worldcantwait.org
ESPAÑOL

Español
English-LA
National World Can't Wait

Pancartas, volantes

Temas

Se alzan las voces

Noticias e infamias

De los organizadores

Sobre nosotros

Declaración
de
misión

21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.




Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

"¿Por qué hacer una donación a El Mundo No Puede Esperar?"

"Lo que la gente esta diciendo sobre El Mundo No Puede Esperar


Gira:
¡NO SOMOS TUS SOLDADOS!


Leer más....


La ONU finalmente podrá visitar Guantánamo; asegurando, también, el fin de la prohibición de la era de Trump de la salida de los prisioneros con sus obras de arte

14.2.23
Andy Worthington

Traducido por El Mundo no Puede Esperar 16 de marzo de 2023


Uno de los barcos hechos en Guantánamo con materiales reciclados por Moath al-Alwi, un prisionero yemení que fue aprobado para ser liberado para ser liberado en diciembre del 2021, pero sigue detenido. Se debe encontrar un tercer país para ofrecerle un nuevo hogar, porque las disposiciones en la ley de Autorización de Defensa Nacional, pasada por los republicanos bajo Obama y mantenida cada año desde entonces, prohíben la repatriación de yemeníes desde Guantánamo.

Finalmente, después de más de 21 desde la apertura de la prisión en la bahía de Guantánamo, el relator de la ONU finalmente visitó la prisión para reunirse con prisioneros como parte de lo que un comunicado de prensa de la ONU describió como “una visita técnica a los Estados Unidos” por Fionnuala Ní Aoláin, una relatora especial de la ONU sobre el apoyo y protección de derechos humanos y libertades fundamentales combatiendo el terrorismo.

“Entre el 6 y el 14 de febrero”, como explicó la ONU, Ní Aoláin “visitará Washington D.C y después el centro de detención naval estadounidense de la bahía de Guantánamo en Cuba” y, en los próximos tres meses, “también llevará a acabo una serie de entrevistas con individuos en Estados Unidos y en el extranjero incluyendo víctimas y familiares de las víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 y ex detenidos en países de reubicación y repatriación”.

Desde que abrió Guantánamo, relatores de tortura de la ONU han intentado visitar la prisión, pero fueron rechazados, o por la hostilidad del gobierno estadounidense o a través del fracaso de parte de los oficiales en garantizar que cualquier reunión con los prisioneros no sería monitoreada.

La visita es bienvenida, porque muestra una apertura por parte del gobierno de Biden al importante escrutinio externo de la ONU, en un centro de detención en el que, hasta este punto, las únicas personas afuera del ejército estadounidense y del establecimiento de inteligencia que han tenido permitido visitar prisioneros han sido representantes del ICRC, abogados que representan a los hombres, el psiquiatra o psicólogo ocasional que ha ido a evaluar su salud mental y, de manera más turbia, agentes de servicio de inteligencia extranjeros.

Sin embargo, sería todavía irrazonable suponer que las reuniones no han sido monitoreadas, especialmente con los llamados “detenidos de alto valor”, hombres detenidos en “sitios negros” de la CIA, que han sido envueltos en confidencialidad y repetidamente sujetos a vigilancia inaceptable desde su llegada a la prisión en septiembre del 2006.

Dicho eso, este es un progreso significativo y se espera que el reporte final de Ní Aoláin añada presión al presidente Biden para asegurar el cierre de Guantánamo.

El relator de la ONU pide que termine la prohibición de la era de Trump de las obras de arte

En otras noticias que conciernen a la ONU, Fionnuala Ní Aoláin y Alexandra Xanthaki, la relatora especial en el campo de derechos culturales, puede ser reconocida con haber ayudado a levantar la prohibición sobre los prisioneros de Guantánamo llevándose su arte, que fue impuesta con Donald Trump en noviembre del 2017, después de que el Pentágono tuvo la excepción con Ode to the Sea: Art from Guantánamo”, una exposición de arte en la John Jay College of Criminal Justice de Nueva York, que incluyó, como explicaron los relatores en una presentación a Antony Blinken, el Secretario de Estado, el 29 de noviembre del año pasado, “36 pinturas originales, dibujos y esculturas realizadas por ocho hombres que estaban o estuvieron detenidos” en Guantánamo.

Los relatores explicaron que estaban contactando al gobierno de Biden porque habían “recibido alegatos preocupantes de impedimentos inapropiados de accesibilidad o posesión de obras de arte por parte de detenidos actuales o que estuvieron en el centro de detención de la bahía de Guantánamo que parecen violar los derechos de libertad artística, de tomar parte en la vida cultural y beneficiarse de la protección de beneficios morales y materiales que resultan de la producción artística”.

Los relatores citaron obras de cinco hombres que actualmente detenidos (aunque han sido aprobados para ser liberados) — Moath al-Alwi, Khalid Qassim, Ahmed Rabbani, Omar al-Rammah, Uthman Abdul Rahim Mohammed Uthman, quien, desde la prohibición, “no ha podido compartir sus creaciones artísticas con el público y podría perder posesión de sus obras de arte cuando sea transferido de la bahía de Guantánamo”.

