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Una valoración de la importancia de los expedientes militares clasificados de Guantánamo publicados por WikiLeaks y mi papel analizándolos

25 de septiembre de 2020
Andy Worthington


Una toma de pantalla de la publicación de la página de WikiLeaks de los expedientes militares clasificados de Guantánamo que fueron publicados en el 2011 sobre los cuales trabajé como socio mediático.

Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 10 de octubre de 2020

Actualmente estoy espreando a que me llamen como testigo en el importante caso de extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, que se lleva a cabo en Old Bailey y, como resultado, no he publicado acerca de las audiencias, que comenzaron hace tres semanas, con una más por venir. Desde que comenzaron las audiencias, cuando escribí el artículo titulado La continua e injustificada persecución de Julian Assange. Por información acerca de desacuerdos en el tribunal en relación a mi testimonio (ver esta publicación de Craig Murray) y para información detallada de los aventos de las últimas tres semanas, ver sus reportes diarios y los de Kevin Gosztola de Shadowproof. Gosztola escribió esta guía para todos los periodistas y organizaciones que subren las audiencias en ausencia de las dedicadas coberturas de cualquier medio convencionales.

Mi participación en la audiencia de extradición de Assange vino porque, hace nueve años y medio, trabajé con WikiLeaks como socio mediático en la publicación de los archivos militares clasificados de Guantánamo que habían sido filtrados por el soldado estadounidense Bradley (hoy Chelsea) Manning. La publicación de los archivos le siguieron a la publicación, en el 2010, del video “Asesinato Colateral (Collateral Murder)”, que muestra pilotos en un helicóptero estadounidenses asesinando civiles, incluidos dos periodistas de Reuters y riéndose al respecto, a los extensos registros deu los guerras de Afganistán e Irak y más de 250,000 cables diplomáticos estadounidenses.

Julian Assange se encuentra luchando para prevenir su injustificable extradición a los Estados Unidos, para enfrentar cargos bajo la Ley de Espionaje que significaría vida en prisión si es que es encontrado culpable. Y lo que es profundamente alarmante acerca de esto, que no necesitaría ni siquiera decirse, es que los supuestos crímenes de Assange no son crímenes.

Como es el caso en todos los países que se enorgullecen de no ser dictaduras, el derecho a la libertad de expresión, en los Estados Unidos, a través de la Primera Enmienda, tiene como objetivo asegurar que la información que es de interés público, en relación al mal actuar del gobierno, puedan ser publicados sin que los queo hagan paguen siendo encarcelados de por vida bajo cargos fabricados.

Mi participación con WikiLeaks en la publicación de los expedientes de Guantánamo puede ser encontrada a través de la página de WikiLeaks ‘Gitmo Files’ o a través de mi sitio web --ver mi artículo introductorio WikiLeaks Reveals Secret Guantánamo Files, Exposes Detention Policy as a Construct of Lies, por ejemplo y también siéntanse libres de revisar los 422 perfiles de prisioneros publicados en 2011-2012 en 34 artículos distintos, en The Complete Guantánamo Files (the Wikileaks Files).

Sin embargo, lo que me perdí hace algunos meses, y que ahora estoy publicando de manera cruzada, es un artículo acerca del significado de los archivos y mi análisis de ellos, que fue escrito por el periodista y autor Patrick Lawrence de Consortium News, la séptima de ocho partes de The Revelations of WikiLeaks (Las Revelaciones de Wikileaks) titulada Las Revelaciones de Wikileaks: Núm. 7- Crímenes revelados en la bahía de Guantánamo.

La serie fue descrita por Consortum News como “Recordando la gran publicación de WikiLeaks que ha alterado el mundo desde su creación en el 2006” y “un esfuerzo para contrarestar la cobertura de los medios mainstream, que ignoran ampliamente el trabajo de WikiLeaks y prefieren enfocarse en la personalidad de Assange. Es el descubrimiento de los crímenes del gobierno y corrupción por parte de WikiLeaks que inicaron el ataque de los Estados Unidos contra Assange, llevando a su arresto el pasado 11 de abril del año pasado y a su acusación bajo la Ley de Espionaje estadounidense”.

