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El Mundo no Puede Esperar organiza a las personas que viven en Estados Unidos para repudiar y parar el rumbo fascista iniciado durante el régimen de Bush y evidenciado en las ocupaciones asesinas, injustas e ilegítimas de Irak y Afganistán; la “guerra de terror” global de tortura, rendición extraordinaria y espionaje; y la cultura de discriminación, intolerancia y avaricia. A ese rumbo no le darán marcha atrás los líderes que nos instan a buscar puntos en común con fascistas, fanáticos religiosos e imperio. Solo es posible si la población forja una comunidad de resistencia –un movimiento independiente de grandes cantidades de personas—que, actuando en pro de los intereses de la humanidad, pone fin a dichos crímenes y demanda que se procese a los responsables por ellos.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

¡NO MAS!
¡Ningún ser humano es ilegal!

EL Mundo no Puede Esperar exhorta a cada persona a protestar contra las leyes racistas como Arizona SB1070, a desacatarlas y a DESOBEDECERLAS



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25 de abril: Que la demanda por un juicio de destitución se ponga en el tapete

Informe de Debra Sweet, coordinadora nacional, El Mundo No Puede Esperar:

Martes, 24 de abril: El representante Dennis Kucinich propuso una resolución para realizar un juicio de destitución al vicepresidente Dick Cheney.

Miércoles, 25 de abril: Frente al Capitolio del país, 50 destacadas voces de conciencia pidieron juicios de destitución a Cheney y al presidente George W. Bush.

Jueves, 26 de abril: Mientras el Senado votaba sobre el proyecto de ley de gastos militares para Irak, de lo más alto del edificio de oficinas del Senado colgaron dos mantas de 20 pies por 30 pies; una citaba la sección de la Constitución que habla del juicio de destitución y la otra decía: “Tu silencio, tu legado”.

*****

Al iniciar la rueda de prensa del 25 de abril en pro de un juicio de destitución, John Nichols, de la revista The Nation, pronunció: “Estamos aquí para decirle al Congreso: pongan el juicio de destitución sobre el tapete donde debe estar, como primer tema de la agenda del día”.

El ambiente de Washington era electrizante la semana pasada, cuando escritores, actores, activistas, ex funcionarios y funcionarios actuales del gobierno y otros se reunieron frente al Capitolio. Fue el momento propicio para anunciar la existencia de un movimiento en pro de un juicio de destitución a Bush y Cheney. El espectro de una confrontación entre la Casa Blanca y el Congreso rodeaba la ciudad porque los demócratas sumaron un calendario para la retirada de tropas de Irak en el proyecto de ley de gastos militares, y Bush amenazó con vetarlo. Día tras día iban aumentando las revelaciones, las acusaciones y los citatorios al gobierno de Bush. Bush y Cheney, belicosos como siempre, dejaron en claro que están resueltos a seguir adelante con la escalada de guerra, las amenazas contra Irán, los cambios de trámites judiciales que restringen aún más el contacto entre los detenidos de Guantánamo y sus abogados, los elogios al fallo teocrático y misógino de la Suprema Corte que limita más el derecho al aborto… todo eso mientras defienden al mentiroso arquitecto judicial de la tortura, el secretario de Justicia Alberto Gonzales.

Todo eso (y la muerte de más de 650,000 iraquíes y 3,333 soldados estadounidenses) era el fondo de la presentación de la demanda de un juicio de destitución. La complicidad y la responsabilidad, el estado de derecho y la necesidad de actuar antes de que haya más muerte y destrucción: esos eran los temas que resonaban en las declaraciones a los medios de comunicación.

El periodista galardonado del premio Pultizer y autor del libro American Fascists, Chris Hedges, pintó la gravedad de la situación: “En fin, este presidente es culpable de lo que en círculos judiciales se llama un ‘crimen de agresión’. Si nosotros como ciudadanos no demandamos que responda ante esos crímenes, si no empezamos el proceso de un juicio de destitución, seremos cómplices en la codificación de una nueva orden mundial que tendrá consecuencias espantosas”.

