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Muralla de inmundicia

La basura apilada tras el muro fronterizo contamina, crea enfermedades y es un problema de seguridad ante las lluvias

  • Claudia Núñez/ claudia.nunez@laopinion.com |
  • 2009-11-16
  • | La Opinión

Óscar Romo, director de la Reserva Nacional de Investigación del Estuario del Río Tijuana, señala la carretera Smuggler's Gulch. [fotos: Aurelia Ventura/La Opinión]

Primera parte de una serie

SAN DIEGO.— Llantas, animales muertos y todo tipo de basura...De entre las garras de las máquinas excavadoras surgen toneladas de inmundicias, ya nada sorprende a los trabajadores que laboran bajo el muro metálico construido entre México y Estados Unidos, una zona donde se ha formado otra barda, una de desperdicios que amenaza con venirse abajo apenas se asomen las primeras lluvias de la temporada.

Son la seis de la mañana del 7 de noviembre. Desde hace 36 días, un grupo de trabajadores apilan más de 17 toneladas diarias de llantas y basura que surgen de este lugar.

Al morder la tierra, los filosos dientes de la maquinaria producen un sonido ensordecedor al tiempo que levantan altas cortinas de polvo. En el aire vuelan partículas de excremento, aceites, desechos químicos de las maquiladoras vecinas. Todo se pierde en el aire, en un proceso que se repite por horas.

Según expertos, bastaría menos de dos pulgadas de lluvias para que se produzca una inundación que contamine las cosechas en San Diego y acabe con el ganado.

Ya sucedió una vez, en febrero pasado, pero el peligro sigue latente y las autoridades lo saben. El 10 de septiembre declararon a esta región zona de desastre y destinaron 4.4 millones de dólares para la limpieza de los canales de desagüe del río Tijuana, ahora, lo que todos se preguntan es si limpiar resolverá el problema.

La basura contribuye al peligro pero no es la responsable, recalca Óscar Romo, director del programa de la Reserva Nacional de Investigación del Estuario del Río Tijuana.

El culpable directo de las inundaciones es la segunda pared metálica construida para proteger la franja fronteriza afirma Romo y cientos de investigadores que como él, previnieron a las autoridades del impacto ecológico que la barda provocaría.

"Mucha gente, yo misma, expresamos gran preocupación por la barda fronteriza. Desafortunadamente, esas preocupaciones se están convirtiendo en una realidad. Espero que el Departamento de Seguridad Nacional siga trabajando con el Congreso y los funcionarios locales en la búsqueda de una solución inmediata y trabajar hacia una de carácter permanente", explicó Susan Davis, representante demócrata para la zona de San Diego.


Diariamente se recogen más de 17 toneladas de neumáticos en el área.

Dos cerros fueron rasurados en esa zona para remover millones de yardas cúbicas de tierra.

El material fue depositado en un valle que anteriormente era un parque público, a fin de formar, de manera artificial, una colina de 100 pies de altura que terminó uniendo los dos montes y sobre la cual construyeron una carretera para permitir el acceso fácil a los vehículos de la patrulla fronteriza.

Actualmente esta carretera llamada Smuggler's Gulch y que alguna vez fue un valle abierto por donde corría el río es ahora una de las zonas de mayor riesgo de deslave.

"Por aquí los migrantes no pasaban, pero obviamente destruir esta zona tenía dos objetivos, uno, desde luego, permitir el rápido cruce de vehículos en la parte alta del cerro sin que se les maltratara mucho sus unidades y dos mostrarle al vecino [México] que este país es muy poderoso y puede hacer grandes obras. Es literalmente un icono de miedo, de poder", recalcó Romo.

"La naturaleza no fue tomada en cuenta y el daño ya está hecho", subrayó el experto.

Pared de daños

Los desbordamientos no son exclusivos de San Diego. El verano pasado la ciudad de Nogales, frontera con Arizona, quedó bajo el agua.

La cerrada malla metálica diseñada para evitar el cruce de indocumentados se convirtió durante los meses de lluvia en una olla de presión al detener toneladas de basura y tierra que posteriormente hicieron estallar alcantarillas dejando comercios y casas anegadas.

Expertos en ambos lados de la frontera indicaron que el Departamento de Seguridad Interior no cumplió con ocho leyes relacionadas con el impacto ambiental, para acelerar la construcción de las 661 millas previstas de barda fronteriza aprobadas por el Congreso federal. Una factura que ahora están pagando.

"Hubiera resultado más económico actuar de manera preventiva que reactiva, ahora la responsabilidad del gobierno es ponerse al día y buscar la forma de solucionar lo que ya fue terminado", explicó Paul Ganster, director del Instituto de Estudios Regionales de California de la Universidad Estatal de San Diego.

A finales de octubre, Ganster y representantes de los 10 estados en ambos lados de la frontera, sostuvieron la reunión binacional Frontera 2012 en donde el impacto ecológico del muro fue el tema que dominó el escenario.

Por primera vez, esta junta incluyó la participación de un representante del gobierno federal, acción que simbolizó el interés de la actual administración por amortiguar el daño causado por el gobierno pasado, indicaron entrevistados.

"Para esta administración las relaciones bilaterales con México son muy importantes, este tipo de reuniones nos reafirma que hay lecciones que aprender y muchos retos. Consideramos la zona fronteriza una prioridad y por eso estoy aquí. Estamos teniendo conservaciones de alto nivel sobre un balance entre seguridad nacional y cambio climático, pero estas conversaciones apenas comenzaron" declaró Michelle DePass, administradora asistente de la Office of International Affairs (OIA) a este diario.

México vecino silencioso

En contraparte del interés mostrado por la administración Obama, la ausencia de funcionarios federales mexicanos fue notable, un abandono que según expertos, delata como el tema ambiente ha sido relegado para el presente gobierno federal.

"El muro es un tema delicado entre México y Estados Unidos. México entregó 10 comunicaciones oficiales y cinco o seis notas diplomáticas manifestando su inquietud por los efectos del muro, no es que no lo diga, pero es como si yo te llamo por teléfono y te dejo un mensaje en tu grabadora, y luego una semana después lo vuelvo hacer, y lo vuelvo hacer. A ti te queda claro que yo no quiero que pongas un muro, pero tú y yo nunca hemos entablado un dialogo" detalló Carlos de la Parra, profesor de El Colegio de la Frontera Norte.

Sin embargo, la única posibilidad real de amortiguar el daño ecológico es el derrumbando de la segunda pared, un hecho que la actual administración no quiere abordar.

"En términos del muro tenemos entendido que el departamento de seguridad interna esta trabajando para enfrentar esta situación. No es competencia nuestra", sentenció DePass.

En total, el gobierno federal estadounidense anunció fondos por más de 10 millones de dólares para proyectos ecológicos a lo largo de la frontera, entre ellos la limpieza de los canales de desagüe pluvial que conecta Tijuana con San Diego.

Diversas organizaciones, entre ellos la Agencia de Protección Ambiental (EPA), vigilará que los fondos sean capitalizados adecuadamente.

El año pasado cerca de medio millón de dólares se destinaron a un proyecto de siembra de semillas a lo largo del muro fronterizo, sin embargo, al no contar con un sistema de riego las semillas no germinaron y la inversión se perdió.

"Primero Home Land Security gasta en construir el muro y luego el Departamento del Interior gasta para remediar lo que le esta provocando el muro", comentó de la Parra.

MAÑANA: Niños de la basura. Al otro lado de la frontera, cientos de víctimas inocentes sufren las consecuencias de la contaminación.


 

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