Estoy feliz de tener los expedientes, y mi trabajo sobre ellos, reconocidos por Patrick Lawrence de Consortium News, porque, honestamente, ambos han recibido generalmente insuficiente atención en los nueve años y medio, en parte por la depresiva falta de interés en Guantánamo y en parte porque, a una semana de la publicación de los archivos el 25 de abril del 2011, de repente los Estados Unidos decidieron que ya era momento de asesinar a Osama bin Laden.

Esto fue algo que no solo reveló los instintos salvajes de los Estados Unidos en su peor punto (asesinaron a bin Laden en lugar de capturarlo y enjuiciarlo), sino que, también, crucialmente, terminó con cualquier interés que pudiera haber acerca de los expedientes de Guantánamo y le permitió a Dick Cheney y a otros defensores de Guantánamo decir que fue gracias al uso de la tortura que llevó a localizar a bin Laden (falso) y a defender la existencia de psiones post 11/9 en donde todas las singulares y viejas leyes en contra de la tortura y de la detención arbitraria e idenfinida habían sido descartadas, incluyendo Guantánamo.

En contraste, como he dicho siempre, los expedientes de Guantánamo publicados por WikiLeaks son de enorme significado porque exponen, para todos los que estén preparados para pasar tiempo estudiándolos, que mucho de lo que constituye supuesta evidencia en contra de prisioneros fue, de hecho, producida por otros prisioneros que fueron torturados, abusados de alguna manera o sobornados con mejores condiciones de vida, algunos en particular, responsables de mentir acerca de docenas de prisioneros, diciendo que fueron parte de eactividades en Afganistán, por ejemplo, cuando ni siquieran estaban en el país en ese momento.

Las Revelaciones de Wikileaks: Núm. 7- Crímenes revelados en la bahía de Guantánamo

Por Patrick Lawrence, Consortium News, 24 de junio, 2020

“Los Expedientes de Gitmo” levantaron la tapa que ell Pentángono puso sobre la prisión, describiendo un sistema corrputo de detención militar que reposa sobre tortura, testimonios forzados e “información” manipulada para justificar abusos en la base.

WikiLeaks publicó un cache de documentos clasificados el 25 de abril del 2011 que llamó “Gitmo Files”. Consisten en reportes del grupo operativo en la bahía de Guantánamo enviado al Comando del Sur en Miami, bajo el cual JTF-Gitmo (La Fuerza de Tarea Conjunto Guantánamo por sus siglas en inglés) había encarcelado e interrogado sospechosos terroristas desde enero del 2002, cuatro meses después de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.

Estos memorándums conocimos como “Reportes de Evaluación de Detenidos (DABs por sus siglas en inglés), fueron escritos desde el 2002 hasta el 2008. Contienen juicios detallados del JTF-Gitmo acerca de si un prisionero debe de permanecer en prisión o ser liberado ya sea a su gobierno o a un tercer país. De los 779 prisioneros detenidos en Guantánamo en su pico post 11 de septiembre, “Gitmo Files” se compone de los DABs de 765 de ellos. Ninguno había sido hecho público antes. Como practica WikiLeaks, les dio acceso a varios medios en su momento de publicación.

Previo a la publicación de WikiLeaks, poco se sabía de la operación de la prisión en la base naval estadounidense en la costa sureste de Cuba. En el 2006, en respuesta a una demanda de solicitud presentada cuatro años antes, bajo la Libertad de Información, la Associated Press, el Pentágono hizo públicas las transcripciones de las audiencias militares realizadas en Guantánamo. Mientras que que se revelaron, con esto, algunas identidadesd de detenidos por primera vez, contenían muy pocos detalles de cómo los detenidos eran tratados, interrogados y después, juzgados.

“Gitmo Files”, de este modo, levantó la tapa que cubría una operación del Departamento de la Defensa que había envuelto en secretos por nueve años. Describían el profundamente corrupto sustema de detención militar e interrogación que descansaba sobre tortura, testimonios forzados e “información” manipulada para justificar las prácticas del ejército en la base de Guantánamo.