En las semanas antes del 25 de abril, las cartas electrónicas iban volando. Prominentes voces de conciencia escribieron declaraciones y se comprometieron a ir a la capital. El 19 de abril, la actriz Olympia Dukakis anunció el evento ante un público de millones de personas en el programa televisivo "The View", y en respuesta Rosie O’Donnell, una de las anfitrionas, saltó de la silla con los puños en alto. Se han recibido endosos y declaraciones de Ed Asner, Russell Banks, Jackson Brown, Ariel Dorfman, Eve Ensler, Graham Nash, Gore Vidal, Alice Walker y muchos más. El representante Kucinich se preparó para presentar los artículos de destitución contra Cheney la víspera.

Cuando Kucinich hizo el anuncio, los medios de comunicación ridiculizaron su postura solitaria, pero no dijeron nada sobre el contenido de las acusaciones. Al comienzo del evento del 25, Kucinich subió las escalinatas del Capitolio y, mirando a la gente reunida, dijo: “Ayer me preguntaron: ‘¿quiénes están contigo?’. Nadie está conmigo en esto, solo el pueblo. Y ¡hay que escucharlo!”

La mayoría de los presentes ese día han hablado en otras ocasiones contra la guerra y contra Bush, y hasta a favor de un juicio de destitución, pero jamás se habían reunido tantas voces de conciencia tan destacadas y diversas para decir que un juicio de destitución debe empezar ya. Entre los principales oradores estaban: el alcalde de Salt Lake City, Rocky Anderson; Kucinich; Chris Hedges; Daniel Ellsberg; Cindy Sheehan; y Eric Oemig, el legislador estatal que presentó una resolución de destitución en la legislatura del estado de Washington. Junto a ellos estaban el primer poeta laureado del estado de Nueva Jersey, Gerald Stern; los actores de Broadway Kathleen Chalfont y Frank Woods; la poetisa Anne Marie Macari; el ex agente de inteligencia David MacMichael; la ex militar Ann Wright; y una veintena de otros artistas, activistas, familiares de soldados y personas destacadas por sus actos de resistencia. Fue una reunión de gente de distintas esferas que ha estado en las primeras filas de la oposición a Bush y a la guerra. Su postura conjunta y la demanda de un juicio de destitución a Bush y Cheney empezó a romper la “realpolitik” de que lo único posible es lo que ya se está haciendo, y la actitud cínica y criminal de los líderes demócratas que dicen que un juicio de destitución minará sus campañas para la presidencia.

Cindy Sheehan expresó muy bien por qué esa actitud es inmoral y el precio que conlleva. Dijo: “La única solución a esta guerra es un juicio de destitución a los mentirosos, a los asesinos, y que las tropas regresen a casa”.

Muchos expresaron su profunda preocupación de que Bush ha socavado seriamente el estado de derecho. Rocky Anderson dijo que al principio pensaba que un juicio de destitución sería demasiado extremo, pero hoy piensa que “quizás sea lo más crucial para nosotros como nación y para los que nos siguen en el futuro, para decir que no permitiremos jamás esas atrocidades, esas violaciones, ese desacato a la ley en nuestro nombre”.

En 1971, Daniel Ellsberg arriesgó una sentencia de cadena perpetua cuando filtró documentos secretos en oposición a la guerra de Vietnam. El 25 de abril dijo: “No hacerles un juicio de destitución, no identificar esos crímenes como merecedores de un juicio de destitución, sería hacernos totalmente cómplices del ataque a la Constitución y la democracia. Esto se aplica a todos los ciudadanos y no solamente a los miembros del Congreso”.

En las discusiones que siguieron la rueda de prensa, los participantes describieron esta semana como un comienzo que tal vez marque un cambio. Hay gran revuelo en la cúpula del poder en Washington, D.C., y ese acto de parte de conocidas voces de conciencia fue un nuevo paso hacia abrir cancha para un movimiento desde abajo que demanda un juicio de destitución.

