabo las ejecuciones. La mayoría de las personas ejecutadas el domingo, todas ellas hombres iraquíes, habían sido declaradas culpables de delitos de terrorismo según la draconiana Ley Antiterrorista de 2005”[9].

Navi Pillay, Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, comparó el sistema judicial de Irak con “[...] El trato dado a los animales en un matadero”. También mencionó que el sistema judicial de Irak “[...] Está profundamente viciado para garantizar siquiera un uso limitado de la pena de muerte y no digamos ya decenas de ejecuciones a la vez” y advirtió que la pena de muerte mina el trabajo realizado para reducir la violencia y lograr una sociedad más justa. Con independencia de su sexo, los y las presas suelen sufrir torturas, abusos sexuales y amenazas de violación y violaciones reales.

Todo ello es especialmente preocupante teniendo en cuenta que los juicios no se ajustan a los principios mínimos de imparcialidad, y por “los casos bien documentados de confesiones obtenidas bajo tortura”[10].

Las consecuencias de las ejecuciones y el hecho de mantener presos a los hombres sin cargos ni juicio durante largos periodos de tiempo, y con frecuencia en campos o prisiones lejanas, son catastróficas para las mujeres de sus familias, independientemente de lo resistentes que sean puesto que recae sobre ellas todo el peso de llevar el hogar.

Educación

Según un informe de Oxfam de 2007, aproximadamente el 92% de los niños de Irak padecen dificultades de aprendizaje[11]. La mayoría de los edificios de las escuelas están deteriorados debido a la negligencia y la corrupción.

Esto ocasiona daños considerables, incluida la falta de baños portátiles (la falta de instalaciones sanitarias supone una carga particular para las chicas)[12]. Algunas escuelas primarias se han quedado sin pupitres y sin sillas, tanto para los alumnos como para los maestros.

Los padres son reticentes a enviar a sus hijos a la escuela por temor tanto a los ataques militares como a los crímenes cometidos por las bandas; a ello hay que añadir la pobreza de las familias, la distancia a las escuelas, la falta de transporte, y la necesidad de que los niños ayuden en casa.

En el caso de la educación superior, el secuestro y el asesinato premeditado de más de 400 académicos han obligado a otros miles de académicos y profesores a huir del país. Su puestos se cubren por profesores y académicos en su mayoría sin cualificación, que presentan certificados y titulaciones falsas[13]. Sus nombramientos se basan generalmente en el favoritismo sectario y en la lealtad política al régimen en vez de en las cualificaciones y méritos. La falta de profesionalidad y de calidad de la enseñanza provoca obligatoriamente una enseñanza de baja calidad y, en consecuencia, unos resultados académicos pobres por parte de los alumnos.

Participación política de la mujer

El Artículo 47 de la constitución iraquí garantiza que el 25% de los diputados parlamentarios sean mujeres. Tanto las organizaciones feministas como la comunidad internacional han celebrado esta cuota como uno de los grandes logros del ‘Nuevo Irak’. Esta valoración se hace sin tener en cuenta la nimia diferencia real que esto supone para la mujer iraquí en general, ni su utilización como mero señuelo para ocultar los muchos crímenes cometidos contra la mujer bajo la ocupación. Lo irónico del caso es que el actual gobierno, formado a finales de 2010,  ha descuidado incluso este hecho simbólico. En realidad, de los 44 ministerios solo hay uno ocupado por una mujer, que desempeña el cargo de ministra de Asuntos de la Mujer. A esto se añade que la ministra, la Dra. Ibtihal al-Zaidino, no cree en la igualdad entre hombre y mujer en Irak. “[...] Estoy en contra de la igualdad entre hombre y mujer”, declaró a una agencia local de noticias. “[...] Si las mujeres son iguales que los hombres perderán mucho. Hasta el momento estoy a favor del poder del hombre en la sociedad”, explicó[14].

La mayoría de las parlamentarias han mostrado poco interés por los derechos de la mujer y se han centrado en representar las políticas de la mujer establecidas en sus partidos sectarios. En esencia, repiten todo aquello que defienden sus compañeros parlamentarios. Habría que plantear, por lo tanto, qué interés tiene la presencia de parlamentarias. Por ejemplo, la diputada Jenan Al-Ubaedey, ha estado más comprometida que cualquier otro diputado en justificar la violencia de género y la poligamia[15].