“La mayoría de estos documentos revelaron recuentos de incopetencia familiares a los que habían estudiado de cerca Guantánamo”, escribió Andy Worthington, un socio de WikiLeaks que manejó análisis del editor de estos documentos “con hombres inocentes detenidos por equivocación (o porque los Estados Unidos ofrecieron recompensas sustanciales a sus aliados a cambio de sospechosos de al-Qaeda o talibanes), y numerosos insignificantes conscriptos talibanes de Afganistán y Pakistán”. Worthington llamó a los 765 documentos publicados por WikiLeaks “la anatomía de un crimen colosal perpetuado por el gobierno de los Estados Unidos”.

El primer gobierno de Obama

Barack Obama comenzó su primer mandato como presidente a los dos años después de que WikiLeaks publicara los “Gitmo File”. Durante su campaña política prometió cerrar la prisión antes del primer año de tomar el poder, en ese momento había 241 detenidos. Un grupo de fuerza especial interagencias llamado Guantánamo Review Task Force fue asignado para revisar estos casos concluypo que solo 36 podían ir a juicio.

Pero Obama sucumbió ante “las políticas de miedo en el Congreso” como lo describe Worthington. Todavía había 171 prisioneros cuando los “Gitmo Files” fueron publicados. Hoy quedan 40, algunos cuya libertad ha sido autorizada y están en espera, otros acusados y esperando un juicio militar, algunos encontrados culpables y otros 26, bajo confinamiento indefinido.

Los documentos

Los memorandums recolectados en los “Gitmo Files” son una luz reveladora sobre el sistema militar estadounidenses de arresto, detención y la interrogación de sospechosos de terrorismo después de las tragedias del 11 de septiembre. Los expedientes incluyen las DABs que cubren a los primeros 201 prisioneros liberados de Guantánamo entre el 2002 y el 2004. Nada se conocía previamente acerca de estos detenidos. Los reportes militares recuentan las historias de inocentes afganos, paquistaíes y otros, un panadero, un mecánico, ex estudiantes, ayudantes de cocina, que jamás deberían de haber sido detenidos en primer lugar.

Estos detenidos de liberación pronta estaban dentro de los más fáciles de identificar como riesgos bajos o no de seguridad. Sus historias reflejan el método discriminativo de arrestos que utilizaban las fuerzas estadounidenses inmediatamente después de los ataques del 11 de septiembre. Los “Gitmo Files” se refieren a estos detenidos como “Los prisioneros desconocidos de Guantánamo” porque ningún registro de su presencia en Gitmo había sido publicado antes de la publicación de abril del 2011.

Fueron “desaparecidos”, los detenidos no reconocidos, aparentemente porque su inocencia era una vergüenza para el Pentágono y, especialmente, aquellos operando la prisión de Guantánamo.

Azizullah Asekzai fue uno de estos detenidos liberados al inicio. Era un granjero en sus veintes cuando los talibanes lo reclutaron para luchar por su causa en Afganistán. Después de un día de entrenamiento con AK–47, Asekzai intentó escaparse a Kabul, pero una milicia local emboscó el vehículo en el que viajaba y fue capturado. Fue entregado a las fuerzas estadounidenses y transferido a Guantánamo en junio del 2002.

El DAB de Aserkai explica su transferencia de este modo:

    El detenido fue arrestado y transportado a Bamian, en donde fue encarcelado por casi cinco memses antes de ser transferido a las fuerzas estadounidenses. El detenido fue transportado subsecuentemente a la base naval de la bahía de Guantánamo por su conocimiento como recluta talibán en el área de Konduz y de Mullah Mir Hamza, un oficial talibán, en el distrito de Gereshk, en la provincia de Helmand. La fuerza especial de Guantánamo considera que la información obtenida de él y acerca de él no es ni de valor ni táctcamente explotable. [Italicas añadidas.]