Debra Sweet, directora nacional de El Mundo no Puede Esperar–Fuera Bush y su Gobierno, lanzó un reto en sus comentarios al abrir la rueda de prensa: “A los que dicen que es muy temprano para hablar de un juicio de destitución, les preguntamos esto: ¿qué tan tolerable es la situación en Irak para ustedes, que continúe dos años más? ¿Qué tan tolerables son los preparativos para una guerra contra Irán? ¿Por cuánto tiempo quieren vivir con Guantánamo y con la tortura que se realiza en su nombre? Si no es el momento ahora, entonces ¿cuándo? Si no demandamos un juicio de destitución y no actuamos para parar el programa de Bush, entonces ¿quiénes lo harán?”.


Declaraciones de apoyo a la destitución de George Bush 25 de Abril 2007

Micheal Berg:

George Bush es responsable por desestabilizar una nación soberana y permitir entrar a los que asesinaron a mi hijo, de acuerdo al informe del FBI sobre su muerte.

La arrogancia de George Bush y su presunción de que el pueblo estadounidense iba a tolerar cualquier erosión de nuestros derechos son responsables por hacerle quedar en Irak a Nick hasta que era demasiado tarde para volver a casa.

He perdonado a George Bush, a los demás políticos estadounidenses y al asesino material de mi precioso hijo Nick. Pero he aprendido que pedir perdón no significa que debo tolerar los hechos, los pecados, de esa gente.Y no significa que les quito culpabilidad. Son responsables por la muerte de Nick y el culpable principal, el comandante en jefe George Bush, es responsable y merece un juicio de destitución, ser sacado del poder, obligado a pagar reparaciones personales y prestar servicio de justicia pública como restitución el resto de la vida.

Noam Chomsky:

La lista de crímenes cometidos por George Bush es larga y negra. La destitución sería por lo menos un paso pequeño hacia la restitución que les debemos tanto a las víctimas de sus años en el poder como a las que sufrirán las consecuencias posteriores. El llamamiento del 19 de Abril frente al Capitolio es un intento honorable y valiente por vencer la humillación y vergüenza que Bush ha traído a nuestro país.

Ramsey Clark:

Hemos visto que es posible conmover a nuestro Congreso. El gobierno de Bush no se ha recuperado de sus errores. El horror que esta guerra de agresión les ha provocado al pueblo iraquí y a miles de tropas estadounidenses debe preocupar a todo ciudadano sensible. El incremento de tropas solo aumentará la muerte y la destrucción.

Por todo el país los partidarios de la destitución están intensificando sus esfuerzos. Nuestro enfoque debe ser el Congreso y nuestra prioridad la retirada completa de las fuerzas armadas y la destitución del presidente Bush, el vice-presidente Cheney, el secretario de Justicia Alberto González, la secretaria de estado Condoleezza Rice y los demás funcionarios culpables…

El presidente Bush y el vice presidente Cheney deben tomar responsabilidad tal como dice la constitución, articulo II, sección 4: que al presidente, al vice presidente y a todo funcionario del gobierno de Estados Unidos se le debe sacar del poder o hacerle un juicio de destitución o declararlo culpable.

Ariel Dorfman:

Que se le haga un juicio de destitución a Bush por el bien del pueblo estadounidense. Porque en una auténtica democracia, nadie debe estar por encima de la ley, y mucho menos un hombre que viola la constitución que juró que defendería.

Que se le haga un juicio de destitución a Bush por el bien de la gente del mundo. Porque tan pronto se le saque del poder y se le impida hacer más daño, podremos curar a la atribulada humanidad.

Y finalmente, que se le haga un juicio de destitución a Bush por su propio bien. Porque no hay nada más sano para un criminal acusado que aprehenderlo y dejar que se defienda, no hay nada mejor para un criminal que darle la oportunidad de darse cuenta del grado de daño que causó con sus crímenes y fechorías.

Daniel Ellsberg:

Es indispensable hacer un juicio de destitución para restaurar la democracia constitucional al país. Si el Congreso no identifica las acciones del presidente George Bush y del vice presidente Cheney como delitos, crímenes y ofensas que merecen un juicio de destitución, será completamente cómplice en el asalto contra la constitución y el estado de derecho.

