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21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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¿Estamos los estadounidenses haciendo cola para Guantánamo?

05 de diciembre de 2011
Ray McGovern

Traducido del inglés por
El Mundo No Puede Esperar
18 de diciembre de 2011

Ambigua pero alarmante, es la nueva formulación que se esconde en la Ley de Autorización de Defensa Nacional (National Defense Authorization Act- NDAA) que acaba de ser aprobada en el Senado, y que recuerda a las “medidas extraordinarias” introducidas por los nazis después de que tomaran el poder en 1933.

Por otro lado la relativa ausencia de reacciones hasta el momento recuerda a la extraña y calmada indeferencia con la que la mayoría de los alemanes miraban la erosión de sus derechos hasta aquel momento garantizados por su propia constitución. Como dijo un escritor alemán: “Con cierta sumisión ovina las vimos desplegarse, como si estuvieramos en el palco de un teatro”.

El escritor fue Sebastian Haffner (cuyo nombre real era Raimond Pretzel), un joven abogado alemán preocupado por lo que vio en Berlín en 1933, pero impotente para detenerlo ya que, como él decía, los alemanes “se derrumbaron sin fuerzas, se rindieron y capitularon colectivamente”. “El resultado de esta crisis nerviosa multitudinaria” escribió Haffner en aquel momento, “es una nación unificada, preparada para cualquier cosa, y que hoy es la pesadilla del resto del mundo”. No es una analogía bonita.

El proyecto de ley del Senado, en efecto, revoca una ley de 1878 conocida como la Posse Comitatus Act, que inhabilitó al ejército para que hacer cumplir las leyes internas, después de que los militares hubiesen usado (y a menudo abusado) de este papel durante la Reconstrucción. Siempre, desde ese momento y hasta ahora, la ley había sido tomada con bastante seriedad. Los oficiales militares han visto como sus carreras se frenaban repentinamente con la implicación de los recursos militares federales en asuntos criminales civiles.

Pero eso fue antes del 11-S y del mantra “el 11-S lo cambió todo”. En el caso de la ley NDAA aprobada por el Senado (más de una década después de los ataques terroristas e incluso cuando las agencias de inteligencia estadounidenses dicen que al-Qaeda está a punto de ser derrotada), el Congreso continúa destruyendo las protecciones constitucionales y legales en nombre de la “lucha contra el terrorismo”.

El Senado aprobó expandir la autoridad militar a pesar de la oposición del Secretario de Defensa Leon Panetta, del Director de Inteligencia Nacional James Clapper y del Director del FBI Robert Mueller, y de una amenaza de veto del presidente Barack Obama.

El Senado voto para autorizar (y sobre todo, para exigir), “a las Fuerzas Armadas de los EE.UU la detención de personas implicadas” de forma indefinida. Y esas “personas implicadas” son descritas no solo como alguien activo en los ataques del 11-S sino como alguien que “apoyó sustancialmente a al-Qaeda, a los talibanes, o a alguna de las fuerzas asociadas que están implicadas en las hostilidades contra los EE.UU o sus aliados, incluyendo cualquier persona que haya cometido un acto beligerate o que haya apoyado directamente tales hostilidades en ayuda de tales fuerzas enemigas”.

A pesar de que el texto es en si mismo tortuoso (y que no existe una disposición para la renuncia del Secretario de Defensa en relación con las detenciones militares obligatorias) la elasticidad de términos como “fuerzas asociadas” y “apoyadas” deja a algunos de los luchadores civiles preocupados por si el ejército estadounidense pudiera ser desplegado en el país contra la gente que se oponga a las futuras guerras contra los supuestos “terroristas” o “estados terroristas”.

El Senado claramente deseaba para “la ley y el orden” militar, poderes que le permitieran extenderse más allá del territorio de las bases en la teoría de que puede haber “terrorsymps” (abreviatura de “simpatizantes de terroristas”) acechando por todas partes.

¿Está esta lucha contra el terrorismo, que dura ya diez años y que todo lo consume, terminando con lo que queda de nuestros derechos constitucionales? ¿Necesito preocuparme por si el ejército en el que estuve orgulloso de servir en la década de 1960 puede ahora derribar la puerta de mi casa y detenerme indefinidamente (o algo peor)?