El DAB de Aserkai data en marzo del 2003 y fue liberado en julio. Mientras que su tiempo en Guantánamo fue relativamente breve, su historia es importante por la luz que refleja en cómo la escritura de los DABs manipula los hechos caso tras caso para enmascarar lo que equivale a un método de arresto tipo red de arrastre en Afganistán. En su caso, como en el de muchos otros, esto significa inventarse los motivos del ejército para obscurecer las bases sin justificación para su dentención y transferimiento a Guantánamo.

Aquí, un comentario explicatorio de WikiLeaks incluido en sus archivos de “Unknown Prisoners”:

    Los “motivos de transferencia” incluidos en los documentos, que han sido repetidamente citados por algunos medios como una explicación al por qué de la transferencia de prisioneros a Guantánamo son, de hechos, mentiras que fueron injertados en los expedientes de los detenidos después de su llegada a Guantánamo. Esto es porque, contrario a la impresión que se da en los expedientes, ningún proceso de revisión significativo se llevó a cabo antes de su tranferencia…Cada uno de los prisioneros que terminaron en custodia estadounidense tenía que ser enviado a Guantánamo, aunque la mayoría ni siquiera fue arrestado por fuerzas estadounidenses, sino por sus aliados afganos y paquistaníes al momento en el que pagaban recompensas substanciales por “sospechosos de al-Qaeda o talibanes”.

Estos pagos no fueron limitados a los cazadores de recompensas afganos o paquistaníes. En sus memorias “In the Line of Fire” (En la línea de fuego) del 2006, el ex president de Paquistán Pervez Musharraf, reconoce que, al entregar a más de 369 sospechosos de terrorismo a los Estados Unidos, el gobierno paquistaní “ganó pagos de recompensas equivalentes a millones de dólares”.

Los “Gitmo Files” también incluyen una sección sobre los 22 niños que también fueron detenidos en Guantánamo después de su apertura. Tres de ellos todavía estaban en detención al momento de la publicación de WikiLeaks. Además, los documentos detallan los casos de 399 detenidos liberados desde el 2004 a la fecha en que los “Gitmo Files” fueron publicados. También dan un antecedente de los siete hombres que habían muerto en Guantánamo para abril del 2011.

Cada DAB es firmada por el comandante de Guantánamo al momento de la elaboración del reporte. Mientras que incluyen la valoración y recomendación de la JTF-Gitmo para cada prisionero, la disposición de cada caso fue determinada por un nivel más alto. Además de cada fallo de la JTF-Gitmo, las DABs también refjelaban el trabajo de la Grupo de Investigación Criminal, la agencia del Pentágono, post 11 de septiembre, creada para llevar a cabo interrogaciones y los “Equipos de Consulta de Ciencias del Comportamiento” o BSCTs por sus siglas en inglés.

Estos fueron los ahora infames psicólogos que participaron en la “explotación” de prisioneros durante las interrogaciones, en muchos casos condonando el uso del “waterboarding” y otras formas de tortura.

La práctica estandar de la JTF-Gitmo era presentar cada DAB en nueve secciones. Esto comenzaba con la identidad del detenido y un antecedente personal y valoración de su salud, el recuento de detenidos de los eventos, una valoración de esto y la valoración del JTF-Gitmo y recomendación en cada caso. Worthington ha escrutinizado cada una de estas secciones en los DABs para desenterrar información que, de otra mantera, hubiera quedado en la obscuridad. En la sección que cubre la salud de los detenidos, por ejemplo, él escribe: “Se dijo que muchos tenían buena salud, pero hay otros ejemplos alarmantes de prisioneros con severos problemas mentales o físicos”.

‘Información de captura’

En las secciones etiquitadas como “información de captura”, los DABs reportan cómo y en dónde cada prisionero fue arrestado, la fecha de transferencia a Guantánamo, y las notas previamente mencionadas como “razones de transferencia”. Worthington llama a estos últimos recuentos “falsos”, ofreciendo esta explicación: “La razon por la que esto es poco convincente es porque…el alto mando estadounidense, en Campamento Doha, Kuwait, estipuló que cada prisionero que terminara en custodia estadounidense tenía que ser transferido a Guantánamo…y no había excepciones”.

Es por esto que aquellos que escribieron los DABs creyeron necesario el manipular las razones de transferencia “como un intento de justificar el amplio redondeo al azar de prisioneros”, como dice Worthington.