La cláusula sobre el juicio de destitución se escribió precisamente teniendo en cuenta a funcionarios como Bush y Cheney. Existe para protegernos de altos funcionarios que se creen por encima de la ley: un presidente que se cree rey y funcionarios que aspiran a ser el poder detrás del trono.

Esa obligación de restaurar la constitución no es un asunto partidista. Los republicanos que se niegan a confrontar los crímenes de este presidente o del vice presidente se demuestran ser republicanos antes que estadounidenses. Podemos decir lo mismo de los demócratas que huyen del riesgo político de destituir a esos funcionarios y mantienen su política de guerra preventiva, tortura, suspensión de Habeas Corpus y centros de detención como Guantánamo. Esos partidarios no tienen un compromiso ni con la república ni con la democracia.

Rev.David Ensign:

Hablando como cristiano, debo preguntar ¿en qué punto se considera “estatus confessionis" la oposición a un gobierno? En otras palabras ¿en qué punto se pone en peligro la integridad del evangelio mismo si no se habla en contra del gobierno?. Para los seguidores del Príncipe de Paz, ese momento llega cuando el ejecutivo se arroga para sí el poder de hacer la guerra (que debe ser del Congreso), en contra la teoría de guerras justas, la voluntad de la comunidad internacional y la Carta de la ONU. Para los que quieren seguir los pasos de él que dijera "La verdad te hará libre", ese momento llega cuando el presidente y el vice presidente continuamente aducen afirmaciones falsas para justificar la guerra. Para los que siguen a él que dijera "amar a tus enemigos y rezar por los que te persiguen," ese momento llega cuando el gobierno crea prisiones secretas, autoriza el secuestro y la tortura, y descarta como “anticuada” la Convención de Ginebra.

Los que seguimos cualquiera de las grandes tradiciones religiosas y espirituales del mundo confrontamos los mismos retos cuando las acciones de este gobierno violan nuestros valores en común – la compasión, la generosidad, el amor– y cuando las acciones del presidente y el vice presidente llegan al grado de ser graves crímenes y delitos.

Frances Fisher:

Ha llegado la hora de frenar el desenfrenado abuso de poder del presidente George W. Bush y el vice presidente Dick Cheney contra el pueblo estadounidense y todos los ciudadanos del mundo. Se han entregado a hacer de su alta posición una vergüenza y deben ser destituidos antes de que sigan adelante con otra ocupación y más tortura. Están corrompiendo el alma de Estados Unidos y un juicio de destitución es el primer paso para reclamar nuestra dignidad.

Chris Hedges:

George Bush ha triturado las obligaciones de Estados Unidos bajo la ley internacional, las ha violado y ha ausentado el país de ellas. Ha rechazado firmar el Protocolo de Kyoto, ha abandonado el Tratado de Mísiles Anti-Balísticos, ha intentado destruir el Tribunal Criminal Internacional, ha salido de negociaciones sobre armas químicas y biológicas y desafiado la Convención de Ginebra y las leyes sobre los derechos humanos en cuanto al trato de detenidos. Lanzó una guerra ilegal contra Irak con pruebas inventadas que, ahora se sabe, se habían desacreditado aún antes de su publicación.

En breve, este presidente es culpable de lo que se llaman "crímenes de agresión." Si los ciudadanos de este país no le hacemos rendir cuentas por esos crímenes, y si no se comienza un juicio de destitución, seremos cómplices en la codificación de un nuevo orden mundial que tendrá consecuencias aterradoras. Un mundo sin tratados, estatutos ni leyes es un mundo en el cual cualquier estado, ya sea una paria nuclear o un imperio poderoso, podrá aprovechar leyes internas para anular sus obligaciones a los demás países. Tal nuevo orden mundial acabará con cinco décadas de cooperación internacional (establecida en gran medida por Estados Unidos), y nos echará a una pesadilla Hobbsiana…

Importa tener un mundo basado en reglas. La creación de esas reglas y organizaciones internacionales, y el uso de nuestra influencia durante medio siglo para asegurar que se cumplan, ha conducido a nuestra condición de nación preeminente, que respeta y defiende el estado de derecho. Si se destruye el orden internacional tan delicado, si permitimos que George Bush crea un mundo donde no tengan valor la diplomacia, la cooperación internacional ni el estado de derecho, si dejamos que esos sistemas legales se deshacen, veremos caer en picado nuestra autoridad política y moral. Se erosionarán las posibilidades de cooperación entre las naciones, y con nuestros aliados más estrechos, y sufriremos los mismos atropellos que imponemos sobre los demás.