Derecho de manifestación

En junio de 2011 matones respaldados por el gobierno y armados con tablas de madera, cuchillos y barras de hierro golpearon y apuñalaron a manifestantes pacíficos, además de agredir sexualmente a las manifestantes de la plaza Tahrir de Bagdad mientras las fuerzas de seguridad se limitaban a observar y en ocasiones a reírse de las víctimas[16].

“[...] El gobierno respondió a las manifestaciones completamente pacíficas con violencia, y empeorando la seguridad con draconianas medidas antiterroristas. [...] El gobierno respondió al descontento, cada vez mayor, con campañas de detenciones masivas en las regiones sunníes, cuyo objetivo eran civiles de a pie y destacados activistas y políticos, en base a la Ley Antiterroristas de 2005. Las fuerzas de seguridad y los partidarios del gobierno acosaron a los periodistas y medios de comunicación críticos con las autoridades”[17].

Violencia de género en el espacio público

La falta de unas condiciones mínimas de seguridad en las calles, los controles en las carreteras, el sistema sanitario desmoronado, el agua contaminada junto a los sentimientos de miedo, ansiedad y desesperación afectan a las madres más que al resto de la población. Poder dar a luz de forma segura se convierte en un privilegio más que en un derecho humano. Aproximadamente el 38% de las mujeres embarazadas padecen anemia. Además, en 2010 la falta de financiación de los donantes obligó a Naciones Unidas a reducir su campaña humanitaria en Irak, lo que significa que se dejará de distribuir alimentos y ello afectará tanto a las cerca de 800.000 mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, como a los  niños desnutridos y a los más de 960.000 niños en edad escolar[18].

La tasa de mortalidad maternal en Irak sigue siendo la más alta de la zona. El 80% de estas muertes se podrían evitar interviniendo durante el embarazo, el parto y el posparto. Un 47,7% de las mujeres afirma haber tenido dificultades para recibir atención sanitaria de las instituciones estatales competentes al no tener dinero para pagar los servicios, mientras que a un 40,6% le resultó difícil disfrutar de dichos servicios.

Malformaciones congénitas

Las mujeres jóvenes casadas de Faluya, ciudad situada al oeste de Irak, son cada vez más reticentes a quedarse embarazadas por temor a dar a luz bebés monstruosamente deformes.

En noviembre de 2004, el ejército estadounidense utilizó bombas de fósforo blanco en sus principales ofensivas contra la ciudad de Faluya. El Dr. Chris Busby, profesor visitante de la Universidad de Ulster y uno de los autores de un estudio epidemiológico sobre Faluya, afirma: “[...] Los habitantes de Faluya experimentan unos índices más altos de cáncer, leucemia, mortalidad infantil y mutaciones sexuales que los registrados entre los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki en los años posteriores a que estas ciudades fueran incineradas por los ataques estadounidenses con bombas nucleares en 1945”[19]. Mozhgan Savabieasfahani, toxicóloga medioambiental de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, y autora del libro Pollution and Reproductive Damage, señala que en las ciudades de Mosul, Nayaf, Basora, Hawiya, Nínive y Bagdad también se han observado unos índices cada vez más altos de malformaciones congénitas. En algunas provincias también están aumentando los índices de cánceres, añade la Dra. Savabieasfahani, quien afirma:

“[...] La esterilidad, los continuos abortos, los partos de bebés muertos y las malformaciones congénitas graves (algunos de ellos nunca descritos en los libros de medicina) suponen una pesada lacra para las familias iraquíes”[20].

Matrimonio temporal

En relación con la ley del estatuto personal (ley de la familia), los intentos de sustituir la progresista ley de 1959 con la introducción de una versión sectaria de la ley islámica de la sharia se frustraron en 2004. Con todo, en la realidad de un país en el que las leyes ni se cumplen ni se respetan, tampoco se respeta el derecho civil iraquí. Posteriormente, dentro de la comunidad shií y siguiendo los pasos de Irán donde el matrimonio temporal es una práctica muy extendida, se ha restablecido un práctica cultural preislámica conocida como mut’a (placer), que permite los matrimonios temporales.

