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El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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Debra Sweet: Por qué me opongo a una investigación oficial a los activistas antibélicos.


Tres del activistas antibélicos señaladoes por el FBI

Debra Sweet
24 de enero de 2011

Traducido del inglés por
El Mundo No Puede Esperar
28 de febrero de 2011

Una contradicción sobre la que reflexionar:

  1. Una investigación de tres años llevada a cabo por el Departamento de Justicia a los funcionarios de la CIA implicados en el uso de la técnica de tortura denominada “submarino” y que filmó las actuaciones sobre dos personas (aunque luego se destruyeron las cintas), finalizó el pasado noviembre con la decisión del gobierno de no juzgar a nadie. Jason Leopold, en el artículo Special Prosecutor Declines to File Criminal Charges Over Destruction of CIA Torture Tapes escribe: Se cree que se destruyeron las cintas de vídeo para ocultar la tortura. También se sospecha que se destruyeron porque miembros demócratas del Congreso, informados sobre el caso, comenzaron a preguntar si los interrogatorios habían sido ilegales, todo esto de acuerdo a Jane Mayer autor del libro “The Dark Side” y periodista de la revista The New Yorker.
  2. El Gobierno de Obama ha llevado a cabo una investigación federal secreta de dos años de duración sobre el movimiento antibélico estadounidense, aparentemente con un gran jurado federal en Chicago escuchando las pruebas del fiscal Patrick Fitzgerald, que buscaba “posibles vínculos entre los grupos anti-guerra de EE.UU. y organizaciones terroristas extranjeras”, todo esto según el Chicago Tribune. Fitzgerald emitió citaciones para que los activistas comparecieran ante el jurado y que comenzaron en septiembre de 2010. Estas citaciones llegaron a sus destinatarios a través de las redadas del FBI en sus casas. Con todas las grabaciones selladas por una orden de la corte, es imposible saber el alcance e intención de las redadas.

Pero sabiendo lo que sabemos sobre como se lleva a cabo la “guerra contra el terror”, es lícito sospechar que el objetivo de la primera investigación no fue descubrir crímenes, mientras que el objetivo de la segunda es fabricar crímenes.

Unos 23 activistas anti-guerra han sido señalados por el FBI, muchos durante las redadas de septiembre que además sirvieron para confiscar gran material personal. En el artículo FBI Raids Anti-War Activists Homes in Midwest, el diario Revolution informó tras estas redadas iniciales:

    El portavoz del FBI en Minneapolis fue citado en el Chicago Tribune: “los garantes están buscando pruebas que apoyen una investigación de la Joint Terrorism Task Force contra actividades de apoyo al terrorismo.” Estos cargos fueron inmediatamente descalificados por los activistas como ilegales e injustificados. No ha habido arrestos y el FBI ha admitido que no existía “peligro inminente” para el público.

Nueve de los 23 activistas tienen citaciones instándoles a comparecer ante el gran jurado el martes 25 de enero. Sus perfiles e historiales pueden encontrarse en The Committee to Stop FBI Repression

    Estos activistas están involucrados en muchos grupos, incluyendo el Twin Cities Anti-War Committee, el Grupo de Solidaridad con Palestina, la Red de Acción Colombia, Estudiantes por una Sociedad Democrática (Students for a Democratic Society), y la Freedom Road Socialist Organization. Estos activistas y otros muchos se reunieron para organizar las marchas antibélicas del 2008 durante la Convención Nacional Republicana en St. Paul.

La página del Comité continúa en una sección sobre los grandes jurados:

    Algunos de estos inculpados viajaron a otros países para entender el papel de nuestro gobierno en lugares como Palestina y Colombia. Una vez allí, conocieron a personas, recogieron sus experiencias enfrentándose a la brutal represión de los regímenes financiados por los EE.UU., y trajeron sus historias a EE.UU. Escuchar la realidad de la ayuda militar estadounidense no es un crimen aunque parece que este sea el objetivo de esta investigación.

Las peticiones del Comité con:

  • Fin de la represión contra los activistas antibélicos y contra los activistas solidarios internacionales.
  • Devolución inmediata de todos los materiales confiscados: ordenadores, móviles, papeles, documentos, etc.
  • Fin de los procesos del gran jurado contra los activistas antibélicos.

