25-03-2008
Similitud entre los candidatos
Elecciones
El debate sobre los hidrocarburos continúa y seguirá propagando noticias a
medida que nos acerquemos al "Día D" en noviembre. Tanto el republicano John
McCain como el demócrata Barack Obama presentaron dos tipos de proyectos
distintos recientemente.
En el fondo, sin embargo, los dos buscan esencialmente el mismo objetivo:
ganarse el corazón del electorado estadounidense.
Mientras McCain y Obama presentaban sus planes a los medios de comunicación,
un grupo de personas discutían y opinaban en torno a la crisis energética en un
Starbucks ubicado en las vecindades de la ciudad de Costa Mesa.
Uno de ellos se negaba a creer en las palabras de McCain y Obama y
cuestionaba la lealtad de los dos en torno al problema real de los
hidrocarburos. Para esta persona, el único culpable de nuestra desventura
económica, particularmente el incremento desmedido del precio de la gasolina,
tiene nombre y apellido y debe ser castigado por sus desaciertos políticos.
Según él, dicho personaje está sentado en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Asimismo, el grupo de personas apuntaba que la retórica política de hoy está
permitiendo que los errores del presidente George W. Bush en el Medio Oriente,
particularmente en Irak, hagan que la culpabilidad sobre los precios de la
gasolina se transfiera hacia los propios candidatos presidenciales y a la
sociedad en su conjunto. En otras palabras, aparentemente el culpable no es él,
sino nosotros.
Por una parte, el proyecto de McCain, mismo que busca incrementar el número
de pozos petrolíferos en áreas protegidas por el gobierno y pretende aumentar
las plantas nucleares en zonas sensibles, está destinado a criticar supuesta
debilidad de Obama en torno a la cuestión de los hidrocarburos.
En su proyecto, McCain no menciona ni una palabra sobre la responsabilidad de
Bush en el incremento de los precios de la gasolina; sólo se limita a crear más
políticas paliativas antes de resolver los problemas de fondo. "Necesitamos
crear más pozos y necesitamos hacerlo ahora", dijo recientemente en Newport,
Michigan.
Por otra parte, el candidato demócrata hace virtualmente lo mismo que su
colega republicano. El plan de Obama pretende, entre otras cosas, crear un
millón de carros híbridos —de gasolina y electricidad— e intenta reducir los
estándares de carbono subyacentes en la gasolina. Con ello inculpan
indirectamente a la población estadounidense por el uso desmedido de los
carburantes.
A pesar de que los proyectos de Obama y McCain proyectan una idea racional
con relación a la gasolina, en el fondo no hacen más que "lavar las manos del
Presidente".
Yo creo que la población estadounidense exige que la retórica política de los
dos candidatos debe ser acompañada por una crítica al gobierno de Bush. Después
de todo fue la testarudez del Presidente la que empujó al país a una guerra que
tenía como objetivo "adueñarse" de los recursos petrolíferos de Irak. Todos
sabemos que encontrar armamentos de destrucción masiva fue una simple saña para
alcanzar un objetivo que no tenía claridad política ni económica.
En este sentido, aunque mucha gente la considere redundante, la crítica
contra el gobierno de Bush en torno al tema de los hidrocarburos debe seguir
adelante. Después de todo fue el actual presidente quién nos metió en este
barullo político-económico.
Dr. Humberto Caspa es profesor universitario. Autor del libro: "Terror en el
barrio latino: La llegada de la nueva derecha al gobierno municipal."
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