Desde la “Revolución Islámica” de 1979, Irán ha fomentado activamente la mut’a como una práctica esencial para la salud sexual de la sociedad. La mut’a permite a un hombre que desee tener relaciones sexuales con una mujer ‘casarse’ con ella en presencia de una figura religiosa que actúa como agente de lamut’a. El hombre especificará cuánto tiempo va a durar el matrimonio, lo que puede fluctuar entre unas horas y varios años. A continuación se tiene que pagar una pequeña mahr (dote) a la mujer. En Irak este tipo de matrimonios no ofrecen protección ni garantía alguna ni a la mujer ni a su descendencia. Solo el hombre tiene derecho a renovar el matrimonio cuando expira (a cambio de otra mahr) o a romperlo antes. Actualmente, los matrimonios temporales y los matrimonios no registrados en los tribunales civiles son muy frecuentes, sobre todo entre las mujeres pobres de las ciudades de Najaf y Karbala, los lugares más venerados del islam shií. La mayoría de estos matrimonios se llevan a cabo fomentados por y bajo la protección de instituciones religiosas, donde se ofrecen seminarios para promover entre las mujeres el matrimonio temporal. Estos seminarios pretende convencer a las mujeres de que esta práctica es aceptable y de que, de hecho, las beneficiará< sup>[21]. A pesar de ser legal desde el punto de vista religioso, muchos iraquíes consideran que la mut’a es una forma de prostitución.

Poligamia

El otro fenómeno que había sido raro en Irak y que se ha recuperado últimamente es la poligamia, como consecuencia de la pobreza, el paro y la necesidad que tienen las mujeres de ayuda económica y de ‘protección’ social. Algunos altos cargos y políticos, con el apoyo de algunos grupos religiosos, promueven la poligamia como una manera de encarar el problema de la cantidad, cada vez mayor, de mujeres viudas y solteras, y ello a pesar de que la poligamia es ilegal a menos que concurran unas circunstancias excepcionales que exijan una autorización judicial.

En el oeste de Irak, en la provincia de al-Anbar [22] por ejemplo, el Partido Islámico y algunos altos cargos ofrecen dinero a los hombres que deseen tomar más de una esposa. Este dinero oscila entre los 750 dólares por tomar una segunda esposa y alcanza los 2.000 dólares por casarse con una mujer que haya estado casada previamente [23]. Las organizaciones benéficas respaldan el segundo matrimonio, al igual que algunas organizaciones de mujeres, al considerar que la poligamia es un paso pragmático para reducir la peligrosa prostitución.

Sin embargo, otras mujeres y organizaciones de derechos humanos consideran que la poligamia es una maniobra política para encubrir la difícil situación de las mujeres más vulnerables de Irak. Aducen que las viudas y las mujeres que padecen pobreza necesitan trabajo y una prestación social mensual (como ocurría bajo el régimen del Baaz), y proyectos de microcréditos que ayuden a las mujeres a ser autosuficientes, algo casi imposible incluso en un país rico en recursos como es Irak [24]. Los efectos de la extensión de la poligamia, independientemente de cómo se venda ésta, serán perjudiciales para aquello por lo que las mujeres iraquíes han luchado durante más de un siglo para librarse de ella. En combinación con el matrimonio temporal es un paso atrás extremadamente degradante.

Tráfico de personas

Aunque Irak es firmante de varios protocolos y pactos de Naciones Unidas que protegen los derechos humanos y laborales, según el Informe sobre Tráfico de Personas [publicado por el gobierno estadounidense] (TIP, en sus siglas en inglés), Irak es un país origen y destino de hombres, mujeres y niños objeto de tráfico de personas para la mendicidad, la prostitución y el tráfico de órganos.

El precio por las chicas de 16 años es de unos 30.000 dólares; las chicas mayores alcanzan un precio de 2.000 dólares. Sofisticadas redes criminales ayudan a los traficantes. Estas redes pueden elaborar documentaciones falsas y pagar a los funcionarios corruptos para que eliminen los obstáculos [25]. Se ha traficado con niñas de tan solo 10 o 12 años desde Irak a países como Jordania, Líbano, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí para explotarlas sexualmente. Con otras víctimas se trafica en el interior de Irak y acaban en clubes nocturnos o burdeles, a menudo en Bagdad. La enorme población de personas desplazadas internas y de refugiados que se desplazan dentro de Irak y por sus fronteras son particularmente vulnerables de ser objeto del tráfico. En 2013 el Departamento de Estado estadounidense publicó un informe sobre el tráfico humano en el mundo según el cual se consideraba a Irak como caldo de cultivo del tráfico de personas y de contrabando de todo el mundo[26].