Los tribunales como herramientas políticas represivas.

Es importante saber cómo los grandes tribunales son usados en las investigaciones políticas de este país. Glen Ford en el artículo President Barack “Midnight Raid” Obama: End Your Wars at Home and Abroad escribe:

    En los grandes tribunales no se respetan los derechos, y podemos ver claramente como se ha desplegado una amplia estrategia de persecución y en la que los grandes jurados son los motores de la destrucción política.

El periódico Revolución juntó a las fuentes del Center for Constitutional Rights (Centro para los Derechos Constitucionales) en El gran jurado: La gran inquisición y resume:

    Se permite mandar comparecer de nuevo ante un juez al individuo que se haya negado a rendir testimonio, y detenerlo en lo que se llama "desacato civil" de la corte. Sin un juicio, el juez puede encarcelar al individuo por la duración del gran jurado, que por lo normal es de 18 meses, pero en casos especiales, el gran jurado dura 36 meses y se puede ampliar el plazo porque es "especial".

    En la historia, el Departamento de Justicia y el FBI han usado los poderes de citación del gran jurado federal, junto con la inmunidad obligatoria, para apresar a los activistas que se niegan a cooperar con las investigaciones del gobierno. En los años 60 y muy entrados los 80, en muchos casos, individuos valientes se negaron a dar testimonio ante este tipo de jurado.

Joe Iosbaker, uno de los citados originalmente dijo en octubre,

    “No tenemos nada que decir al gran jurado. La mayoría de la gente no entiende lo secreto y antidemocrático que es el gran jurado. No se me permite que me acompañe mi abogado. No hay ni siquiera un juez. ¿No es extraño? El Fiscal general junto con 23 personas recogen todo lo que se dice. La gente está indefensa en esta situación”.

Maureen Murphy recibió una citación el 21 de diciembre para comparecer el 25 de enero. En sus explicaciones de por qué no va a declarar, menciona el peligro no solo para los activistas de EE.UU. por dar legitimidad a la investigación, sino principalmente para aquellos que podrían ser forzados a testificar en otros países sobre el caso.

    No tengo intención de participar en la caza de brujas del gobierno. Está muy claro que no se ha cometido ningún crimen y que la motivación del gobierno al emitir estas citaciones es que nombremos a otros activistas, no solo aquí en los EE.UU., sino en lugares como Palestina y Colombia, adonde muchos de nosotros viajamos para conocer la situación de los derechos humanos. Solo podemos asumir que el gobierno de EE.UU. comparte los informes de la inteligencia con los gobiernos de Israel y Colombia, cuyo represivo gobierno militar financia EE.UU a expensas del contribuyente estadounidense. Y esto significa una pena de cárcel o algo peor para los activistas identificados de esta manera en Palestina y Colombia. Y no pienso tener ninguna vinculación con esto.

Jess Sundlin, otra activista que sufrió una redada en casa, dijo

    “Si nuestros amigos deciden no testificar, pueden ser encarcelados. Podrían serlo durante meses o años, como en el caso del profesor Abdelhaleem Ashqar, que se enfrentó al mismo fiscal que nosotros y que fue investigado por violar la misma ley a la que nos enfrentamos. Antes de que fuera absuelto de los cargos en su contra, el Dr. Ashqar fue condenado por desacato criminal al negarse a declarar ante el gran jurado de Fitzgerald en Chicago. La sentencia punitiva contra él fueron más de 11 años. De nuevo, fue absuelto de los crímenes que el gran jurado estaba investigando.”

Se necesita una ola de apoyo a los resistentes antibélicos.

El martes 25 de enero, The Committee to Stop FBI Repression (Comité para parar la represión del FBI), y otras organizaciones afiliadas van a protestar en docenas de ciudades contra la investigación del gran jurado. Estaré en Chicago ese día, en las afueras del Edificio Federal, apoyando a los que rechazan declarar.

Jill McLaughlin, en el artículo Reality And Morality: Standing Up To Repressive Forces While Standing Up For Humanity expresó la labor de World Can’t Wait oponiéndose a estos peligros y a la investigación represiva.

    No podemos permitir estos ataques represivos que tratan de terminar con una justa oposición y resistencia a los crímenes de nuestro gobierno. Debemos tener valor.


 

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