La última sección de un DAB es llamada “EC status” y explica si un detenido todavía es considerado “enemigo combatiente” o no. Estos criterios están basados en tribunales milietares realizados en Guantánamo en 2004-2005. Worthington escribe “de 558 casos, solo 38 prisioneros fueron evaluados como “ya no son enemigos combatientes” y en otros casos, cuando el resultado fue a favor del prisionero, el ejército reunió páneles hasta lograr el resultado deseado”.

El trabajo de Worthingon sobre los “Gitmo Files” es clave para un entendimiento adecuado de los 765 DABs subiertos en la publicación de WikiLeaks. Leídos por cuenta propia, los reportes militares parecen ser recuentos burocráticos rutinarios del procesamiento de cada prisionero. Pero como explica Worthingon, estos documentos son esencialmente encubrimientos de lo comúnmente obscurece más de lo que revela. Como mencionado, las explicaciones de la información de inteligencia utilizada para justificar la detención de un prisionero fueron fabricadas e instertadas en el registro del prisionero después de su arresto y envío a Guantánamo.

Prisioneros fantasmas

Otra falla significative que Worthington identifica es el uso repetido del mismo testigo por parte del JTF-Gitmo para testificar en contra de numerosos prisioneros. En el caso de un testigo, sesenta de ellos. Worthington identifica varios de estos testigos repetidos como “detenidos de alto valor” o “prisioneros fantasmas” en lenguaje de Guantánamo, y detalla sus historias en confinamiento.

Como explica, “los documentos se basan en los testimonios de los testigos, en la mayoría de los casos, de otros prisioneros, cuyas palabras no son confiables, ya sea porque fueron sujetos a tortura o alguna otra forma de coesión (a veces no en Guantánamo, sino en prisiones secretas de la CIA) o porque dar testimonios falsos les aseguraban mejores condiciones de trato en Guantánamo”.

Igualmente, importante, en muchos de los DABs, probablemente en la mayoría de ellos, es difícil detectar las historias verdaderas de los prisioneros, que en la mayoría de los casos revelan su inocencia y la injusticia de su encarcelamiento. Es por esto que el trabajo de Worthington sobre los “Gitmo Files” fue una parte esencial del método de WikiLeaks. Pasó largos meses analizando los documentos; en algunos casos Worthington encontró y entrevistó a detenidos liberados para poder tener un recuento preciso de los eventos registradso. Después escribió una larga serie de artículos explicando sus descubrimientos.

Estos voluminosos escritos están prominentemente presentados en el sito web de los “Gitmo Files”. Son una puerta en el inventario de los DABs que incluye los “Gitmo Files”. El reporte de Worthington acerca de los “Prisioneros desconocidos” es una serie de diez partes. El trabajo de Worthington, incluido su libro, “The Guantánamo Files” es mencionado en sus ensayos introductorisos para cada una de las categorías que utiliza para clasificar a los detenidos en Gunatánamo.

Otra de estas categorías, tituladas “Abandonados en Guantánamo”, es en relación a los 89 yemeníes que todavía estaban detenidos en Guantánamo cuando se publicaron los “Gitmo Files”, de los cuales más de la mitad todavía lo están. El Equipo de Trabajo para la Revisión de Guantánamo de del ex presidente Obama, nombrado en el 2009, recomendó que 36 yemeníes fueran inmediatamente liberados y que otros 30 fueran mantenidos en “detención condicional” hasta que la situación de seguridad en Yemen mejorara.

Como menciona Worthington, la mayoría de los yemeníes se quedaron en la prisión en el momento en el que escribió. De ellos, 28 ya habían sido autorizados para ser liberados. De ellos, a seis los habían “aprobado para transferencia” como lo pone el grupo especial, en 2004, tres más en 2006 y 10 en 2007.