Mark Kurlansky:

Para que Estados Unidos siga siendo una democracia, hay que sacar del poder a un liderato que viola las leyes nacionales e internacionales, pasa por alto nuestros valores de decencia y es indiferente a la voluntad del pueblo. Por esa razón se incluyó el juicio de destitución en la constitución y es nuestra obligación asegurar que se cumpla sin importar lo desagradable que sea el procedimiento.

Johnathan Lethem:

En estas circunstancias, convocar al juicio de destitución es lo menos que podemos hacer como ciudadanos de una nación en que atacan tan despreocupada y rutinariamente a nuestros principios fundamentales. No dejamos que la historia interrogue sobre el desastre de ahora; el silencio es complicidad.

David Lindorff:

El liderazgo demócrata de la Cámara de Representantes ha estado haciendo varios argumentos contra un juicio de destitución -- normalmente una señal de que no tienen ningún argumento válido. Pero examinémoslos.

Primero, dicen que tienen cosas "más importantes" que hacer y que un juicio de destitución sería una "distracción". La verdad, sin embargo, es que los demócratas, con una escasa mayoría en ambas cámaras y en el Senado en particular, no tienen esperanzas de aprobar ninguna legislación de importancia durante esta sesión del Congreso. No pueden hacer nada sino que aprobar simbólicos proyectos de ley que luego serán vetados o ignorados vía "declaraciones de firma" ilegales y anticonstitucionales. La única manera de poner fin a que Bush usurpe la autoridad legislativa es un juicio de destitución.

Segundo, afirman que un juicio de destitución "tardaría demasiado". De hecho, se podría destituir a Bush mañana por incumplimiento de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, una inacción ya declarada un crimen grave en un tribunal federal. Se lo podría destituir también por no asegurar que las leyes se cumplan al pie de la letra. No se requiere una audiencia judicial en el caso de ninguna de esas acciones descaradas, pues ambas se consideran "altos crímenes y delitos ". Luego se podrían iniciar audiencias sobre los demás crímenes de Bush.

Por último, el liderazgo demócrata afirma que un juicio de destitución sería "divisivo" y que los estadounidenses no quieren la discordia. Eso es absurdo a primera vista. Cuando los estadounidenses se levantaron en noviembre y echaron al Congreso republicano, estaban diciendo a los demócratas que querían una verdadera oposición a la Casa Blanca de Bush…Así que pongamos fin a esas tonterías. ¡Es tiempo de empezar el juicio de destitución!

Anne Marie Macari:

Los estadounidenses ya no pueden hacerse la vista gorda frente a las horribles verdades de los últimos seis años. George Bush y Dick Cheney nos han mentido sistemáticamente y nos han llevado a una guerra sin razón en que miles de nuestros jóvenes han muerto o han quedado mutilados. Innumerables también son las cantidades de iraquíes muertos, heridos, o exiliados a causa de esta guerra ilegítima. Se trata de crímenes contra la humanidad, contra la democracia y la sociedad abierta. La tortura, la especulación bélica, la asignación de contratos sin pedir ofertas, el espionaje a los estadounidenses: ¿cuánto más puede tolerar una sociedad sana sin llegar a transformarse permanentemente por la corrupción a su centro? Un juicio de destitución pueda ser chocante y desagradable, pero es necesario para restaurar a nuestro país el estado de derecho y la decencia. Se pide a todo ciudadano rendir cuentas; ni Bush ni Cheney deben estar por encima de la ley.