Tortura y violencia sexual

La tortura, los abusos sexuales, y las violaciones practicadas en Abu Ghraib y en decenas de campos y centros de detención anglo-estadounidenses han continuado a manos de las fuerzas iraquíes dependientes de los Ministerios del Interior y de Defensa. Estás fuerzas ha sido adiestradas por fuerzas británicas y estadounidenses. Los presos, en algunos casos tras el escándalo de Abu Ghraib, fueron entregados a los iraquíes para que los torturaran mientras el ejército de ocupación afirmaba no ser responsable. Esto dio luz verde a las fuerzas de seguridad iraquíes para seguir con la costumbre de torturar con el objeto de forzar confesiones que lleven finalmente a la ejecución de los presos, de acuerdo con el Artículo 4 de la Ley Antiterrorista.

La naturaleza sexual de la tortura, los abusos sexuales y la amenaza de violación se han convertido en una de las horribles herramientas comunes que se practican con impunidad contra los presos, independientemente de su sexo, para humillar, para quebrar la voluntad y aumentar el control, y mancillar los valores profundamente arraigados, como el honor, un valor que es igual de importante para los hombres y para las mujeres.

Muchos informes de derechos humanos documentan que desde 2003 se somete rutinariamente a las mujeres a abusos sexuales, tortura y violación.

A las mujeres se las detiene por diferentes razones. Hay mujeres a las que han detenido por “motivos de seguridad” acusadas de ser terroristas, colaboradoras de terroristas, potenciales suicidas y ex baazistas. A otras se las detiene para utilizarlas como rehenes para intimidar u obligar a sus familiares varones a admitir crímenes que no han cometido.

El 25 de enero 2009 Nawal al-Samarrai, entonces ministra de Asuntos de la Mujer, afirmó que tanto en las cárceles estadounidenses como en las iraquíes se golpeaba y abusaba rutinariamente de las mujeres, y en algunos casos eran violadas. Muchas mujeres presas desaparecieron después de ser detenidas por las fuerzas estadounidenses e iraquíes, y dado que sus familias no informan de estos casos, resulta difícil dar la cifra exacta de mujeres presas. La ministra al-Samarrai añadió que los partidos políticos y las milicias controlan los tribunales y a los jueces. El resultado es que los presos suelen permanecer indefinidamente en la cárcel.

Los documentos secretos del gobierno obtenidos por Human Rights Watch revelan que la tortura es “sistemática”. Los presos y las presas padecen una amplia gama de abusos durante las sesiones de interrogatorio para obtener confesiones falsas. “[...] Si los presos se niegan a confesar, los interrogadores suelen amenazar con violar a las mujeres y jóvenes de sus familias”[27].

A Ramze Shihab Ahmed, un hombre de 68 años con doble nacionalidad iraquí y británica, lo incomunicaron, torturaron y violaron con un palo después de que viajara a Irak para liberar a su hijo Omar. Ambos hombres fueron golpeados, se les aplicó técnicas de asfixia, les colocaron electrodos en los genitales y fueron suspendidos en el aire por los tobillos. Los torturadores también amenazaron con violar delante de él a la primera esposa de Ramze, que vive en Mosul, y amenazaron a Omar con obligarle a violar a su padre si no confesaba los asesinatos. Ambos hombres firmaron las ‘confesiones’[28].

Cambio de papeles

Las mujeres han tenido que actuar para proteger a sus familias y desempeñar las tareas cotidianas necesarias, algunas de las cuales están asociadas a los hombres, como incinerar a los muertos y buscar en las morgues a los parientes varones desaparecidos. Las colas de mujeres que esperan noticias de sus maridos, hijos, padres o hermanos presos o desaparecidos casi se han convertido en una característica fija frente a las cárceles, los campos de detención y los Ministerios de Derechos Humanos, Interior y Justicia. Algunas de ellas llevan años sin noticias de sus seres queridos. Los funcionarios suelen exigir fuertes sobornos para permitir a las mujeres visitar a sus familiares. Según un artículo de The Guardian, “ [...] Los funcionarios de seguridad iraquíes detienen sistemáticamente en base a acusaciones falsas, torturan y extorsionan a las familias con sobornos para liberar a las personas detenidas. La corrupción endémica en Irak ha creado una nueva industria en la que altos cargos de seguridad compran su autoridad en determinados barrios sobornando a los políticos. Los funcionarios medios pagan mensualmente estipendios a sus superiores, y todo el mundo recupera parte de su inversión extorsionando dinero a los familiares de los presos”[29].

¿Por qué al-Anbar?