Los reporteros reiteraron sus “preocupaciones serias sobre la continua e indefinida detención de individuos en el centro de detención de la bahía de Guantánamo, incluyendo las cinco supuestas víctimas”, añadiendo que, “a pesar de haber sido aprobados para ser liberados por la Junta de Revisión Periódica (Periodic Review Board) y elegibles para reubicación o repatriación inmediata, estos hombres continúan detenidos sin cargos ni juicio, en violación a las garantías de un juicio justo fundamental y proceso legal debido protegidas bajo las leyes de derechos humanos internacionales”.

También reafirmaron que “el descubrimiento del Relator Especial en tortura acerca de las condiciones en la bahía de Guantánamo constituye circunstancias igualan tortura y otro trato cruel, inhumano y degradante o castigo bajo ley internacional”.

Haciendo referencia a las obras de arte, los relatores mencionaron, de manera reveladora, cómo, del 2009, “un programa de artes fue establecido en Guantánamo, “con un maestro dedicado, con clases regulares y materiales de arte puestos a disposición tanto por el staff del centro de detención, como por los abogados de los detenidos”, añadiendo que “a los detenidos no sólo se les permitió, sino se les motivó a crear arte. Los comandantes del campo y el staff notaron los beneficios del programa de arte tanto para los detenidos como para ellos, considerando que el programa dio estimulación intelectual a los detenidos permitiéndoles expresar su creatividad”.

Los relatores también destacaron cómo los abogados de los prisioneros reportaron que la “participación en el programa de arte” había sido “considerada favorable en revisiones individuales de detenidos por parte de la Junta de Revisión Periódica (PRB), el proceso de revisión de alto nivel gubernamental, que, desde el 2014, ha estado decidiendo si los prisioneros deben o no ser liberados.

Cuando la prohibición se impuso, sin embargo, el Pentágono dijo, escandalosamente, que “los objetos producidos por los detenidos en la bahía de Guantánamo son propiedad del gobierno estadounidense y que, como explicó el relator, “les dijeron a los detenidos preocupados directamente que, ni sus obras ni copias, podrían ser enviadas fuera de la prisión y que no se irían con ellos tampoco. Supuestamente no existe una política formal o no se ha dado a conocer de manera pública o se le ha comunicado a los abogados y sus esfuerzos para transferir las obras de sus clientes fuera del centro de detención no han sido exitosos”.


Una pintura alegórica del 2017 del yemení Khaled Qassim, una de sus muchas obras publicadas en la página Facebook de su amigo y ex detenido Mansoor Adayfi. Qassim fue aprobado para ser liberado en julio del 2022, pero sigue detenido. Al igual que con Moath al-Alwi, un tercer país que esté preparado para ofrecerle un nuevo hogar debe ser encontrado, porque las disposiciones jurídicas de la Ley de Autorización de Defensa Nacional, autorizada por republicanos con Obama, mantenida cada año desde ese entonces, prohíbe la repatriación de yemeníes desde Guantánamo.

El Pentágono levanta la prohibición

El 7 de febrero, justo cuando la visita de Fionnuala Ní Aoláin comenzaba, el Pentágono anunció que, lo que los relatores describieron como “impedimentos injustificados para la accesibilidad y propiedad de obras de arte” de los prisioneros en Guantánamo llegó a su fin.

El teniente coronel Cesar H. Santiago, vocero del Pentágono, le dijo al New York Times por correo electrónico, que los prisioneros podrán llevarse “una cantidad viable de su arte” con ellos cuando se vayan de Guantánamo.

Obviamente, quedan dudas acerca de lo que es una “cantidad viable” y Santiago específicamente “declinó definir” lo que significaba, pero este es otro paso importante hacia adelante por parte del gobierno de Biden, aunque no hace más que reconocer los “derechos de libertad de expresión artística, de tomar parte en una vida cultural y beneficiarse de la protección de beneficios morales y materiales resultados de la producción artística” de los detenidos, como lo describieron los relatores, aunque, desafortunadamente Santiago también añadiera que el Departamento de Defensa todavía considera que las obras de arte son “propiedad del gobierno estadounidense”.

Sin embargo, como explicó Carol Rosenberg para el Times, “las concesiones del Pentágono llegaron en un momento importante”, porque “de los 34 hombres que actualmente están detenidos en Guantánamo, 20 han sido aprobados para ser transferidos con arreglos de seguridad” y “entre ellos hay tantos que han pasado sus años en custodia pintando, dibujando y creando esculturas, algunos en clases de arte con un tobillo encadenado al piso”, algunos de los cuales “han acumulado una gran colección de su trabajo”.

Como explicó el periodista de la BBC World Joel Gunter en un artículo detallado el pasado mes de agosto “el silencio repentino de los artistas de Guantánamo”, algunos de los prisioneros se han apegado mucho a sus obras y no pueden imaginar salir de la prisión sin ellas. Para Khalid Qassim, por ejemplo, “que Estados Unidos se quede con mi arte sería lo mismo que ‘dejarme aquí’, como lo describe. “El arte que hice soy yo. Si se quedan con él, mi alma también se queda aquí”.

Se espera que Qassim, Moath al-Alwi y otros artistas de Guantánamo no sólo sean liberados rápidamente (puedes ver aquí cuánto tiempo ellos y otros han estado detenidos desde que les dijeron que ya no querían tenerlos detenidos), pero también que se les permita llevarse las obras de arte con ellos y no sólo una “cantidad viable” — incluyendo los extraordinarios barcos de al-Alwi hechos con materiales reciclados y los muchos cuadros de Qassim.


 

¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.

 

¡El mundo no puede esperar!

E-mail: espagnol@worldcantwait.net