Mis vecinos se han dado cuenta, después de todo, de que ahora llevo una larga barba y que, a veces, incluso llevo un sombrero como el del clérigo musulmán Anwar al-Awlaki. Y todos sabemos lo “terrorsymp” que era. “¡Si ves algo, dilo!”

Peor todavía, algunos de mis vecinos me escucharon cuando le decía a mi nieto que el presidente Obama debería avergonzarse por haberse jactado del asesinato sin el debido proceso a Awlaki, ciudadano estadounidense, y después a su hijo de 16 años.

Un respeto perdido

Los ciudadanos de países poderosos solían tener sus derechos ampliamente protegidos, en su país y en el extranjero. La frase “soy un ciudadano romano” (Civis Romanus Sum), sirvió para algo en algún momento. Aún más respetado tendía a ser el saludo “soy estadounidense”, gracias a nuestro poder en el extranjero y a nuestra famosa (antaño) adherencia en casa a una constitución escrita.

¿Adherencia? No demasiada en los últimos tiempos. No desde que los políticos hambrientos de poder se propusieron explotar el 11S para que “todo cambiara”, incluyendo los derechos antiguamente garantizados por la Carta de los Derechos y la protección del habeas corpus que protegía la propia Constitución.

El caso de Awlaki es interesante. Un musulmán cuya moderada influencia fue buscada por el establishment de Washington inmediatamente después del 11S y que se radicalizó a causa de nuestras luchas contra sus compañeros musulmanes. Mencionando este detalle poco conocido ¿estoy mostrando mi “apoyo” a “al-Qaeda, los talibanes o las fuerzas asociadas?¿Estará el ejército de EE.UU. obligado a señalarme como objetivo a mí también?

“Tú no, abuelo” me tranquilizaron mis nietos en Acción de Gracias. “Incluso con la barba y el sombrero, no te pareces mucho a Awlaki o a un terrorsymp. Pareces diferente, tu piel clara y la ciudadanía estadounidense deberían ser suficiente para salvarte.

Estuve de acuerdo en que probablemente tendrían razón, incluso si mantenía mis críticas sobre lo que está ocurriendo. Pero, la verdad sea dicha, albergaba dudas incluso en Acción de Gracias. Y eso fue antes de la versión para el Senado de ese proyecto de ley que se apropia de la defensa y que fue aprobado el jueves pasado.

Civis Americanus Sum. Sí, lo soy. Pero, ¿realmente sirve eso para mucho hoy en día? De hecho no le dio protección a Awlaki ni a su hijo. ¿Qué hacer para prevenir que mis antiguos compañeros en el ejército o en la CIA, o aquellos a los que he criticado por apoyar y animar a los secuestradores, torturadores o asesinos en su empleo, me añadan a su lista de “matar-o-capturar-pero-preferiblemente-matar”?

¿Qué ha estado ocurriendo en esta continuación de una en apariencia interminable “guerra contra el terror”, ante la indiferencia generalizada del público, para hacer que la “lista de enemigos” de Richard Nixon parezca un juego de niños? Por lo menos, la Casa Blanca de Nixon tenía el buen gusto de no hacer alarde de su ataque a la ley y de la violación de los derechos constitucionales.

Es seguro apostar a que los funcionarios en el Consejo de Seguridad Nacional están actualizando la lista de “matar o capturar”, seguros de que el presidente Obama firmará la propuesta de ley en su versión para el Senado una vez que, presumiblemente, se apruebe por un Congreso controlado por los republicanos, convirtiéndose así en ley.

Entonces, ¿qué impedirá que un funcionario “antiterrorista” del Consejo Nacional de Seguridad convoque a los abogados de confianza todavía instalados en el Departamento de Justicia y les pida ayuda para navegar por lo que parecen ser deliberadas ambigüedades en el lenguaje del nuevo proyecto de ley?

Apoyado en el estilo John Yoo de “justificación legal”, se puede dar una orden para “eliminarme”, mientras explican a mis vecinos que sí, que tal y como sospechaban, yo era un terrorista. O quizá simplemente ordenarán a algunas tropas de 82ª División Aerotransportada de Fort Bragg, donde estuve hace medio siglo, que me capturen y me den un billete gratuito de ida a Guantánamo.

