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El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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¿Qué es el “submarino” (waterboarding)?
Es un crimen de guerra, ex presidente Bush

Kevin Gosztola
15 de noviembre de 2010

Traducido del inglés por
El Mundo No Puede Esperar
1 de febrero de 2011

A juzgar por la gira en que promociona su libro Decision Points [Puntos de decisión], se podría pensar que el ex presidente George W. Bush no ve nada malo en el “submarino”. De hecho, se podría llegar a la conclusión de que para ser un líder fuerte, hay que tener la “valentía” o las “agallas” de solicitar que se le aplique el submarino a un sospechoso de terrorismo, y si no, enfrentar la posibilidad de parecer débil. Sin embargo, el submarino es en realidad un crimen de guerra.

En su recién publicada autobiografía, Bush escribe que “tener que decidir entre la seguridad y los valores” es un conflicto real. Escribe sobre sus consultas a “expertos de la CIA” acerca de “técnicas de interrogatorio”. Se realizó una revisión jurídica y se creó un “programa de interrogatorios intensificados” que “cumplió con los requisitos de la Constitución y todas las leyes pertinentes, incluidas las que prohíben la tortura”. La CIA determinó que la técnica del submarino “no inflige daños duraderos”.

Matt Lauer, uno de los anfitriones del programa televisivo "The Today Show," entrevistó hace poco a Bush y le preguntó por qué considera que el submarino es legal. Bush dijo: “Porque el abogado dijo que era legal…Dijo que no cae dentro de la Ley anti-Tortura. Yo no soy abogado. Pero tienes que confiar en el juicio de la gente a tu alrededor, y yo sí le confío."

Los abogados que rodeaban a Bush --- gente como David S. Addington, John Ashcroft, Jay Bybee, Steven G. Bradbury, Douglas J. Feith, Timothy E. Flanigan, William J. Haynes II y John Yoo --- en verdad le dijeron a Bush que era legal. Formularon específicamente una justificación jurídica de la tortura para que el gobierno de Bush pudiera cometer crímenes de guerra con impunidad. Como informa Jason Leopold, los abogados de Bush “redactaron apresuradamente” su asesoría legal después de que un preso ya fue sometido al submarino y “violaron las normas de ética, al colaborar con altos funcionarios de la Casa Blanca en crear un amparo jurídico para la violación de estatutos contra la tortura y otros estatutos después de los hechos, en vez de proveer una asesoría objetiva para actos futuros”.

El profesor de derecho de la Universidad Georgetown Jonathan Turley, que ha aparecido en programas de MSNBC como "Countdown with Keith Olbermann", escribió una columna en mayo de 2009 que discutía los argumentos a favor de procesar los crímenes de guerra cometidos por el gobierno de Bush. Turley detalló cómo “Estados Unidos estableció la norma de que el submarino es tortura”. El mayor Edwin F. Glenn, al aplicar el submarino en las Filipinas en 1898, argumentó que el submarino “se justificaba en vista de las necesidades”, pero esos argumentos se rechazaron. “Se le formó un consejo de guerra [al mayor Glenn] y se lo condenó del delito de tortura”.

Turley también explica que “la tortura es un crimen de guerra”. Es delito, de acuerdo a la Ley de Tortura, 18 U.S.C. § 2340. Se prohíbe expresamente en la Convención contra la Tortura y otros Maltratos o Castigos Crueles, Inhumanos o Degradantes, una “ley vinculante” que el presidente Reagan firmó.

A Bush y a los abogados involucrados en autorizar la tortura a detenidos como Abu Zubaydah les gustaría que los estadounidenses creyeran que el país posiblemente habría sido atacado si no se hubiera ordenado aplicar el submarino. The Washington Post informó en marzo de 2009 que la aplicación del submarino a Abu Zubaydah “no frustró ningún complot".

También les gustaría que los estadounidenses creyeran que los complots contra el aeropuerto Heathrow y Canary Wharf en Londres “se frustraron” gracias al submarino. Sin embargo, un ex presidente de inteligencia británica le dijo a la BBC Radio 4 Today que dudaba que la tortura “produjera en realidad información que fuera instrumental en impedir que esos complots se concretaran”.

En su libro, Bush afirma que Estados Unidos logró capturar a Khalid Sheikh Mohammed porque le sometieron a Zubaydah al submarino. Si eso fuera el caso, ¿por qué tantos expertos militares y de defensa afirman que la tortura no funciona?

No es muy probable que Zubaydah hubiera dado información nueva a los militares; es mucho más probable que los interrogadores le hicieran preguntas como “¿Está Mohammed en Rawalpindi, Pakistán? ¿Sí?” Y cuando Zubaydah quería que dejaran de aplicarle el submarino, asintió con la cabeza y los interrogadores decidieron que esa fue confirmación suficiente de la exactitud de sus pistas, y las fuerzas se movieron para capturarle a Mohammed.

La respuesta de Bush de “claro que sí” al director de la CIA George Tenet, cuando este le preguntó si se permitiera aplicar el submarino a Mohammed, es simplemente otro indicio frío de que Bush no creía que su gobierno tuviera necesidad de acatar el derecho internacional.

Por suerte de Bush, los demócratas, incluida Nancy Pelosi, a pesar de haber recibido informes sobre el uso del submarino en 2002, no creían que era necesario presionar al gobierno en cuanto a los crímenes de guerra. De hecho, supuestamente la única objeción al informe era que algunos miembros del Congreso dudaban que la técnica de tortura fuera “suficientemente severa”.

El gobierno de Obama efectivamente ha legalizado el submarino, la tortura y los crímenes de guerra, pues rehúsa ordenar que el Departamento de Justicia investigue o procese a los ex funcionarios de Bush que ahora andan jactándose abiertamente de su papel en la comisión de crímenes de guerra. Los grupos pro justicia han tratado de conseguir la inhabilitación de los abogados involucrados en crear las justificaciones de tortura, pero han fracasado dada la falta de interés en dar seguimiento a la obligación del país de investigar y procesar por crímenes de guerra (quizás el hecho de que publicaciones como el New York Times hayan calificado esos esfuerzos por defender el dominio de la ley de “izquierdista” tiene algo que ver con su fracaso).

Este no es el drama televisivo "24". Se decidió hace muchísimo tiempo que los crímenes de guerras son actos que deben llevar al castigo. El mismo Bush dijo como presidente: “Se procesará los crímenes de guerra, se castigarán a los criminales de guerra y no se podrá aducir como defensa que ‘yo solo cumplía con órdenes superiores’”.

Entonces, siendo así el caso, secretario de Justicia Eric Holder, hay mucho trabajo que hacer: trabajo que se espera restaurará la integridad y el prestigio moral de Estados Unidos.


 

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