Los “Gitmo Files” detallan los casos de 19 yemeníes todavía detenidos en el 2011. La mayoría de estos fueron valorados como talibanes de bajo rango o soldados de al-Qaeda que no tenían “valor de inteligencia”. Saeed Hatim (conocido en su DAB como Said Muhammad Salih Hatim) estaba dentro de estos 19. Nacido en 1976, Hatim com enzó a estudiar en Saana en 1998. Después de dos años dejó la escuela para cuidar de su padre enfermo. Aquí está una porción de su recuento como está escrito en su DAB:

    “El detenido estaba preocupado por la guerra rusa en Chechnia después de haber presenciado la ‘opresión’ de musulmantes en la televisión. El detenido estaba ‘indignado’ por lo que los rusos le estaban haciendo a los chechnios y decidió viajar ahí para pelear jihad junto con sus ‘hermanos’ musulmanes. El detenido le notificó a su familia acerca de su decisión de viajar a Chechnia y ellos se negaron a darle apoyo económico. El detenido, entonces, habló con varios de sus amigos y miembros de su mezquita, quienes accedieron a ayudar a juntar dinero para su viaje. El detenido partió para Afganistán aprox-madamente en marzo del 2001”.

El DAB de Hatim dice que admitió haber sido reclutado por al-Qaeda después de su viaje a Chechnia. Él supuestamente peleó contra las fuerzas estadounidenses en una gran batalla en las montañas afganas a finales del 2001. La JTF-Gitmo lo valoró como “riesgo medio”, pero lo clasificaron como una “amenaza menor desde la perspectiva de detención” y de bajo valor en cuanto a información de inteligencia.

Recomendaron su liberación, la primera vez, en enero del 2007. De igual manera fue recomendado nuevamente un año después, la petición de habeas corpus que su abogado subsecuentemente presentó, fue otorgada en 2009. Ese fallo fue dejado poco antes de la publicación de “Gitmo Files” en el 2011.

Aquí está la porción relevante del reporte de Worthington y el análisis en el caso de Hatim:

    “En el caso de Saeed Hatim, el juez Ricardo Urbina descartó las declaraciones auto incriminatorias hechas por el mismo Hatim, aceptando que las había realizado mientras que se encontraba bajo mal trato y amenazado con tortura en Kandahar después de su captura, y que repetidamente hizo en Guantánamo “porque tenía miedo de ser castigado si cambiaba su historia”.

El juez Urbina descartó que la mayor acusación del gobierno contra Hatim, que es que había sido parte de un enfrentamiento entre al-Qaeda y las fuerzas estadounidenses en las montañas Tora Bora en Afganistán en diciembre del 2001, porque la única fuente que dice eso es un testigo notoriamente poco confiable identificado en los documentos de WikiLeaks, quien, en las palabras del juez Urbina, “ha exhibido un continuo patrón de problemas psicológicos severos mientras ha estado detenido en Gitmo”.

Citando a un interrogador, el juez también notó que los registros del hospital en Guantánamo decían que el testigo en contra de Hatim “tenía ‘vagas alucinaciones auditivas’ y que sus síntomas eran consistentes con ‘desorden depresivo, estrés post traumático y dersorden de personalidad severo’”. El interrogador concluyó en “negarse a acreditar lo que es argumentablemente el alegato más serio del gobierno en este caso basado solamente en una declaración, realizada años después del evento en cuestión, por un individuo cuyo sentido de la realidad parece frágil a lo más”.

Los oficiales estadounidenses reaccionan

Reacciones oficiales a la publicación de los “Gitmo Files” fueron, por mucho, predecibles. La declaración del gobierno de Obama, publicada por Geoff Morrell, el Secretario de Prensa del Pentágono y Daniel Fried, el enviado especial de Obama en asuntos de detenidos, asertó que “es esafortunado que varios medios informativos han tomado la decisión de publicar numerosos documentos obtenidos ilegalmente por WikiLeaks en relación al centro de detención de Guantánamo”.

Refiriéndose a Obama y a su predecesor, George W. Bush, Morrell y Fried también dijeron que “ambos gobiernos han prioritizado la protección de ciudadanos amiericanos y estamos preocupados que la revelación de documentos pudiera dañar dichos esfuerzos”.

Significativamente, no hya registro de la respuesta del presidente a la publicación.

