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El Estado Policial de Obama: Fuera Bush-Bushiando

04 de julio 2010
Margaret Kimberley

Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar

En la Administración de Barack Obama, ex profesor de derecho constitucional, las libertades civiles de los estadounidenses se han reducido drásticamente -al punto de que su gobierno reclama el derecho de juzgar a sus ciudadanos sin cargos ni proceso legal alguno. Y los ciudadanos que salen del país no pueden estar seguros de que volverán a ingresar.

Pero, ¿dónde está la indignación entre los demócratas cuando Obama fue anti Bush? "Parece que los demócratas en realidad no sienten ninguna afrenta de las políticas de Bush, sólo de su afiliación de partido”.

Los estadounidenses ya no tienen derechos que su gobierno tenga que respetar. La arremetida contra las libertades civiles y los derechos humanos puede haber comenzado durante el gobierno de Bush, pero ha sido perfeccionado en el régimen de Obama con el apoyo completo e incondicional de la mayoría demócrata del Congreso.

Cualquier indignación acerca de la cada vez más estricta sujeción de la autoridad ejecutiva está reservada para los presidentes con la letra R, después de sus nombres.

No hay acto adoptado por la administración Obama -no importa cuan tiránica sea-, que provoque la reacción de algún tipo. No hay pérdida de los derechos infligido a los estadounidenses que haga que los demócratas hablen en contra de una situación cada vez peor.

La pérdida de los derechos se personifica en el caso de Yahya Wehelie, un ciudadano estadounidense, nacido en Virginia. Un hijo de inmigrantes de Somalia, que estaba tratando de regresar a Estados Unidos después de una estancia prolongada en Yemén. Cuando él y su hermano menor Yusuf intentaron abordar un avión estadounidense en Egipto para regresar a casa, se les informó que sus nombres estaban en la lista de no volar de la TSA, y no se les permitió abordar un avión con destino a un hemisferio occidental sin antes consultar al FBI.

Yusuf Wehelie fue al principio interrogado por el FBI, y se le dijo que tenía permiso para regresar a los Estados Unidos. Pero en lugar de eso, fue detenido por la policía egipcia en el aeropuerto de El Cairo donde soportó días de confinamiento que incluyó golpes y la privación del sueño llevado a cabo por los egipcios antes de que, finalmente, se le permitiera regresar a su país de origen y ciudadanía.

Dos meses después, Yahya Wehelie aun se encuentra en Egipto. Su exilio, se cree, ha sido causado por su asociación con un sospechoso de terrorismo presente en Yemén durante ese lapso de tiempo. En un homenaje a Franz Kafka, el Departamento de Seguridad Nacional no le ha contado a Wehelie por qué es incapaz de entrar a su propio país. Al parecer, la norma constitucional que obliga al debido proceso ya no se aplica.

Obama ha ampliado y fortalecido todas las reglas de la era Bush que erosionan las libertades civiles y derechos constitucionales de los estadounidenses. Los estadounidenses varados en el exterior no son las únicas víctimas de este ataque intensificado a las libertades civiles. El presidente Obama reclama también el derecho a asesinar a sospechosos de terrorismo estadounidense, como Anwar al-Awlaki. Ahora el gobierno admite el objetivo "decenas" de otros estadounidenses a muerte. El derecho a matar a los estadounidenses nunca se ha alegado ni siquiera por George W. Bush, un hombre vilipendiado por los demócratas. Parece que los demócratas en realidad no sienten ninguna afrenta de las políticas de Bush, solo de su filiación de partido.

Obama está superando a Bush y a todos sus predecesores en todo sentido. Según el New York Times, "En 17 meses en el cargo, el presidente Obama ya ha superado a todos los presidentes anteriores en la búsqueda de procesos por fugas." Thomas A. Drake encontró la manera ruda. En 2007, el ex empleado de la Agencia de Seguridad Nacional habló con un reportero acerca de la corrupción y la incompetencia en la adjudicación de los contratos militares. Aunque las investigaciones dirigidas contra Drake comenzaron en la administración Bush, es en la de Obama que el Departamento de Justicia decidió acusar a Drake. Si es declarado culpable se enfrenta a una pena de prisión.

Mientras Yahya Wehelie sigue atascado en El Cairo y Thomas Drake se enfrenta a prisión, los detenidos de Guantánamo no tienen esperanza de ir a algún lugar en ningún momento. El candidato Obama prometió cerrar la prisión, aunque nunca hizo ningún reclamo de cambio de la designación de "combatientes enemigos" que hizo posible Guantánamo. Ni siquiera lo poquito que Obama prometió se ha conseguido.

Un funcionario del gobierno habló de manera anónima, y con una franqueza cínica, sobre la farsa de Guantánamo. "Guantánamo es un símbolo negativo, pero está venida a menos, porque nos ven en el intento de cerrarla", dijo el funcionario. "Cerrar Guantánamo es bueno, pero luchar por cerrar Guantánamo es mejor. Si admiten que no sería peor".

No tenemos la filosofía de Obama de cáscara de nuez. Fingir ser agentes del cambio mientras se trabaja entre bastidores para cambiar nada, a menos que el cambio en cuestión beneficie a las grandes empresas farmacéuticas, a las grandes contratistas militares o a las grandes petroleras.

<>Los partidarios de Obama y los líderes del Partido Demócrata son igualmente cómplices de los planes de asesinato, de la pérdida del derecho al debido proceso y del incumplimiento de promesas de campaña. Ya no hay un mal de Bush o de Cheney para difamar. Sus políticas se mantienen y se han institucionalizado en mayor medida de lo que éstos podrían haber soñado.

A Ronald Reagan se le decía "teflón". Nada se le pegaba y él siguió siendo popular con millones de votantes a quienes no les importó lo que hizo. Obama tiene esa cualidad en abundancia, porque puede tomar las acciones que sus partidarios alguna vez criticaron sin perder nunca su apoyo. La hipocresía y el cinismo están ahora a la orden del día. Esa es una noticia muy mala para Yahya Wehelie. Es probable que se quede en Egipto por un tiempo muy largo.

La columna de Margaret Kimberley, Freedom Rider, aparece semanalmente en Black Agenda Report, donde este artículo apareció por primera vez. La Sra. Kimberley vive en Nueva York, y se puede llegar a ella vía e-mail en Margaret.Kimberley (a) BlackAgandaReport.com.


 

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