Después de todo, ¿sería esto muy malo? El antiguo Secretario de Defensa Donald Rumsfeld explicó a la CNN de Wolf Blitzer en junio de 2005 que los detenidos en Guantánamo estaban “viviendo en el trópico. Están bien alimentados. Tienen todo lo que posiblemente quieren”. ¿Mentiría Rumsfeld?

Ofuscación temprana.

Entre mis antiguos colegas en la CIA ha habido más movimientos para ocultar lo que está realmente pasando. Según algunos artículos de prensa, el Consejo General de la CIA ya ha dicho falsamente: “Los ciudadanos estadounidenses no son inmunes a ser amenazados como un enemigo, si levantan sus brazos contra los EE.UU.”

Pero uno no necesita “levantar sus brazos” para que le etiqueten como un “combatiente”, ya que es el gobierno el que define estos términos. Awlaki no levantó sus brazos. Se le acusó de dar “apoyo material al terrorismo”, por su supuesto (aunque no probado) apoyo a los ataques terroristas en los EE.UU. (Bajo la nueva NDAA, lo mismo le podría ocurrir a alguien que defendiese la resistencia frente a los “miembros de la coalición”, frente a los países de la OTAN o frente a algunos gobiernos corruptos que son aliados de EE.UU, como el gobierno de Karzai en Afganistán o el gobierno (ligado al terrorismo) de Paquistán).

En los aspectos generales de la definición estadounidense de “socios” y “fuerzas asociadas” a al-Qaeda o los talibanes, ¿entrará Israel en el primer grupo e Irán, Hamas y Hezbollah en el segundo?

¿Podría ser “apoyo material” el simple hecho de dar apoyo finaciero al proyecto estadounidense Boat to Gaza que desafió el embargo israelí a la Gaza gobernada por Hamas? ¿Si los abogados creativos de este o de un futuro gobierno están ocupados, daría la nueva DNAA autoridad a los militares para detener a tales ciudadanos estadounidenses con la Ley de Guerra y llevarlos a Guantánamo o algún otro sitio?

Las interprestaciones legales que se discuten ahora acerca de este proyecto de ley son más sobre si las detenciones militares deberían ser obligatorias o si el presidente todavía retendría cierto poder de criterio.

En suma, la redacción parece crear un sistema de justicia militar paralelo al que, en teoría, todos estamos sujetos. Todo lo que se necesitaría sería una alegación de alguien que ayudó a alguien que de alguna manera ayudó a algún otro. No se necesitaría una actuación terrorista, ni tampoco un juicio, como garantiza la Constitución, para determinar la “culpabilidad”.

Si piensan que no se trata más que de “alarmismo liberal”, miren este artículo de FoxNews.com con este alegre titular: “El Senado controlado por los demócratas aprueba una Propuesta de Ley para la Autorización de Defensa que destroza la Constitución”

“El proyecto de ley necesitaría custodia militar de un sospechoso de ser miembro de Al Qaeda o alguna organización aliada y que hubiese participado en la planificación o realización de ataques en los EE.UU. La legislación también daría al gobierno la autoridad para el arresto militar de un detenido sospechoso de terrorismo, de forma indefinida, sin juicio.

“Ya que la propuesta de ley da alas a la autoridad para la detención militar y la hace permanente, los ciudadanos estadounidenses y el resto están ante un gran riesgo de ser encerrados por los militares sin cargos ni juicios, si este proyecto de ley se convierte en ley”, dijo Christopher Anders, Consejero Legislativo Jefe de la Unión Americana por las Libertades Civiles (American Civil Liberties Union)”.

Un elemento clave en el proyecto de ley del Senado, al igual que en la versión del Congreso, es aumentar la original Ley de Autorización del Uso de la Fuerza Militar (Authorization of the Use of Military Force Act –AUMF), de septiembre de 2001 para que no esté exclusivamente vinculada al 11S. Esto crea una especie de ambigüedad que permite a los senadores republicanos John McCain, por Arizona, y Lindsey Graham, por Carolina del Sur, reclamar que las estrictas disposiciones del proyecto de ley se apliquen a ciudadanos de EE.UU., así como a los no ciudadanos.