David MacMichael:

Mis conciudadanos estadounidenses, estamos aquí para pedirle a la Cámara de Representantes -- nuestros representantes – afrontarse a sus responsabilidades constitucionales y considerar un juicio de destitución contra el presidente George W. Bush, el vicepresidente Richard Cheney, y otros funcionarios civiles que tengan la responsabilidad por altos crímenes y delitos, o que sean cómplices en ellos.

Primero está el hecho de que el presidente Bush, el vicepresidente Cheney y otros funcionarios mentían intencionadamente al Congreso en el período que llevaba a la agresión contra Irak sobre la presunta amenaza que ese país representaba, aduciendo inexistentes armas de destrucción masiva, una alianza igualmente inexistente entre Al Qaeda y el gobierno de Irak, y una inventada participación de Irak en los ataques del 11 de septiembre.

Dave Meserve:

Este presidente y este vicepresidente han abusado continuamente de la Constitución y la confianza del pueblo estadounidense. Todo funcionario elegido, ya sea miembro del ayuntamiento o presidente del país, y todo miembro de las fuerzas armadas, juran apoyar y defender la Constitución de Estados Unidos de América y protegerla frente a cualquier enemigo, extranjero o nacional. Hoy debemos hacer valer la Constitución y cumplir nuestra responsabilidad como ciudadanos para frenar el poder destructivo de un gobierno que se ha vuelto loco.

John Nichols:

El juicio de destitución es un instrumento esencial y vivo de la Constitución estadounidense.

Dicha Constitución no hace ninguna referencia a Dios… ni a cuestiones de corporaciones y negocios…tampoco a partidos, elecciones primarias, agrupaciones de representantes políticos, convenciones de nominación, ni siquiera fechas de elección. Los fundadores suponían que íbamos a resolver cómo venerar, cómo hacer negocio, cómo elegir a nuestros líderes. Pero se preocuparon por si nos olvidáramos de que tenemos el poder de quitar a líderes que se apartan de la Constitución y la República. Y, por eso, incluyeron en nuestra Constitución seis referencias al juicio de destitución.

George Mason, el autor principal de nuestra Declaración de Derechos, dijo: "Ningún tema es más importante que la permanencia del derecho de hacer un juicio de destitución."

James Madison, el padre de la Constitución, dijo: "... Es posible quizás que en alguna ocasión sea necesario hacerle un juicio de destitución al propio presidente".

Ésta es la ocasión que Madison imaginó. Una administración presidencial que hace la guerra sin declaración ni justificación está en conflicto con la Constitución. Una administración que espía sin orden judicial ni la autoridad apropiada está en conflicto con la Constitución. Decimos lo mismo de una administración que condona y alienta la tortura y la rendición extraordinaria. Una administración que aprovecha el Departamento de Justicia para hacer investigaciones y acciones judiciales por razones políticas está en conflicto con la Constitución y la República que representa.

Jeremy Pikser:

Éste es un gobierno criminal. Si nosotros, como nación, no repudiamos estos crímenes, entonces estamos colaborando en ellos. Si no los definimos como ilegal, esos crímenes llegarán a ser precedentes para futuros crímenes.

Mark Ruffalo:

¿Qué haces con un gobierno que rechaza la supervisión del Congreso? ¿Qué haces con una Casa Blanca que en un acto de traición revela la identidad de su propio agente clandestino por razones de ganancia política y especulación bélica? ¿Qué haces con un presidente que viola las leyes internacionales y tortura a personas en nombre de la nación, que permitió la devastación de Nueva Orleans, pisotea las leyes de nuestra intimidad, miente sobre las razones de entrar a la guerra, politiza nuestro sistema de tribunales y, al fin y a la postre, dice que no tiene que rendir cuentas a nadie? El juicio de destitución es el único remedio para tal dictadura. No sean engañados. Sí es una dictadura.

O

¡Deshagámonos de los BRIBONES!

Gerald Stern:

Es hora de que el presidente y el vicepresidente se rindan cuentas por haber engañado gravemente a la nación sobre la falsa amenaza que Irak supuestamente representaba. Eso se llama mentir. Son responsables de los asesinatos de centenares de miles de personas. Su arrogancia y engaño no tienen límites. Hay que hacerles un juicio de destitución y condenarlos.