El Pentágono cayó bajo especial crítica con las revelaciones de la detención de 22 niños en Gitmo publicadas. Como explica Worthington, en mayo del 2008, el Pentágono report al Comité de Derechos del Niño de la ONU que únicamente había tenido 8 jóvenes (aquellos menores de 18 años cuando supuestamente llevaron a cabo las trasgresiones) desde que Guantánamo comenzó a recibir detenidos en el 2002.

Worthington aprovechó oara elaborar la divulgación en los “Gitmo Files”. En su comentario escribió: “mi nueva investigación coincide con un nuevo reporte por parte del Centro para el Estudio de los Derechos Humanos en las Américas de la Universidad de California en Davis, “Los Niños de Guantánamo: los testimonios de WikiLeaks”, extraidos de las publicaciones de Wikileaks, de documentos militares clasificados que alumbraron nueva luz sobre los prisioneros, identificando a 15 juveniles, sugiriendo que otros sies, nacidos en 1984-85, que llegaron a Guantánamo en 2002-2003, podrían haber tenido menos de 18 años, dependiendo exactamente de cuándo nacieron (lo cual es desconocido, como en muchos de otros numeroros prisioneros de Guantánamo).

En total, Worthington acertó, que el número de niños encarcelados en Guantánamo podrían haber sido hasta 28.

Igual que el president, el Pentágono permaneció en silencio después de la publicación de los “Gitmo Files”. No existe registro alguno de la respuesta del Departamento de la Defensa a las revelaciónes de WikiLeaks con respsecto a los niños y al análisis de Worthington sobre ellos.

En abril del 2019, ocho años después de la publicación de los “Gitmo Files”, los tribunales militares coninuaron a lidiar con el registro de eventos, específicamente el uso de tortura, durante “la guerra contra el terror”, post 11 de septiembre.

En un reporte datado el 5 de abril del 2019, el New York Times explicó que “diecisiete años y medio después de los ataques terroistas del 11 de septiembre del 2001, y una década después de que el ex presidente Barack Obama ordenara a la CIA desmantelar cualquier residuo de la red de prisiones, el sistema de comisiones militares todavía lucha con cómo manejar la evidencia de lo que los Estados Unidos le hicieron a los sopechosos de al-Qaeda todavía detenidos en sitios obscuros de la CIA. Mientras que el tema de la tortura ahora ya puede ser discutido abiertamente en los tribunales, todavía existe la disputa de cómo reunir la evidencia de esto y cómo puede ser utilizada en los procesos en Guantánamo, Cuba”.

Esta semana (la útlima de junio del 2020) el Departamento de Justicia presentó un nuevo cargo contra Assange, reemplazando el que se presentó en mayo del 2019 y que engrosa los cargos lanzados contra él el año pasado. Esta es la más reciente reacción oficial a los “Gitmo Files”. Este último cargo presentado en la Corte de Distrito de Virginia datado el 24 de junio alega que Chelsea Manning entregó los “Gitmo Files” ante la urgencia de Assange, entre noviembre del 2009 y mayo del 2010. Manteniendo su principio más fundamental, WikiLeaks jamás ha divulgado la fuente de los “Gitmo Files” ni Manning ha jamás declarado que ella es la fuente, aunque ha sido ampliamente considerada como tal.

Probar que Assange, activamente solicitó los documentos que Manning le entregó a WikiLeaks, “Collateral Murder” “Afghan War Diary” “Iraq War Logs” y, ahora, supuestamente, los “Gitmo Files” — es clave para el caso de los Estados Unidos contra Assange bajo la Ley de Espionaje.

El documento de la corte del 24 de junio indica que el Departamento de la Justicia no tiene evidencia sólida acerca de este cargo. Manning continúa a asertar, ocmo lo ha hecho desde su arresto en mayo del 2010, que actuó por voluntad propia en reunir y enviar los documentos que WikiLeaks publicó. La acusación alega solo que Manning, en armar lo que se convirtió en los “Gitmo Files”, utilizó ciertas frases de búsqueda — “detenido + abuso”, por ejemplo — que la acusación identifica con la categorización de WikiLeaks de documentos — un alegato que por mucho se queda corto en los estándares aceptados de prueba.