Además, la nueva redacción añade “fuerzas asociadas” (lo que quiera que eso signifique) a la anterior listas de objetivos de la AUMF. El lenguaje de la AUMF de septiembre de 2001 estuvo limitado a “aquellas naciones, organizaciones o personas que (el presidente) determine que planearon, autorizaron, cometieron o ayudaron a los ataques terroristas que ocurrieron el 11 de septiembre de 2001, o que albergaron a tales organizaciones o personas.”

Quemarse las cejas

No nos equivocaremos al suponer que los fariseos legales estuvieron quemarse las cejas, diseñando un proyecto de ley que pueda decir, por un lado, que esta o aquella disposición no se aplican a los ciudadanos estadounidenses (pero, vaya, esta otra disposición parece permitirles también que se los deporte a Guantánamo).

No siendo lo suficientemente experto para hacer esto, con mucho gusto se lo dejo a aquellos que analizan el idioma, desmenuzan las frases y hacen cirujía con cada jota y cada tilde. Habrá un verdadero festín para los sabuesos legales.

Lo que más me llama la atención es el hecho de que dos enmiendas claves no prosperaron. La enmienda del Senado 1125 habría limitado la detención obligatoria a personas detenidas en el extranjero. Y la enmienda 1126 habría permitido que la autoridad de los militares para detener personas sin juicio hasta el fin de las hostilidades no se hubiera aplicado a ciudadanos estadounidenses. Ambas enmiendas fueron rechazadas por 45 a 55.

Aunque el presidente Obama se ha opuesto al proyecto del Senado por ir demasiado lejos incluso para su modelo “Awlaki”, una pregunta más problemática es la de qué podrían significar estos nuevos poderes si, por ejemplo, otro ataque terrorista golpea a EE.UU o si un presidente con una línea más dura llega al poder.

Tomemos, por ejemplo, al gobernador de Texas Rick Perry, uno de los presidenciables republicanos. Antes de su discurso de campaña el martes en Manchester, New Hampshire, Perry nos dio un indicio de lo que serían su política, e incluso quizá su gabinete.

Perry se juntó con el racista por excelencia, el sheriff del condado de Maricopa, Arizona, Joe Arpaio. No, no bromeo. En apariencia, Perry ve esto como el camino para fortalecer su apariencia de “ley y orden” (poniendo el acento, por supuesto, en el “orden”).

Cuando me senté en el auditorio, la llegada de Arpaio me sorprendió, por lo que quizá se me pueda perdonar por gritar un prolongado buuuhhh, cuando Arpaio caminó tranquila y cuidadosamente al atril animando a la multitud. Más tarde se me ocurrió que abuchear puede ser algo que te lleve a la carcel en el condado de Maricopa. Arpaio no parecía en absoluto acostumbrado a ello, y no se lo tomó muy bien.

Al llegar al podio, se giró y quiso saber quién estaba abucheandole, así que me levante del asiento central en la segunda fila y subí la mano. Afortunadamente para mí, no tenía a ninguno de sus ayudantes cerca, y abuchear no parece estar todavía prohibido en las reuniones del Ayuntamiento en New Hampshire. Únicamente Arpaio pareció darle mucha importancia.

Aunque sabía lo suficiente sobre Arpaio como para considerar que se merecía un sonoro abucheo (o dos), realmente no sabía ni la mitad. Dejénme tratar algunos de los elogios que aparecen en la propia página oficial del sheriff:

“Arpaio sabe lo que quiere la gente, (y) les sirve bien a traves de muchos programas únicos. Arpaio… creó la mayor Tent City del país para reclusos condenados. Dos mil condenados y condenadas cumplen sus sentencias en las tiendas de campaña de un centro penitenciario. Es un importante éxito…

“De igual éxito y notoriedad son sus prisioneros atados a una cadena (chain gang) que contribuyen con miles de dólares de trabajo gratuito a la comunidad. Esta cadena masculina, (además de las femeninas y las juveniles, que son las primeras de todo el mundo), limpian las calles, limpian graffitis, y entierran a los indigentes en el cementerio del condado.

“También impresionantes son las políticas de mano dura del sheriff. Por ejemplo prohibió fumar, el café, las películas, las revistas pornográficas y la televisión sin restricciones en todas las celdas. También tiene las comidas más baratas de todo EE.UU. El menú medio cuesta entre 15 y 40 céntimos, y los presos son alimentados únicamente dos veces diarias, para reducir los costes del servicio de comidas. Ha dejado de ponerles sal y pimienta para ahorrar a los contribuyentes 20.000 dólares al año.