Debra Sweet:

Hoy lanzamos un reto a la gente de este país y al Congreso. Hay que repudiar la dirección desastrosa del gobierno de Bush y sacar del poder tanto a Bush como a Cheney. No debemos reorientar la voluntad política popular de parar la guerra y la agenda de Bush debido al charloteo de que la "realidad política" dice que ya se está haciendo todo lo que es posible. Eso no es nada más que capitular y acomodar a la política de guerra, tortura, y teocracia.

En este momento, el resto del mundo está mirando a los de este país que quedan pasivos mientras se torturan y se detienen a otros sin las debidas garantías judiciales; mientras que, bajo la ocupación, Irak se despedaza y destruye, y más de medio millón de iraquíes han muerto; cuando la solución por la debacle militar y política en Irak es proporcionar más dinero y más tropas a la máquina de guerra; y el gobierno de Bush parece estar preparando para atacar a Irán, y cada candidato importante a la presidencia ha insistido que toda opción militar contra Irán está sobre el tapete; mientras el racismo llega a ser "entretenimiento"; y el derecho de la mujer a controlar su propia reproducción está en gran peligro; y la intolerancia decide quién pueda casarse y quién no…

A los que dicen que es todavía no es tiempo para demandar un juicio de destitución, les preguntamos: ¿Es la situación de Irak tan tolerable para ustedes que permitirán que continúe por otros dos años más? ¿Es tolerable la marcha hacia la guerra contra Irán? ¿Por cuánto tiempo aguantarán lo de Guantánamo y la tortura que se lleva a cabo en su nombre? Si ahora no es el tiempo, ¿entonces cuándo? Si no demandamos un juicio de destitución y no actuamos para poner fin al programa de Bush, ¿quiénes lo harán?

Gore Vidal:

El proceso del juicio de destitución ha sido una parte esencial de la Constitución desde los inicios de la república hasta hoy en día, cuando el representante Dennis Kucinich presenta artículos de destitución contra un vicepresidente fuera de control, a quien no se debe dar más cancha libre a su desprecio manifiesto por esta república y por su sistema de controles y equilibrios, sin que intervenga un juicio en el Senado para deshacernos de esta malignidad, un juicio en que hay que permitir a los senadores convocar a otros miembros de nuestra junta gobernante para que arrojen luz sobre ese "golpe de estado" excepcional desencadenado por los eventos del 11 de septiembre.

Kevin Zeese:

De todos los presidentes y vicepresidentes de la historia de la nación, George W. Bush y Dick Cheney son los que más merecen el juicio de destitución. Entre sus delitos están el de dirigir al país a la guerra basándose en información falsa y engañosa; de ordenar violar la Convención de Ginebra, por ejemplo con la tortura de presos; y de violar las libertades civiles de ciudadanos estadounidenses. Esas son unas de las áreas principales en que se deben centrar los artículos del juicio de destitución.

El juicio de destitución jamás debe hacerse a la ligera; pero cuando se cometen altos crímenes y delitos, el Congreso debe ejercitar su responsabilidad constitucional de salvaguardar nuestra democracia. Cuando los funcionarios de gobierno violan la ley, el juicio de destitución es el remedio apropiado. Ningún estadounidense es por encima de la ley; mucho menos el presidente y el vicepresidente, quienes han jurado defender la Constitución y hacer cumplir las leyes.

Es esencial que un gobierno rinde cuentas para que la población sepa que las leyes valen por algo. Estados Unidos es una nación de leyes, y no una en que ciertas personas no tienen que responder ante la ley. Cuando no se hace responder por violaciones de la ley, se socava la credibilidad de las leyes y del gobierno…

¿Cuántos altos crímenes y delitos puede el Congreso pasar por alto?

Howard Zinn:

El juicio de destitución es el remedio apropiado para los crímenes altos que este gobierno cometió. Bush y Cheney son símbolos de la violencia, la guerra, y las violaciones de las leyes internacionales. Han hecho de nuestra nación un objeto de indignación por todo el mundo. Un juicio de destitución ayudaría a restaurar nuestra buena reputación y nuestra dignidad.


 

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