Reacción de la prensa

En la página de los “Gitmo Files”, WikiLeaks nombra a diez “socios” con los cuales trabajó para lograr la publicación de los documentos. Worthington está en listado como uno, aunque su trabajo lo pone en una categoría propia. Los otros incluyen el Washington Post, el Telegraph, La Republica, Le Monde y Der Spiegel. A estos medios de comunicación les fueron entregadas copias de los “Gitmo Files” previamente para permitirles tiempo de revisión y para analizar los documentos y el plan para su cobertura antes de la publicación del 25 de abril del 2011.

Visiblemente falta, de esta lista de WikiLeaks y, reflejando una previa disputa con Julian Assange, están el New York Times y el Guardian. Ambos periódicos obtuvieron los documentos a través de otra fuente que no fue WikiLeaks, presumiblemente uno de los otros medios de comunicación en la lista de socios de WikiLeaks. Para mérito propio, el Times mantiene un sitio web, el The Guantánamo Docket, que proveé el nombre y estatus legal de cada uno de los detenidos que continúan en custodia en Guantánamo.

Señalando este patron, WikiLEaks le pidió a los lectores y observadores que compararan los párrafos iniciales en las historias principales de BBC y CNN:

    El titular de la BBC, “WikiLeaks: muchos en Guantánamo ‘no son peligrosos’” reportó, “Archivos obtenidos por el sitio web WikiLeaks ha revelado que los Estados Unidos creen que varios detenidos en la bahía de Guantánamo eran inocentes u operativos de bajo nivel”.

    El reporte de la CNN& reportó apareció bajo el titular “Documentos militares revelan detalles acerca de detenidos de Guantánamo, al-Qaeda” y comienzan “Casi 800 documentos militares desclasificados obtenidos por WikiLeaks revelan detalles extraordinarios acerca de las supuestas actividades terroristas de operativos de al-Qaeda capturados que viven en el centro de detención de la marina estadounidense en la bahía de Guantánamo, en Cuba”.

Dentro de los otros en notar esta disparidad estuvieron Glenn Greenwald, el entonces columista de asuntos exteriores en Salon y New York Times en Guardian. El artículo de Greenwald sobre la cobertura mediática de los “Gitmo Files” aparecieron bajo el titular “Documentos recientemente filtrados muestran la continua farsa de Guantánamo” pero ya no está disponible en los archivos del Salon. Flanders detectó la misma parcialidad en la cobertura publicada por el Washington Post, la National Public Radio y el Times. Los últimos dos los términos “técnicas de interrogación mejoradas”, notó, para evitar mencionar el uso de la palabra ‘tortura’”.

“Así que el aporte de los Estados Unidos”, Flanders escribió, “permanecerá ‘¡terrorista peligroso!’ y Guantánamo probablemente permanecerá abierto tres años más después de la promesa del presidente de cerrarla, mientras que el resto del mundo continuará a preguntarse por qué el país clama amar la libetad tanto sigue encarcelando y torturando gente inocente”.

En uno de los ensayos que WikiLeaks publicó con los “Gitmo Files”, Worthington analizó el amplio significado de la parcialidad en la cobertura americana. Escribió: “la publicación de los documentos propición interés internacional en una semana hasta que el ex presidente Obama (ya sea una concidencia o no) arregló el vuelo de las Fuerzas Especiales Estadounidense a Paquistán para asesinar a Osaba bin Laden. A este punto una narrativa emergente sin principios en los medios mainstream en los Estados Unidos, en la cual, por cuestiones de ventas y ratings, si no es por otra cosa,  a criminales no acusados de la administración de Bush y sus partidarios en el Congreso, en columnas periodísticas, se les permitió sugerir que el uso de tortura había llevado a localizar a bin Laden (Falso, aunque la información aparentemente vino de “detenidos de alto valor” encarcelados en prisiones secretas de la CIA, pero no como resultado de la tortura) y que la existencia de Guantánamo había sido invaluable en localizar al jefe de al-Qaeda”.


 

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