“Otro de los conocidos programas de Arpaio es el de la ropa interior rosa que obliga a llevar a todos los presos. Hace años, cuando el sheriff descubrió que los presos robaban calzoncillos blancos de la cárcel, impusó a todos los presos ropa interior rosa para poder controlar mejor el inventario…Arpaio espera continuar por muchos años como sheriff del condado de Maricopa.”

De nuevo, no me lo estoy inventando. Pueden ver la página del sheriff ustedes mismos para buscar más datos.

Tengo que admitir que la última frase sobre los planes de Arpaio es tranquilizadora porque si planea quedarse en el condado de Maricopa, significa que sus políticas policiales estarían limitadas a un área geográfica relativamente pequeña (aunque quizá no sean buenas noticias para las personas del condado de Maricopa).

Pero las cosas podrían ser peor si fuese elegido presidente Perry y este a su vez escogieses a Arpaio para hacerse cargo del Departamento de Justicia, y el Fiscal General Arpaio tuviese la oportunidad de encarcelar a algunos de nosotros en sus prisiones de tiendas. Aunque pensándolo bien, tampoco el Fiscal General de Obama, Eric Holder, se ha mostrado como un gran defensor de los derechos constitucionales.

Perry apuntala sus cosas

De vuelta en New Hampshire, después de que Arpaio hiciera una presentación mediocre, Perry subio al escenario, dando empalagosamente las gracias al sheriff Joe. Perry nos recordó con fuerza que es “un chico de la ley y el orden”.

Esto me resonaba de una forma inusualmente personal, tanto, que me perdí algunas de sus otras declaraciones conocidas hasta ahora, como su llamamiento a todos aquellos de 21 años en adelante a votarle en las primarias de New Hampshire y a aquellos entre 18 y 21, a trabajar duro y a mirar hacia el día en el que también puedan votar.

Sin embargo, las palabras “ley y orden” se quedaron grabadas en mi mente. Pensé en bajo qué ley pidió Perry al Fiscal General Holder hace unos meses que nos procesara a mí y a otros pasajeros del Audacity of Hope, el barco estadounidense a Gaza para desafiar el bloqueo israelí.

Como Perry había estado ocupado dando la mano al otro lado cuando me levanté para declararme culpable por el abucheo a Arpaio, el gobernador no sabía quién era. Y, por suerte, me dio la palabra para la primera pregunta de la ronda:

“Soy Ray McGovern, y le agradezco que haya venido aquí, Gobernador Perry. Mi pregunta se refiere a una carta que escribió al Fiscal General Eric Holder el 28 de junio de este año, y que dice: “Como gobernador de uno de los estados más grandes, le escribo para animarle a procesar agresivamente a los componentes de barco estadounidense que planea interferir en el bloqueo marítimo israelí sobre Gaza”.

“Puede que no fuera consciente de que tres días antes, se le preguntó tres veces al portavoz del Departamento de Estado si el bloqueo marítimo de Israel a Gaza era legal y ella rechazó decir que el bloqueo era legal. Yo era uno de esos pasajeros en el barco a Gaza y, con los otros pasajeros, me preguntaba, si usted, como gobernador de Texas, una persona de “ley y orden”… ¿bajo qué ley deseaba procesarnos a mí y a los otros pasajeros?

Perry cambió su respuesta por un comentario sobre lo mucho que apoya a Israel, sin importar lo qué hagan. Como todos sus rivales en la nominación republicana (a excepción de Ron Paul, que en general rechaza jugar este cobarde juego), Perry no se queda atrás expresando su apoyo incondicional a Israel. Así comenzó:

“El tema es que….yo…yo soy un gran partidario de Israel… He tomado mi decisión, debo estar con Israel… Voy a estar con Israel…. Y usted es libre de estar con quien quiera, señor…. Pero yo estaré con Israel.”

“¿Sin importar lo que hagan?” pregunté. “Sin importarlo” fue su contundente respuesta que se puede escuchar mientras crecen los aplausos de los partidarios de Perry. (Para ver el video de este encuentro, aquí.)