El 25 de diciembre de 2012 los manifestantes tomaron las calles en la provincia de al-Anbar y fueron secundados en varias ciudades. Pedían la liberación de las mujeres detenidas. Según informes del Comité de Derechos Humanos del Parlamento, algunas de las mujeres han sido torturadas, violadas o amenazadas con ser violadas. Los diferentes portavoces del régimen ofrecieron respuestas contradictorias: desde negar la existencia de mujeres presas, detenidas como rehenes para obligar a sus familiares varones a claudicar, a admitir que habían detenido a algunas mujeres ‘terroristas’, prometer su pronta liberación, negar las violaciones y, finalmente, establecer un equipo de personalidades religiosas y altos cargos para investigarlo.

El régimen llevó a cabo una campaña de asesinatos de dirigentes de las manifestaciones pacíficas, y allí donde pudieron las disolvieron por la fuerza. En Hawiya, al norte del país, 50 personas fueron masacradas. El régimen ha terminado con las protestas pacíficas en todas partes excepto en al-Anbar. Al final acabaron vinculando las protestas con el terrorismo.

Conclusiones

¿Qué puede y debe hacer Europa para ayudar a las mujeres iraquíes? Podría ser una política sencilla, pero también polifacética.

Primero – Acciones para detener las atrocidades

La prioridad de la presión internacional es detener el actual baño de sangre antes de que llegue al que estamos asistiendo en Siria. Una posición pública de la Unión Europea contra de las violaciones es la mejor política para luchar contra el terrorismo, que prospera cuando la comunidad internacional permanece en silencio con el pretexto de luchar contra el mismo.

Cuando se le pregunta a las mujeres iraquíes cuál es el problema principal, responden que la seguridad, seguida de la salud, la educación y el empleo. Está muy bien organizar talleres sobre participación política y democracia, pero en época de conflicto y guerra no es sino la última de las prioridades.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos debe nombrar un relator especial para Irak. Es el primer paso para investigar los crímenes cometidos por el corrupto régimen sectario. Su objetivo debe ser acabar con la escandalosa impunidad actual.

Segundo –Buscar la causa fundamental del terrorismo en la política del gobierno en vez de recurrir a la islamofobia y a los mitos sobre fuerzas extranjeras

Ban Ki-moon, en su visita a Irak del 14 de enero pasado, señaló lo que los manifestantes han estado reivindicando todo el tiempo: Buscar las causas fundamentales de los problemas. Éstas son: el sectarismo, la corrupción, la falta de servicios esenciales, las violaciones de los derechos humanos, el desempleo cada vez más alto, y las bandas y milicias organizadas que prosperan bajo un gobierno cleptocrático.

Tercero –Dejar de suministrar armas a un régimen que las emplea contra su pueblo

El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, en sus siglas en inglés) demuestra en su anuario la indiferencia generalizada de muchos Estados al respecto. No se puede esperar que el pueblo iraquí crea en las buenas intenciones de Occidente si ve que arma a sus opresores.

Cuarto – Desenmascarar la corrupción y exigir transparencia, allí donde se oculta la riqueza iraquí.

El gobierno de al-Maliki lleva tiempo cosechando más de 100.000 millones de dólares al año del petróleo de la nación. Esto equivale a unos 20.000 dólares al año por cada familia iraquí media, compuesta por siete personas. Sin embargo, los iraquíes carecen de productos básicos. La riqueza se despilfarra o se roba, una situación que Transparencia Internacional ilustra de la siguiente manera: “[...] Las malversaciones generalizadas, las estafas, el blanqueo de dinero, el contrabando de petróleo y el soborno burocrático generalizado han llevado al país al primer puesto de las clasificaciones internacionales de corrupción, han exacerbado la violencia política y han dificultado la reconstrucción del Estado y el suministro de servicios eficaces”.

Hacer justicia es la única manera de acabar con el terrorismo y de permitir al pueblo iraquí reconstruir su país y su cohesión social.