¿Hasta dónde llegaremos?

Con el nuevo lenguaje en la NDAA, parece como si el gobernador Perry y los demás pudieran tener pronto todas las leyes que necesitan para reprimir los actos de apoyo a Hamas, Hezbollah, Irán o cualquier otra organización que sea percibida como una amenaza para Israel, al menos después de que Obama firme la ley y algunos eficientes abogados profundicen en la definición de “fuerzas asociadas”.

En ese momento, ¿vendrá la 82ª División Aerotransportada a buscarme si continúo escribiendo y diciendo lo que creo que es verdad en temas como este? ¿A qué me estaré arriesgando si continúo repitiendo hecho poco conocidos como el siguiente que, raramente, si acaso alguna vez, aparecen en los aduladores medios de comunicación?

- El propio Israel ayudó a crear Hamas en 1987 (divide y vencerás) como un contrapeso fundamentalista musulmán a la secular Organización por la Liberación de Palestina (OLP).

- La mayor parte del atractivo popular de Hamas, como el que disfruta Hezbollah en Líbano, no se debe a los cohetes disparados hacia Israel, sino más bien a la ayuda tangible que Hamas da a los oprimidos palestinos.

¿Está James Clapper, Director de Inteligencia Nacional, caminado por una delgada capa de hielo? Esto es lo que Clapper incluyó como idea de último momento al final de su informe de 34 páginas “Evaluación de las amenazas mundiales” ante el Comité de lnteligencia del Congreso el 10 de febrero de 2011 (tienen razón, por alguna razón, los aduladores medios de comunicación, olvidaron mencionarlo):

“Vemos una creciente proliferación de actores estatales y no estatales dando asistencia médica para reducir amenazas de enfermedades extranjeras en sus propias poblaciones, aumnetar su influencia en las poblaciones locales afectadas, y proyectar su poder regionalmente… en algunos casos, en estos países se utiliza la salud para contrarrestar abiertamente la influencia occidental, presentando desafíos a los aliados y a nuestros intereses en política exterior a largo plazo.

En el informe de amenazas del año pasado, la Comunidad de Inteligencia señaló que los extremistas podían tomar ventaja de la incapacidad de un gobierno para satisfacer las necesidades sanitarias de su población, destacando que la ayuda en salud y servicios sociales que ofrecen Hamas y Hezbollah en los territorios palestinos y Líbano ayudaban a legitimizar a estas organizaciones como fuerzas políticas. Este ha sido también el caso de los Hermanos Musulmanes en Egipto.”

Esta, seguramente, no es la línea oficial de Washington. ¿Podría el propio Director de Inteligencia Nacional ser procesado por aquellos que piensan que cualquier buena palabra hacia aquellos que Israel considera enemigos (como Hamas, Hezbollah e Irán) es equivalente a “apoyo material” al terrorismo?

(Espero que los lectores no se sorprendan por la manera diabolicamente inteligente con la que estos “terroristas” se ganan el apoyo público, por ejemplo, prestando asistencia médica que salva vidas.)

- Fue a causa de este servicio público (y también a causa de la bien conocida y flagrante corrupción en la OLP) que Hamas ganó las elecciones parlamentarias clave en enero de 2006, derrotando al partido aliado de la OLP, Fatah. A pesar de que los resultados electorales no fueron discutidos, no fueron los que EE.UU., Israel y Europa querían. Así que los EE.UU. y la UE cortaron la ayuda financiera a Gaza.

- Documentos confidenciales corroborados por antiguos oficiales estadounidenses, muestran que, inmediatamente después, la Casa Blanca, a través de la CIA y con ayuda del hombre fuerte de Hamas, Muhammad Dahlan, había intentado en 2007 derrotar a Hamas en una sangrienta guerra civil. Esto, tampoco, fue como esperaban. Hamas venció con facilidad, dejándola más fuerte que nunca. (Lean “The Gaza Bombshell” de David Rose, en Vanity FAir, abril 2008, para conocer todo sobre esta triste historia).

- Israel y Egipto impusieron entonces un bloqueo económico a Gaza reduciendo de hecho a todos sus habitantes a un nivel de mera subsistencia, con un 45% de desempleo.

- Desde el 27 de diciembre de 2008 hasta el 18 de enero de 2009, cuando el presidente George W. Bush era ya un cero a la izquierda, Israel lanzó un ataque armado contra Gaza, matando alrededor de 1400 gazatíes frente a los 13 muertos israelíes. El objetivo declarado de Israel era detener el lanzamiento de cohetes hacia Israel y bloquear cualquier envío de armas a Gaza.

El presidente electo Barack Obama no dijo nada. Su inmoral silencio por la masacre debería habernos mostrado en este primer momento que él también se sentiría políticamente intimidado, que se callaría cualquier objeción al comportamiento israelí. Desde entonces, se ha retractado incluso de sus suaves objeciones a la expansión de los asentamientos en los territorios palestinos.

Culpable por asociación

Los EE.UU. son vistos por una gran mayoría como responsables del comportamiento agresivo de Israel, lo que no es de extrañar. No es un secreto que Israel disfruta de ayuda económica (3.000 millones de dólares al año), ayuda militar y apoyo político practicamente incuestionable por parte de Washington.

Lo que sorprende, en palabras del comentador de Salon.com Glenn Greenwald, es “como nuestro apoyo ciego y sin límites a las acciones israelíes alimenta el terrorismo dirigido contra los EE.UU.”, y como es un tabú decir esto.

Tomemos por ejemplo al antiguo especialista en al-Qaeda de la CIA, Michael Scheuer, que tuvo la audacia de decir en C-SPAN: “Todo aquel que diga que nuestro apoyo a Israel no nos perjudica en el mundo musulmán…está simplemente desafiando a la realidad”.

El lobby del Likud consiguió que Scheuer perdiera su trabajo en la Fundación Jamestown por su franqueza, y que los medios israelíes condenaran su comentario en C-SPAN como “descaradamente antisemita”. Puede que haya que pagar un alto precio por la franqueza en este tema.

Eso es lo que parece intentar el nocivo lenguaje que se esconde en la NDAA. Se cree que los senadores Carl Levin y John McCain son los impulsores de este nuevo lenguaje. Nadie en el Senado o en el Congreso ha recibido más dinero de las instituciones donantes relacionada con el Comité de Asuntos Públicos Americano Israelí (American Israel Public Affairs Committee (AIPAC)) que Levin, un demócrata de Michigan.

Por su parte, a McCain le encanta hacer gala de su incuestionable apoyo a Israel, sin importar lo que hagan. Incluso ha pedido la liberación del espía israelí Jonathan Pollard que en la actualidad cumple una cadena perpetua por pasar a Israel secretos estadounidenses altamente delicados y peligrosos.

Hace unas pocas semanas repitió la postura de Tel Aviv sobre Irán, acusando a este país de adquirir una bomba nuclear (de la que la inteligencia de EE.UU no tiene ninguna prueba concreta) y como eso crea una “amenaza existencial directa al estado de Israel”. McCain añadió que Israel “puede sentirse obligado a neutralizar esa amenaza”.

¿Sería peligroso enredarse con el lenguaje del Proyecto de Ley de la Autorización de la Defensa para exponer esta retórica de lo que es en realidad basura, basura tóxica que hace más fácil para Israel creer que tendrá el apoyo completo de EE.UU., sin importar en que asunto, si sus líderes decidieran atacar Irán?

La gran ironía es que este ataque traería probablemente una guerra más grande, un colapso económico total y, probablemente, la destrucción del propio Israel. ¡Uhhh!, ¿qué es ese sonido en la puerta? ¿A qué te refieres, a la 82ª División en el porche de la entrada?

Lo siento, tengo que marcharme. Enviad tarjetas y cartas. Ya le dirán a mi mujer, en su debido momento, dónde me llevaron. ¿Es acaso mi única esperanza que Rumsfeld, por una vez, dijera la verdad sobre que los detenidos tenían “todo lo que posiblemente quieren” en ese centro turístico tropical llamado Guantánamo?

Ray McGovern trabaja en Tell the Word, una editorial ecuménica de la Iglesia del Salvador en el centro de la ciudad de Washington. Oficial del ejército y analista de la CIA durante 30 años, forma ahora parte del Grupo de Dirección de Veteranos de Profesionales de Inteligencia para Sanidad (Steering Group of Veteran Intelligence Professionals for Sanity (VIPS)).


 

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