Notas de la autora y de IraqSolidaridad:
1. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados [ACNUR] lo publicó al día siguiente, 24 de enero (UNHCR). Véase “Continuing fighting in central Iraq leaves 140,000 forcibly displaced“, UNHCR, 24 de enero de 2014.
2. “The trenching of faults: Iraq 2013. An overview of the year’s violence against civilians“, Iraq Body Count, 1 de enero de 2014.
3. “[...] Un estudio publicado por la prestigiosa revista médica The Lancet calculó que a fecha de julio de 2006 habían muerto más de 600.000 iraquíes a consecuencia de la invasión. Desde entonces han continuado muriendo iraquíes. La contabilidad de muertes proporciona una actualización casi diaria de esta cifra basada en un índice de aumento derivado del Irak Body Count. Una prestigiosa agencia de estadística británica confirmó en 2008 el cálculo de más de un millón de iraquíes muertos. Opinion Research Business calculó que la cantidad de muertes entre marzo de 2003 y agosto de 2007 era de 1.033.000”. Véase “Iraq Deaths“, Just Foreign Policy, sin die y Gilbert Burnham, Riyadh Lafta, Shannon Doocy, Les Roberts, “Mortality after the 2003 invasion of Iraq: a cross-sectional cluster sample survey”, The Lancet, volumen 368, número 9545, páginas 1421-1428, 21 de octubre de 2006. Véase también, Dirk Adriansens, “La escandalosa contabilización a la baja de los civiles muertos en Irak“, IraqSolidaridad, 16 de abril de 2013.
4. “Iraqi widows and orphans face government corruption”, Coordination Committee for Iraq, 30 de noviembre de 2010.
5. “Women in Iraq factsheet“, UN Iraq, marzo 2013.
6. “Iraq 10 years on: Women yet to regain their place“, IRIN, 6 de mayo de 2013.
7. Farid Farid, “Iraq’s corruption legacy”, Transparency International, 3 de abril de 2013.
8. Informe Anual de Amnistía Internacional – Iraq – 2011.
9.“ Iraq: Another spike in executions with 38 hanged in last four days”, Amnistía Internacional, enero de 2014.
10. Ibid.
11. Hans von Sponeck, “Irak: Un caso de educidio”, Tribunal BRussells, marzo de 2011.
12. UNAMI HR 2010
13. El periódico iraquí Azzaman informaba el 8 de octubre de 2011: “[...] Según la comisión parlamentaria sobre integridad y transparencia, más de 30.000 funcionarios iraquíes, varios de ellos de algo rango, han obtenido sus puestos gracias a certificados y titulaciones falsas”.
14. Mufid Abdulla, “Outrage as Iraqi women’s affairs minister opposes equality for women”, Kurdistantribune, 14 de febrero de 2012.
15. Catherine Philp, “Iraq’s women of power who tolerate wife-beating and promote polygamy”, The Times, 18 de abril de 2005.
16. “Iraq: Intensifying crackdown on free speech, protests”, Human Rights Watch, 22 de enero de 2012.
17. “World report 2014: Iraq“, Human Rights Watch, enero 2014.
18. Según Edward Kallon, representante del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas para Irak. Véase Betwa Sharma, “UN forced to cut food aid to Iraqi women, children", AolNews, 19 de julio de 2010.
19. Patrick Cockburn, “Toxic legacy of US assault on Fallujah ‘worse than Hiroshima’”, The Independent, 24 de julio de 2010.
20. Mozhgan Savabieasfahani, “The WHO must release report on Iraqi birth defects now“,Al-Jazeera, 11 de agosto de 2013.
21. Kelly Mcevers, “Abuse of temporary marriages flourishes in Iraq”, NPR, 19 de octubre de 2010.
22. La población de la provincia de al-Anbar es de 1.700.000 personas con unas 130.000 viudas y solteras.
23. Uthman al-Mukhtar, “Polygamy promoted to tackle plight of Anbar’s women”, ICR nº 353, 23 de septiembre de 2010.
24. Roula Ayoubi, “Iraq toys with polygamy as solution for war widows”, BBC, 26 de enero de 2011.
25. “Iraq at a crossroads: Human rights in Iraq eight years after the US-led invasion“, Human Rights Watch, 2010.
26. Amal Sakr, “Iraq a hotbed of human trafficking“, Al-Monitor, 20 enero de 2014.
27. Samer Muscati, “Iraqis torturing Iraqis”, New York Times, 4 de mayo de 2010.
28. Ibid.
29. Ghaith Abdul-Ahad, “Corruption in Iraq: ‘Your son is being tortured. He will die if you don’t pay’”,The Guardian, 16 de enero de 2012.

*Haifa Zangana, escritora exiliada iraquí, ha publicado numerosas novelas todas sobre Irak. Es miembro de la Red Internacional contra la Ocupación, de la que también forma parte la CEOSI. De ella se puede leer en IraqSolidaridad diversos textos traducidos al español.

Texto original disponible en inglés aquí


 

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